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Impunidad, la caja de Pandora

El universo entero tiene los ojos puestos en México, donde un puñado de titanes se empeña en erradicar de esta tierra los males que se han desparramado desde la caja abierta de Pandora. Según la mitología griega, estos males son: “La enfermedad, la fatiga, la locura, el vicio, la pasión, la plaga, la tristeza, la pobreza, el crimen”, que se han enseñoreado entre los aborígenes gracias al extendido cobijo de la impunidad.

Sólo queda dentro de la caja mítica la esperanza y a ella se aferran todos los que en esta país viven y trabajan. Se acogen a la esperanza para que puedan retornar a este país los lauros y el lustre que tanto prestigio le dieron en las épocas más brillantes de su historia, tanto la abolición de la esclavitud y el establecimiento de la libertad de prensa en la Independencia, como la restauración de los valores republicano en la Reforma y la implementación de la justicia social en la Revolución y su Constitución.

Impunidad, la caja de Pandora

Haciendo honor al mandato ciudadano, acatando el rigor de la ley y enalteciendo el gran legado de los nobles héroes, ya se han dado los primero pasos para cumplir con la tarea de arrancar del suelo patrio el germen perverso de la impunidad, del cual se derivan todos los demás malestares; ya fueron enunciadas las primeras medidas para que no vuelva a quedar ningún delito sin castigo ni haya truhanes lejos de los juzgados.

El miércoles pasado, el candidato presidencial electo, Andrés Manuel López Obrador, dio a conocer durante la reunión que tuvo con gobernadores electos, los lineamientos del Plan de Austeridad y Combate a la Corrupción que habrá de aplicarse a partir del primero de julio. Se trata de un proyecto de muy largo alcance y ambiciosas metas que fue aprobado por quienes tendrán a su cargo la conducción de los gobiernos estatales.

Según un estudio realizado por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos y la Universidad Nacional Autónoma de México, existen 4 relaciones entre la corrupción y la violación a los derechos humanos: “la solicitud de sobornos como condición para acceder a la justicia o a los servicios públicos; pago de sobornos para realizar acciones que debieran estar prohibidas y que son abiertamente violatorias a los derechos; cuando los desvíos o sobornos disminuyen los recursos públicos y se tienen menos bienes y peores servicios que transgreden las obligaciones de protección, garantía y promoción de todos los derechos; y el incumplimiento de las obligaciones a cargo del Estado en materia de derechos humanos”. En todos los casos, en aval es la impunidad.

Lo más dramático es que: “Ante los resultados, según determinó el estudio, es clara la trascendencia de combatir la corrupción para asegurar la eficacia de las medidas del Estado Mexicano conducentes a brindar cumplimiento a sus obligaciones en materia de derechos humanos. Sí; pero, la lucha contra la corrupción tiene un grave problema específico inherente a todos los mecanismos de rendición de cuentas: difícilmente los gobiernos admitirán ser controlados”. Así, la falta de controles lleva a la impunidad.

Quizá por ello, el Plan de Austeridad y Combate a la Corrupción, contempla que: “Se reformará el artículo 108 de la Constitución, para que el presidente de la República en funciones pueda ser juzgado por delitos electorales y relacionados con actos de corrupción. Quedarán suspendidos todos los fueros y privilegios para funcionarios públicos. Se reformará la ley para considerar delitos graves el tráfico de influencia, la corrupción, la asociación entre funcionarios o particulares para cometer fraudes a la hacienda pública, el robo de combustibles y el fraude electoral en todas sus modalidades. Las penas no permitirán al inculpado la obtención de libertad bajo fianza.

La fiscalía general contará en los hechos con absoluta autonomía, no recibirá consigna alguna de la Presidencia de la República y sus prácticas se apegarán al principio del derecho liberal, según el cual al margen de la ley, nada, y por encima de la ley, nadie. La fiscalía electoral garantizará que las elecciones sean limpias y libres. Prevendrá, investigará y sancionará la compra del voto, la coacción, la amenaza, el uso del presupuesto público y el uso de bienes para beneficiar a partidos o candidatos. Y perseguirá cualquier tipo de fraude electoral. Tendrá la imparcialidad por divisa y será un instrumento básico de la sociedad para la construcción de una auténtica democracia.

La fiscalía anticorrupción fungirá como garante para evitar la corrupción y la impunidad. La fiscalía anticorrupción podrá actuar con absoluta libertad y castigar a cualquier persona que cometa un delito de esa naturaleza, incluidos compañeros de lucha, funcionarios, amigos y familiares.

Y más, mucho más.

Sigue en la caja de Pandora la esperanza; a ella se acogen los mexicanos.