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Imperativo el presupuesto base cero

El fracasado secretario de Hacienda y aprendiz de canciller, Luis Videgaray, prometió, con todas sus letras, que el presupuesto del 2016, cuando estaba pronosticado que la deuda del gobierno sobrepasaría el 50 por ciento del Producto Interno Bruto

El fracasado secretario de Hacienda y aprendiz de canciller, Luis Videgaray, prometió, con todas sus letras, que el presupuesto del 2016, cuando estaba pronosticado que la deuda del gobierno sobrepasaría el 50 por ciento del Producto Interno Bruto, y que crecería hasta el 57 por ciento en el 2017, habló de un presupuesto base cero, con el cual se harían importantes recortes al gasto público y se atenuaría el endeudamiento.

Al inaugurar, en Acapulco, la 78 Convención Nacional Bancaria, afirmó textualmente que: “El Paquete Económico de 2016, que se deberá presentar en septiembre próximo ante el Congreso, implicará una lógica diferente en su preparación, donde ya no será inercial, ni con base al presupuesto del año inmediato anterior. Ahora, se trabajará bajo una metodología de base cero, que es la revisión completa del presupuesto, su estructura programática, sobre cuáles funcionan, cuáles cumplen con sus objetivos, si están bien evaluados. Así como las áreas o dependencias de Gobierno que duplican sus funciones o que ya no cumplen con el objetivo para el que fueron creadas. ¡Le toca al Gobierno de la República apretarse el cinturón!". Sí; pero, no. Todo fue de mal en peor.

Imperativo el  presupuesto base cero

La página de Datos de Información Económica que advierte: “Los datos que muestra esta página corresponden a los descritos en la Cartelera Electrónica de Divulgación de Datos (DSBB por sus siglas en inglés) del Fondo Monetario Internacional”, en la que se observa que hasta el mes de julio del presente año, el ingreso de la Hacienda Pública fue de 415,627, millones de pesos, en tanto que el gasto, ascendió a 440,673, lo que hace una notoria diferencia.

Para cubrir el déficit entre ingreso y gasto, se echó mano al muy socorrido crédito, de tal suerte que en el mismo periodo se llegó a una Deuda Interna Bruta de 6 billones, 407 mil, 400 millones de pesos, con un crecimiento anualizado del 13.2, y una Deuda Externa Bruta de 191 mil, 531 millones de dólares, con un alza anualizada del 5.8 %. Desde luego, se sigue echando la culpa del mal manejo económico al extraño enemigo.

Quizá lo único bueno que ha hecho hasta el momento el Aprendiz sea haber sugerido el presupuesto base cero, que permitiría hacer los ajustes necesarios al ejercicio de los fondos que, a ‘puritito’ chaleco, deben apoquinar los aborígenes, sólo por el hecho de pertenecer a la raza de bronce. La idea es, ora más que nunca, de la mayor importancia.

Según el Centro de Estudios de Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados: “Consiste en revaluar cada uno de los programas y gastos, partiendo siempre de cero; es decir se elabora como si fuera la primera operación de la empresa, y se evalúa y justifica el monto y necesidad de cada renglón del mismo. Se olvida del pasado para planear con plena conciencia el futuro. Es el proceso de realizar un presupuesto basado únicamente en las expectativas para el año siguiente, sin referencias a los años anteriores, sin base de datos históricos; también en nuevas operaciones que sean diferentes a las habituales de la empresa. Cuando las empresas están gastando más de lo necesario o desmesuradamente, se elabora el presupuesto base cero, para reorientar los recursos con mayor efectividad. El proceso base cero proporciona información detallada sobre el dinero que se necesita para lograr los resultados deseados, enfoca la atención hacia el capital necesario para los programas en lugar de enfocarse hacia el porcentaje de aumento o reducción del año anterior”.

Concretamente, se trata de hacer una revisión profunda de lo que se gasta, cómo, y para qué. Identificar los renglones en que hay dispersión de recursos, si se obtienen los objetivos deseados, o existen desviaciones y ejercicios injustificados.

En lo que va de la centuria, México ha recibido enormes carretadas de dinero por las exportaciones legales o no; pero, no hay información de dónde están o en qué se ejerció tal cantidad de recursos, que hubieran sido suficientes para saldar todos los débitos y todavía situar al país en los cuernos de la luna.

Nada más en el 2011, ingresaron a México, por exportación de petróleo, 49,322 millones de dólares. Casi 50 mil millones de dólares que hicieron muy ricos a unos pocos políticos y empresarios pillos, y llenaron de miseria al resto.

Dicen que la oportunidad la pintan calva y ha llegado la hora de hacer lo que se necesita. ¡Ya basta de saqueo y despilfarro!