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Llegó la hora

Una de las denuncias más severas es en contra de la Directora General de RH

Decía el gran actor de México, Ignacio López Tarso, que: "Para saber quién es quién, hay que escuchar los corridos". Ciertamente, una de las formas publicitarias más socorridas en el país es la copla que canta las hazañas de hombres de bien y de mal, que se han significado por hacer algo distinto; sin embargo, desde lejos viene la sentencia bíblica de que a los hombres los conoceréis por sus obras. No lo que es, ni lo que tiene, sino lo que hace es lo que da significación a la vida humana.

Ora que está en marcha la Cuarta Transformación, que muchos no han alcanzado a entender en su magnífica cabalidad, cada quien está demostrando lo que es, lo que tiene y lo que hace. Ya sin las máscaras que les dieron protección, los pillos han quedado al descubierto y no han faltado algunos que han entrado en rebeldía y oponen resistencia al cambio. Son los mismos que han actuado de manera constante como Judas contra de México y los mexicanos para servir a oscuros intereses.

Llegó la hora

Como botón de muestra, habría que señalar el cúmulo de denuncias de dentro y fuera de la Policía Federal de México que recibió el  coordinador editorial de Los Ángeles Press, Tomás Borges, y que publicó en el portal el día 7 de septiembre del 2018. Estas denuncias, dejan al descubierto la severa corrupción que impera dentro de la corporación que en su momento fue considerada la élite policiaca. Una de las denuncias más severas es en contra de la Directora General de Recursos Humanos de la corporación, quien acomoda a su gente y a sus aviadores a su antojo y conveniencia.

Como evidencia, menciona el caso de Luis Jiménez Cortez a quien le llegó su cambio a la Coordinación de Restablecimiento del Orden Público y no fue cambiado por ser gente de la Directora del Enlace Administrativo de la División, quien con el jefe de rotación de personal, cobran 20 mil pesos por cambiar a un elemento al lugar de su preferencia, según las pruebas que Borge dijo tener en su poder y que no fueron desmentidas en el momento de ser publicadas.

En las denuncias que se hicieron llegar al periodista, los quejosos aseguran que: "La corrupción está tan arraigada en la institución, que se cobra por todo y si no pagas, simplemente no sales y no te asignan agrupamiento, para que estés prácticamente sin hacer nada y ser presa del acoso y hostigamiento del personal de Recursos Humanos, hasta que desertas". Los descansos los cobran los mandos en los distintos niveles, llegando a pedir a cada elemento la cantidad de 2000 pesos.

Claro que no toda la corporación está maleada. La Policía Federal de México se ha acreditado triunfos notables, como fue la investigación que condujo a conocer el desvío de más de 17,000 millones de pesos (mdp) de los recursos que Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México (GACM) tenía destinados para la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.

Las conclusiones de esta investigación que involucran directamente a Raúl González Apaolaza, exdirector general de la obra del NAIM y a Carlos Noriega, exdirector general de Administración de GACM, fueron entregadas al Órgano Interno de Control (OIC) de la GACM para abrir un proceso.

En las protestas que ha realizado un muy reducido grupo de policías federales en contra de su incorporación a la Guardia Nacional, se ha demostrado que no son todos los que están ni están todos los que son. Como ejemplo de ello, ayer el secretario de Seguridad Pública, Alfonso Durazo Montaño dio a conocer que uno de los provocadores más activos, Ignacio Benavente Torres, fue acusado de secuestro; quiso entrar en la corporación para buscar impunidad a sus fechorías.

Pa'cabarla de amolar, este Ignacio Benavente Torres, quien se ostenta como líder de ProLibertad y Derechos Humanos en América A.C. y es de las personas organizadoras de las protestas de Policías Federales que se oponen a ser integrados en la Guardia Nacional, fue sentenciado por el delito de secuestro, cumpliendo su pena en el Cefereso Número 3 de Matamoros. Se informó que tiene siete investigaciones abiertas en los estados de Sinaloa, Ciudad de México, Coahuila y Tamaulipas.

En cualquier caso, el punto es que la Policía Federal, con haber tenido algunos aciertos notables, no logró su cometido de pacificar el país y detener a la delincuencia; de ahí la necesidad de que se incorpore con su experiencia, habilidades y conocimientos al nuevo agrupamiento en el que los mexicanos han puestos tantas esperanzas. Asegura un viejo y conocido refrán que: El que es buen gallo, donde quiere canta". Si los elementos de la PF quieren servir a México y a los mexicanos y no atender intereses oscuros, tienen la oportunidad de hacerlo y de recuperar lo que dicen que han perdido.