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El Grito 2018

El Grito de Dolores o Grito de Independencia es considerado el acto con que dio inicio la guerra de Independencia de México. Según la tradición, consistió en el llamado que el cura Miguel Hidalgo y Costilla, en compañía de Ignacio Allende y Juan Aldama, hizo a sus feligreses con el fin de que se levantaran en armas contra la Nueva España en la mañana del 16 de septiembre de 1810, para lo cual tocó una de la campanas de la parroquia de Dolores.

Cuenta la leyenda que Porfirio Díaz decretó adelantar el grito un día para que coincidiera con su cumpleaños, durante el gobierno de Porfirio Díaz se continuó con la costumbre establecida a lo largo del siglo XIX; solo que Don Porfirio sustituyó las largas oratorias por un breve discurso al pueblo, desde el balcón central del Palacio Nacional, y la verbena popular comenzó a organizarse en la Plaza Mayor de la ciudad de México.

El Grito 2018

En 1896 se trasladó la campana de Dolores a Palacio Nacional y eso convirtió a la fiesta del Zócalo en un símbolo. En 1910, al cumplirse 100 años del inicio de la independencia, Porfirio Díaz gritó desde el balcón central de Palacio Nacional: Mexicanos: ¡Viva la república!, ¡viva la libertad!, ¡viva la independencia!, ¡vivan los héroes de la patria! y ¡viva el pueblo mexicano!

La fiesta del grito de independencia es considerada la fiesta mexicana más importante de México, la que nos recuerda la importancia de nuestra cultura y tradición; es la fecha del año en la cual todos nos sentimos orgullosos de ser mexicanos y estamos pendientes del evento cívico así como del movimiento político y festivo que origina como consecuencia.

Este año nuevamente tuvimos mi esposo y yo, la distinción de ser invitados por el gobernador Francisco García Cabeza de Vaca a Palacio de Gobierno para acompañarlo a celebrar el día de la Independencia y dar con él tan esperado “grito”.

La cita se dio a las 8:30 pm en el Palacio de Gobierno, donde año con año tradicionalmente se lleva a cabo esta festividad; los invitados teníamos acceso por la entrada del 15 y 16 Juárez, para llevar el control de asistencia y posteriormente ser acompañados por algún edecán a la mesa asignada.

El lugar seleccionado para la cena fue la planta baja, acomodando las mesas alrededor de la fuente, misma que estaba decorada con grades cestos de mimbre y muchas flores de distintas variedades y colores. Las mesas también tenían flores y manteles en colores mexicanos, predominando el amarillo, bolsitas y adornos de mimbre.

Como les comentaba los lugares ya estaban previamente designados, así que nos llevaron a la mesa que correspondía a “Medios de Comunicación” la cual estaba llena, la edecán que nos acompañó amablemente nos dijo que esperáramos un momento para proporcionarnos un nuevo lugar –hasta el momento la seguimos esperando; afortunadamente algunas líderes sindicales como de la Universidad Autónoma de Tamaulipas y de Salud nos invitaron a que las acompañáramos a su mesa.

La cena fue estilo mexicano, con entradas de tacos de jícama y pollo, tortillas de queso, bocoles con aguacate, frijoles y chicharrón en salsa roja; chile relleno de carne en una salsa roja y arroz blanco; también había bebidas típicas mexicanas como tequila, margaritas, mezcal, y postres.

Lo malo del evento: el sonido del balcón no se escucha dentro de Palacio, no alcanzamos a escuchar el “grito” del Gobernador, el himno, los honores, la música con los fuegos artificiales ni lo que ocurría en la plaza, simplemente no había sonido.

Lo bueno del evento: la actitud y amabilidad del Gobernador para sus invitados, que mesa por mesa fue a saludarlos, a tomarse las famosas “selfies” y tratar de atender a todos.

Lo feo del evento: la organización, definitivamente necesitan personas que sepan de planeación  y cumplan con las expectativas de la importancia del evento, ya que es un protocolo del Gobierno de Tamaulipas, no una fiesta social de ocasión, ya tienen casi dos años como para no haber aprendido.

Lo triste: la apatía de muchos invitados y miembros del gabinete que tenían cara de funeral y pocas ganas de asistir como anfitriones y disfrutar del acontecimiento.

La buena suerte estuvo de parte de los tamaulipecos, porque durante toda las fiesta no llovió, la gente pudo disfrutar de los fuegos pirotécnicos, incluso quien llegó temprano pudo ganar lugar y disfrutar del espectáculo cómodamente sentado.

No acostumbro hacer reseñas de los eventos cívicos y políticos a los que tengo el honor de ser invitada, pero en esta ocasión recibí varias peticiones de lectores que me solicitaban les platicara cómo estuvo el evento. Gracias a todos por distinguirme con su lectura, por sugerirme temas y enviarme información.

¡Qué  viva México! ¡Que viva Tamaulipas! ¡Que viva nuestra libertad!