Editoriales > ANÁLISIS

En la jugada

La jueza ordenó que se abrieran los documentos antes de las 5 de la tarde de ayer o se diera una explicación más detallada sobre el caso y las cuatro acusaciones que se hacen al general Salvador Cienfuegos

Cuatro días después de la detención en Estados Unidos del general Salvador Cienfuegos, exsecretario de la Defensa Nacional durante el sexenio pasado, en este espacio se dijo que: “El quid de la detención del general y su proceso, debe encontrarse en los tiempos que se están viviendo. A trece días de las elecciones más importantes para los EU y, de hecho, para el mundo entero, no es de extrañar que se estén utilizando todos los recursos disponibles para motivar, de una forma u otra, a los electores”. Así vino a resultar.

Ayer se dio a conocer la noticia de que el general, que se declaró inocente de los cargos que se le imputaban, quedará exonerado de los mismos. Hay que recordar que Edward Sapone, abogado de la defensa, indicó que su cliente deseaba que se registrara de manera oficial su declaración de no culpable de los cuatro cargos en su contra. Además, se llegó al acuerdo de que el plazo de 70 días con que cuenta la fiscalía para llevar el caso a juicio se iniciaría a partir del 18 de noviembre (hoy), con la primera de las audiencias ante la juez Carol Bagley Amon en el mismo tribunal, que estaba a cargo de la causa.

En la jugada

Para justificar esta salida por peteneras, se ha armado un embrollo informativo que empieza por la petición de que el juicio se lleve en secreto, a lo que la jueza Bagley se negó de entrada y según los periodistas de la Corte de Brooklyn: “La Jueza Carol Bagley Amon se mostró escéptica respecto a los fiscales que piden que se mantengan partes del caso bajo sello, y ordenó al Fiscal federal en funciones que venga a explicar el por qué de la demanda que no es inusual; pero que, en este caso no procede”.

Además, la jueza ordenó que se abrieran los documentos antes de las 5 de la tarde de ayer o se diera una explicación más detallada sobre el caso y las cuatro acusaciones que se hacen al general Salvador Cienfuegos. Inclusive, pidió al abogado de Estados Unidos en funciones, Seth DuCharme, que se hiciera presente personalmente en una audiencia hoy 18 de noviembre para aclarar el caso. La acusación contra Cienfuegos procede de la Corte Federal del Distrito Este de Nueva York, en Brooklyn.

Lanzando una bola de humo, ayer mismo, en un comunicado de prensa el Fiscal General William P. Barr y Alejandro Gertz Manero, su homólogo mexicano, afirmaron que: “En reconocimiento de la sólida asociación policial entre México y Estados Unidos, y con el interés de demostrar nuestro frente unido contra todas las formas de delincuencia, el Departamento de Justicia de los Estados Unidos tomó la decisión de solicitar la desestimación de los cargos penales estadounidenses contra exsecretario Salvador Cienfuegos, para que sea investigado y, en su caso, imputado, conforme a la ley mexicana”.

Barr y Gertz agregaron: “Nuestros dos países siguen comprometidos con la cooperación en este asunto, así como con toda nuestra cooperación bilateral en materia de aplicación de la ley. Como refleja la decisión de hoy, somos más fuertes cuando trabajamos juntos y respetamos la soberanía de nuestras naciones y sus instituciones. Esta estrecha asociación aumenta la seguridad de los ciudadanos de nuestros dos países”. En el caso, brilló, una vez más, la política que está siguiendo el gobierno mexicano.

Es imposible negar que los Estados Unidos, un país que ha sido reconocido universalmente con un líder de la democracia, vive en estos momentos una severa crisis trilateral. A la crisis económica que se ha venido acrecentando por las presiones para crear vacíos económicos que se salven con deuda, se aunó la sanitaria que no ha sido atendida adecuadamente (hasta ayer, el virus había causado de más 246.000 decesos y más de 11 millones de contagios confirmados en Estados Unidos) y la política por las serias acusaciones que se lanzan mutuamente los contendientes de las pasadas elecciones del 3 de este mes.

En ese sentido, la posición que ha adoptado el gobierno de México ha sido de mucha prudencia y tacto en el manejo de los asuntos que competen exclusivamente a los ciudadanos del vecino país, aunque las consecuencias tengan repercusión universal. Los equipos, la cancha, las bolas, los bates, los guantes y las almohadillas, son de allá y allá tienen que definir la final de la que ha sido considerada la madre de todas las elecciones por cuanto incidirá en el futuro de esa gran nación y con ella, el de la humanidad toda.

Algunos medios de ambos países han señalado que la exoneración del general Cienfuegos es un gran triunfo para México. Más bien hay que decir que es un triunfo para el sistema de justicia de los Estados Unidos, que enmendó un yerro garrafal ocurrido como parte del juego político en pos de la presidencia.