Editoriales > PUNTO DE VISTA

La bajada de AMLO

Si AMLO se ha distinguido por tener un buen olfato político, parece que frente al momento actual ha perdido sensibilidad

A cualquier gobierno, en estos tiempos de redes sociales e información que circula 24 horas al día, le resulta muy difícil mantener niveles altos de aprobación. Además, ante la condición de emergencia por los graves problemas de violencia y feminicidio que tiene el país, se exigen resultados en el corto plazo. Cuando no se generan cambios importantes, es muy difícil mantener alta la aprobación.

AMLO había podido mantener buenos niveles de aprobación, a pesar de no tener resultados sensibles, sobre todo por una falta de crecimiento económico y por una violencia creciente. Pero, de pronto, algo importante pasó, el presidente se desconectó del momento y del movimiento más importante en este momento, la lucha feminista en contra de la violencia y del feminicidio, y perdió fuerza. Prácticamente todas las encuestas públicas recientes que midieron la aprobación del gobierno y del presidente apuntan hacia una baja importante entre marzo de 2019 y marzo de 2020: la aprobación en El UNIVERSAL (5/III/20202) pasó de 79.4 a 57.1%; en El Financiero (4/III/2020) bajó de 78 a 63%; en Reforma (2/III/2020) fue de 78 a 59%, Buendía y Laredo de 72 a 62%. 

La bajada de AMLO

Si AMLO se ha distinguido por tener un buen olfato político, parece que frente al momento actual ha perdido sensibilidad. Este gobierno tiene un gabinete paritario, con mujeres especialistas y enfoques de género, pero la centralidad del presidente le quita fuerza a lo que él no apoya y enfatiza, y entre esas causas no está la lucha feminista. Se quejó de las pintas a la puerta Mariana del Palacio Nacional; dijo que no habría represalias laborales para el paro del 9 de marzo, pero el tiempo dedicado en la mañanera al problema del feminicidio en comparación con el que ha dedicado a la venta-rifa del avión presidencial, no tiene punto de comparación. Tan desconectado está del movimiento feminista que estableció la venta de cachitos para el mismo día del paro de mujeres. Después se disculpó y lo cambió, bajo el pretexto de que no se había acordado, lo cual habla de la desconexión.

Si revisamos los datos de las encuestas hay datos interesantes que deberían ser leídos con atención en el gobierno: en la encuesta de Buendía y Laredo aparece que los sectores sociales que más se han desencantado son los jóvenes, los universitarios y los usuarios de redes sociales; se percibe que los problemas del país están rebasando al presidente; la buena imagen ha bajado en su base más firme; y hay una parte importante de la sociedad, 31-32%, que ya considera que “no podrá cumplir lo que prometió” para reducir la inseguridad y la corrupción. En la encuesta de El Financiero hay un dato importante, ha crecido la opinión negativa sobre las conferencias mañaneras.

Así, mientras AMLO sigue persiguiendo a sus adversarios, los conservadores y el neoliberalismo, la ciudadanía sabe que la violencia ha empeorado, que hay escasez de medicamentos y que no es suficiente lo que hace para combatir el feminicidio. En la encuesta de El UNIVERSAL se pregunta si el presidente mejorará, seguirá igual o empeorará y hace un año un 73% pensaba que mejorará, hoy ya sólo 43.3% lo considera así, un 30.4% piensa que seguirá igual, y 24.5% dice que va a empeorar, los cuales suman un 54.9%. Es alto para un gobierno que lleva un poco más de 15 meses. Estos datos expresan que hay una reducción importante de la paciencia ciudadana ante la presidencia.

Cuando los principales motores del discurso político de un gobierno, combatir la corrupción, bajar la violencia, disminuir la impunidad y lograr una mejor distribución de la riqueza, empiezan a perder verosimilitud, hay un riesgo de que la falta de resultados lleve a una desaprobación mayor. Con estos datos AMLO enfrenta quizá, su primera prueba de fuego importante, porque durante las anteriores tenía tanta aprobación que estaba protegido de los cuestionamientos, se le resbalaban. Hoy ese escudo se ha empezado a fracturar. 

En suma: ¿se trata de una baja que expresa agotamiento y seguirá la caída o es sólo un mal momento y se recuperará? Tal vez estamos frente a dos escenarios en las próximas semanas: seguir igual o rectificar…