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Los mexicanos y el Covid-19

Los restaurantes fueron obligados a cerrar sus puertas; pero, ante las presiones de las cámaras, se les autorizó a prestar servicio de alimentos siempre y cuando fueran en mesas al aire libre, con más de metro y medio de distancia cada una

En pleno semáforo rojo, el domingo hubo una marcha por el Paseo de la Reforma de la Ciudad de México, que inició en el Ángel de la Independencia (protegido por una barda perimetral y andamios, de los manifestantes radicales), y culminó en el Hemiciclo a Juárez, de personas de diferentes tendencia contra el ‘engaño’ del Covid-19. Unos dijeron que es una mentira para manipular a la gente; médicos que aseguran que es fraude; usuarios del dióxido de cloro e hidroxicloroquina para evitarlo o tratarlo.

Una actitud similar han seguido las personas que hacen su vida normal, como si nada pasara. El sábado previo a la marcha, fue cerrado el centro histórico de la CDMX y desde el viernes a las seis de la tarde, se estableció la ley seca para el fin de semana; sin embargo, todos esos días la Merced, los mercados de Sonora y San Juan, así como calles aledañas, estuvieron abarrotadas de puestos y tenderetes de la más variada tesitura y cientos de miles de personas pululando al derredor para hacer compras no esenciales.

Los mexicanos y el Covid-19

Los restaurantes fueron obligados a cerrar sus puertas; pero, ante las presiones de las cámaras, se les autorizó a prestar servicio de alimentos siempre y cuando fueran en mesas al aire libre, con más de metro y medio de distancia cada una. Las tres principales líneas del Metro estaban fuera de servicio y se habilitaron rutas del Metrobus, que en sus corridas a sectores populares lucieron atestados como si fueran ‘micros’ de pueblo y no las lujosas y cómodas unidades del transporte metropolitano. Un caos.

Ayer se esparció la noticia que los líderes político, económico y religioso de México: Andrés Manuel López Obrador, Carlos Slim Helú y Norberto Rivera Carrera, han sido afectados, en diferentes grados, por el Covid-19, con los agravantes de sus enfermedades crónicas y su edad. Mientras, aumentan las cifras de contagiados, hospitalizados y muertos en lo que se ha dado en llamar la segunda ola. Las medidas implementadas por las autoridades sanitarias han sido pertinentes y efectivas; pero opcionales.

Tan opcionales que un elevado número de personas de los países desarrollados han decidido venir a México para pasar la pandemia y evitar el confinamiento forzado y las demás medidas sanitarias que se han tomado para hacer frente al virus; pero, eso tiende a cambiar. Ayer mismo, fue publicado en el Diario Oficial de la Federación en su edición vespertina que: “Que ante la emergencia sanitaria, la Ley General de Salud otorga competencia a la Secretaría de Salud para dictar acciones extraordinarias en materia de salubridad general para atender emergencias sanitarias, entre las que pueden incluirse el encomendar a los estados, en su calidad de autoridades sanitarias, así como las personas físicas y morales de los sectores social y privado, integrantes del Sistema Nacional de Salud, el desempeño de las actividades que estime necesarias y obtener para ese fin la participación de los particulares...”.

El Acuerdo, en su Artículo Segundo, reza: “Los gobiernos de las entidades federativas en su calidad de autoridades sanitarias, así como las personas físicas y morales de los sectores social y privado, integrantes del Sistema Nacional de Salud, deberán realizar ante la Secretaría de Salud Federal lo siguiente: I. Presentar los contratos que suscriban con las farmacéuticas autorizadas en México, para la adquisición de vacunas contra el virus SARS-CoV-2.

II. Informar la cantidad de dosis de vacunas adquiridas contra el virus SARS-CoV-2 y las aplicadas a la población en general, con información desagregada conforme a la Política Nacional de Vacunación contra el virus SARS-CoV-2 para la prevención de la COVID-19 en México; III. Respetar el calendario, así como la prioridad por grupos de personas, establecidos en la citada Política Nacional de Vacunación, para evitar duplicidad; IV. Instrumentar las medidas de prevención y control pertinentes conforme a los criterios que emita la Secretaría de Salud Federal, y V. Garantizar, en el ámbito de su competencia, la trazabilidad del proceso de vacunación a su cargo, e informar a la Secretaría de Salud Federal sobre su seguimiento, con la periodicidad que la propia dependencia establezca”.

Por otra parte, la Secretaría de Salud informa que: El nuevo coronavirus únicamente se confirma a través de una prueba de laboratorio, llamada PCR. El ajo es un alimento saludable, pero no hay evidencia de que comer ajo proteja a las personas del nuevo coronavirus. Los cubrebocas, incluidos los N95, no deben reutilizarse, ya que se contaminan al ser utilizados por alguien con síntomas de infección respiratoria o en contacto con personas infectadas. el COVID-19 es un virus, los antibióticos no funcionan contra virus, por lo tanto, no deben usarse como un medio de prevención o tratamiento.

Ante una realidad tan dramática, no hay más que cumplir con las medidas recomendadas por las autoridades sanitarias, sin importar diferencias.