Constitución Moral

“Polémico” es la palabra que mejor describe al presidente electo Andrés Manuel López Obrador, por si hay duda; les dejo de muestra la nueva Constitución Moral que estará lista antes del 1 de diciembre, fecha en que, como ustedes saben, tomará protesta.

Jesús Ramírez Cuevas, responsable del área de Comunicación Social del equipo de transición y del futuro Poder Ejecutivo, señaló que esta Constitución será un compendio de valores e ideas que pueden ayudar a la transformación del país desde una perspectiva moral y ética. No será un documento con carácter legal… entonces ¿el término “Constitución” solo será utilizado como nombre? ¿Tendrá un sentido obligatorio? ¿O será de puro adorno, como muchas de las leyes del país?

La idea de quienes trabajan en el contenido de la misma es “adoptar” documentos y trabajos ya hechos, como la Cartilla Moral de Don Alfonso Reyes –quien en 1944 la redactó a petición de Jaime Torres Bodet, entonces Secretario de Educación– temas sobre los valores comunitarios y la culturas indígenas, reflexiones éticas y morales sobre la vida social y las sociedades; también, respondiendo a preguntas como ¿Qué hace que una sociedad viva en armonía?, ¿Cómo mejorar la convivencia?, la visión es hacer énfasis en los valores que pueden ayudar en la transformación del país.

En campaña, el plan de López Obrador de crear una Constitución Moral generó expectativa y polémica entre algunos sectores, que advirtieron sobre la posibilidad de que este documento implicará un alejamiento de los principios del Estado laico.

La Constitución Política de un país es un texto codificado de carácter jurídico-político, fruto de un poder constituyente, que tiene el propósito de establecer la separación de poderes, definiendo y creando los poderes instituidos; es la ley fundamental de un Estado, con rango superior al resto de normas jurídicas, fundamentando todo el ordenamiento jurídico, define controles y equilibrios,  incluye los derechos y libertades de los ciudadanos y delimita los poderes e instituciones de la organización política.

Mi pregunta es ¿tener una Constitución Moral obligaría a los ciudadanos a conducirse en la forma determinada en la misma? Aclarando que esas reglas forman parte del concepto de moralidad de quien la redactó; que en este caso los elegidos para definir  la moralidad de los mexicanos son Enrique Galván Ochoa, Verónica Velasco y Jesús Ramírez Cuevas… serán ellos un dechado de virtudes.

Dicen los especialistas en la conducta humana que no existe una sola moralidad, las desviaciones de la conducta o moralidad varían en gran medida de acuerdo a las normas de la sociedad en que vivimos, y en nuestro México existen muchos grupos sociales; queda claro que la nueva moralidad va estar sujeta a aquellos que la redacten, sin tomar en cuenta los usos y costumbres de cada grupo.

Por otra parte, si se basa en conceptos religiosos, el planteamiento violaría al artículo 24 de nuestra Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, el cual en grandes rasgos, indica que los mexicanos tenemos libertad de culto, para adoptar las costumbres éticas, religiosas y sociales que mejor se nos adapten.

Debido a las críticas recibidas, se hizo una aclaración, refiriéndose a que en realidad se redactará un código moral, que va a tratar de recuperar los valores cívicos como la parte de la formación educativa y cómo se verá reflejado en los integrantes del nuevo gobierno; pero que a pesar de ello llevará el nombre de Constitución.

De acuerdo a los especialistas  la capacidad de elaborar reglas, así como para quebrantarlas no está igualmente distribuida en la población, en ningún país. Carlos Marx decía que la ley es una estrategia con la que los poderosos protegen sus intereses; tenemos infinidad de ejemplos: un vagabundo que se ponga en una esquina a señalar al gobierno, puede ser arrestado inmediatamente por escándalo público, pero un político que haga lo mismo no.

A través de la historia han existido varios códigos morales, sin embargo en un mundo con desigualdades los mismos solo han favorecido al grupo del poder y juzgado duramente a aquellos que no pertenecen a él.