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Migrar o quedar en el intento

En los mismos espacios informativos se da la noticia, escandalosa y lastimera, de los niños migrantes que unos no ven y otros no quieren, y el nuevo récord histórico de las ganancias de las empresas que cotizan en las bolsas del mundo, que alcanzó la cifra, jamás imaginada, de 64,8 billones de dólares, con un impulso hacia arriba en lo que va del año de 4,4%, otro hito jamás visto. Parece que son noticias contradictoria; pero, no.

Aseguran quienes han incursionado en el ámbito de la metafísica, que el sexto principio metafísico es uno de los más difundidos y dice textualmente: “Toda causa tiene su efecto, todo efecto tiene su causa; todo sucede de acuerdo con la Ley; la suerte no es más que el nombre que se le da a una ley no conocida; hay muchos planos de casualidad pero nada escapa a la Ley”. Metafísica o no, hay una relación de causa y afecto entre la pobreza extrema y la abusiva acumulación de la riqueza. Una es consecuencia de la otra.

Migrar o quedar en el intento

Don Gustavo Díaz Ordaz dijo una frase histórica, seguramente inspirada en Díaz Mirón, el poeta, profesor y periodista que como diputado fue un firme opositor a Porfirio Díaz: “Nadie tiene derecho a lo superfluo mientras alguien carezca de lo estricto”. En ella está resumida la esencia del humanismo y cabalmente contenida la noción de justicia social, que durante la mayor parte del siglo XX imperó en México.

Palabras que son ininteligibles para quienes se han convertido en los adoradores del becerro de oro y desestiman el valor de la vida y del ser humano. Con frecuencia, una generación cree que ha logrado llegar a la posesión de la verdad absoluta, desechando lo que fue creado con anterioridad; eso no ha conducido al progreso y el bienestar, sino que ha generado crisis recurrentes con cada una de las cuales se acentúa la acumulación de la riqueza.

Las últimas transformaciones y adaptaciones del sistema capitalista, los nuevos embates neoliberales y la falacia sobre la que se sustenta la construcción de una economía fundada sobre la especulación financiera, no tienen otra salida que el ahondamiento de la brecha infamante que ha sido construida entre los que tienen todo y los que de todo carecen.

Con cada crisis, como la del 2008, en que aparentemente las bolsas perdieron  25,4 billones de dólares, se aplican planes de ajuste ‘dolorosos pero necesarios’, que no tienen otro propósito que elevar las ganancias de los caudales especulativos, como ha quedado en evidencia con el nuevo récord de utilidades de las empresas que cotizan en los mercados bursátiles. Ello crea más miseria, más desamparo y más niños en la calle.

Claro que en los negocios bursátiles hay tanto capital especulativo como inversión productiva; la diferencia es que unos van donde hay debilidad económica y, por tanto, posibilidad de ganar mientras otro pierde (a más pérdidas de unos, mayores ganancias para otros), en tanto que los inversionistas buscan empresas sólidas que garanticen estabilidad y rentabilidad razonable. No es difícil saber hacia dónde se dirigen ambos.

De ahí que los países de economías en problemas sean contribuyentes permanentes a la bonanza de los capitalistas especulativos y, como consecuencia, generadores de olas de migrantes, hombres, mujeres y niños, que van a donde encuentran trabajo y seguridad.

Las inversiones productivas generan riqueza y atracción para quienes buscan mejores condiciones de vida. Dado que las cinco principales empresas con mayor capital bursátil están ubicadas en Estados Unidos: Apple, del sector tecnología, con valor de 562.800 millones de dólares; Exxon Mobil, petróleo y gas: 432.500 millones; Google, tecnología: 390.780 millones; Microsoft, tecnología: 345.000 millones; Berkshire Hathaway, sector financiero: 304.000 millones de dólares, no hay duda alguna con respecto a dónde habrán de dirigirse quienes buscan una oportunidad para mejorar sus condiciones de vida.

Mientras siga en pie ese megaproyecto capitalista, imperialista, financiero y burgués llamado neoliberalismo, seguirán aplicándose los planes de ajuste que recaen sobre las clases sociales más desfavorecidas de los países más vulnerables. !Seguirá la migración!