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La sombra del caudillo

Martín Luis Guzmán murió en la ciudad de México en 1976

Sería muy difícil entender los giros que dio la Revolución Mexicana al triunfo del Ejército Constitucionalista y los empeños y las resistencias, de dentro y de fuera, para que entrara en vigor la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos de 1917, sin haber leído los libros claves del México en la primera mitad del siglo XX. El águila y la serpiente (1928), La sombra del caudillo (1929), Memorias de Pancho Villa (1938) y Muertes históricas (1939, escritos casi como crónicas cotidianas en las que se reflejan las tensiones y la lucha por el poder, es esos días.

En el segundo de ellos, escribe Martín Luis Guzmán, dando voz al personaje principal, que se identifica fácilmente con Álvaro Obregón: "Estamos hablando con el corazón en la mano, Hilario, no con frases buenas para engañar a la gente. Ni a ti ni a mí nos reclama el país. Nos reclaman (dejando a un lado tres o cuatro tontos y tres o cuatro ilusos) los grupos de convenencieros que andan a caza de un gancho de donde colgarse; es decir, tres o cuatro bandas de politiqueros...".

La sombra del caudillo

Continua el texto: "Pero Jiménez estaba ya de vuelta en el terreno de la sinceridad. Con ella replicó: -Franqueza por franqueza. Yo no creo lo mismo, o no lo creo por completo. Mis andanzas en estas bolas van enseñándome que, después de todo, siempre hay algo de la nación, algo de los intereses del país, por debajo de los egoísmos personales a que parece reducirse la agitación política que nosotros hacemos y que nos hacen". En pocos párrafos, expone el autor la disyuntiva.

En un lúcido y magnífico texto, Margo Glantz asegura: "La sombra del caudillo es la novela política más coherente que se haya escrito en México. Y pienso que nadie ha logrado, con tan acabada perfección literaria, dar cuenta de un fenómeno en el momento mismo en que posiblemente era liquidado, y a la vez definir una retórica que, ella sí, se ha mantenido activa hasta este momento. Además, al recrear con precisión novelesca un acontecimiento histórico mexicano, Guzmán determina, imitando a los trágicos griegos, cuáles son los usos y abusos del poder". Usos y abusos.

Martín Luis Guzmán Franco nació en Chihuahua, Chih.,  el 6 de octubre de 1887. Siendo estudiante de la Escuela Nacional de Jurisprudencia, en 1909, fue nombrado secretario en el consulado de Phoenix, Arizona; más tarde se vinculó al maderismo, en 1913 se incorporó en Culiacán a las fuerzas revolucionarias de Ramón F. Iturbe y en 1914 pasó a las órdenes del general Francisco Villa, a quien representó en la ciudad de México durante la entrada de los constitucionalistas. Fue secretario de la Universidad y director de la Biblioteca Nacional durante el gobierno de la Convención (presidencia de Eulalio Gutiérrez), cuya desaparición lo obligó a exiliarse en España, Francia y Estados Unidos entre 1915 y 1918. Al regresar trabajó en el Comité del Centenario (1921), fundó un diario vespertino y fue diputado federal por el Partido Cooperatista Nacional.

Al descubrirse el levantamiento delahuertista, en 1924 se exilió de nuevo, viviendo en España los siguientes once años, y hasta antes de la Guerra Civil, desempeñándose como escritor, periodista y colaborador de Manuel Azaña, presidente de la Segunda República Española. De regreso, en 1936 comenzó la redacción de una historia de la Revolución Mexicana que dejó inconclusa, así como la parte más abultada de su obra literaria; fundó importantes grupos editoriales y la revista Tiempo, ingresó a la Academia Mexicana de la Lengua y en 1958 recibió el Premio Nacional de Literatura.

Indudablemente, Martín Luis Guzmán es el responsable de que la figura de Villa haya sido reconocida por el régimen posrevolucionario. Otro de sus grandes logros fue el rescate de la herencia de los liberales a través de la colección El Liberalismo mexicano en pensamiento y acción.

La maestría en el manejo de la pluma, permitió a Guzmán redimir, con la muerte, la figura del caudillo (Obregón), limpiando de toda mácula una vida azarosa con la inmolación. Dice: "Aguirre no había esbozado el movimiento más leve; había esperado la bala con la más absoluta quietud. Y tuvo de ella conciencia tan clara, que en aquella fracción de instante se admiró a sí mismo y se sintió -solo ante el panorama, visto en fugaz pensamiento, de toda su vida revolucionaria y política- lavado de sus flaquezas. Cayó, porque así lo quiso, con la dignidad con que otros se levantan".

En los sesentas, formó parte de la representación mexicana ante Naciones Unidas; fue presidente de la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos desde su fundación y senador de 1970 a 1976. Es notable su influencia como político e ideólogo, impulsor de algunos importantes rituales de la vida pública como el Día de la Libertad de Prensa o la Marcha de la Lealtad; participó en la formación del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología y en la reforma educativa de 1973.

 Martín Luis Guzmán murió en la ciudad de México en 1976.