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El gran negocio

Por la tarde del viernes pasado corrió la noticia de que el Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México había obtenido recursos por 30 mil millones de pesos para seguir adelante con el proyecto del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México, y que 8 de cada 10 pesos comprometidos en la obra son provenientes de los fondo de pensiones de los trabajadores y que fueron contratados por las empresas que los administran.

Esta operación que compromete las pensiones de los asalariados, se lleva a cabo en el momento en que se ha armado una tremenda tremolina por la construcción del nuevo aeropuerto que el gobierno y sectores afines se empeñan en llevar a cabo contra viento y marea, inclusive, descalificando cualquier iniciativa que conduzca a dudar su conveniencia por motivos técnico, económicos y ambientales. ¡Se hace porque se hace!

El gran negocio

Tanta enjundia en defensa de la obra y tanto empeño en la descalificación de quienes han expresado temores de que haya razones válidas que la hacen inviable, no deja de despertar sospechas. Quizá por ello, se han alzado voces calificadas que explican las razones de tal obstinación. Una de ellas es la de José Luis Luege Tamargo, quien fungió como Procurador Federal del Medio Ambiente, fue Secretario de Medio Ambiente y Recursos Naturales, y titular de la Comisión Nacional del Agua. Un hombre que sabe.

A una pregunta expresa y directa, del porqué hay tanto interés en seguir adelante con la obra, respondió que: “La única explicación, es que el NAICM responde a intereses de carácter económico de unos cuantos para proyectos inmobiliarios y desarrollo de servicios, algo que viene desde los gobiernos estatales de Peña Nieto y su antecesor, Arturo Montiel. El nuevo aeropuerto es el gran negocio de esta Presidencia. Hay funcionarios que dicen que si Carlos Salinas se enriqueció, si Miguel Alemán se enriqueció, por qué ellos no. Sí, es un botín, y tenemos que frenarlo a como dé lugar”.

Más claro ni el agua. Versión que se comprueba cuando se investigan los nombres de los propietarios de los predios aledaños a nuevo aeropuerto y los que se beneficiarán con las obras de vialidad que serán necesarias. El hilo viene desde el régimen del becario de ingrata memoria, cuando Luis Téllez Kuenzler era titular de la Secretaría de Comunicaciones y Transporte y opuso feroz resistencia a la construcción del Parque Ecológico Lago de Texcoco, con el cual se buscaba regular la afluencia de los enormes caudales que van al lago y evitar los problemas de inundación de las colonias aledañas del entonces DF. El proyecto de este parque recibió reconocimientos internacionales.

Ahora, ante la inflación de los costos, la desconfianza de los inversionistas y la poca afluencia de recursos, se recurre al dinero que administran las Afores, que, en realidad, pertenece a los trabajadores que han venido cotizando a lo largo de los años para tener una vida tranquila después de su jubilación. Quienes observan desde fuera, han adoptado una actitud cauta, porque, la obra no ha podido demostrar viabilidad.

La confianza de los inversionistas puede recuperarse si, como se ha venido planteando, existe un debate abierto entre políticos y empresarios, en el que se evidencie que el nuevo aeropuerto se necesita en el vaso del lago del Texcoco; que va a funcionar en los términos en que fue planeado; que cuenta con respaldo económico suficiente y oportuno; que no afecta los ecosistemas de la región; que no tendrá fallas por hundimiento de pistas, tolvaneras por la destrucción de cerros, invasión de las pistas por las aves que ahí tienen su hábitat; por dificultades en el desplazamiento de carga y pasajeros en un nivel que rebase las capacidades de soporte de las vías de comunicación de la región.

En contra, la empresa trasnacional encargada de la ingeniería hidráulica de la obra, Mitre Corporation, ha reconocido que: “Ellos no habían tomado en cuenta en toda su magnitud el problema hidrológico que implica la construcción del NAICM en el exvaso del Lago de Texcoco y su relación con el sistema de drenes del Valle de México; que no tenían muy clara la configuración de las nuevas capacidades de regulación que se han propuesto por parte de la SCT, de diversas maneras, al sur de la zona de interés”.

Breviario cultural: El vaso del lago de Texcoco, no es un recipiente aislado, forma parte de un complejo sistema hidráulico conectado con otros lagos. Si se le pone una tapa pesada para sacar el agua profunda, nada impide que el líquido de los mantos freáticos reponga los volúmenes extraídos. Si el agua congelada a pocos grados bajo cero rompe los motores automotrices, ¿qué harán caudales reprimidos?