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Jonrón con casa llena

Honda preocupación provocó entre los candidatos a la Presidencia de la República y a sus partidos, el debate que sostuvo Andrés Manuel López Obrador, abanderado por la coalición Juntos Haremos Historia, con la plana mayor de Milenio TV, integrada por Carlos Marín, Azucena Uresti, Carlos Puig, Jesús Silva-Herzog, Héctor Aguilar Camín y Juan Pablo Becerra Acosta, a los que respondió presto, conectando jonrón con casa llena.

No sólo rompió récord de audiencia; sino que, fue reproducido profusamente a través del portal del propio canal, y por medio de You Tube, durante todo el día de ayer. Además, fue considerada Trending Topic en el momento mismo de la transmisión, que duró más de una hora, y durante la que se trataron temas torales de la agenda nacional con un absoluto conocimiento de causa. Ciertamente, ganó Milenio y también ganó AMLO.

Jonrón con casa llena

En la edición impresa de Milenio, se resumieron algunas de las afirmaciones torales que dijo el entrevistado de sí mismo: “Soy republicano, soy demócrata, soy legítimamente ambicioso, soy honesto, soy pacífico, soy consecuente, soy libre, soy congruente, soy respetuoso, soy amplio, plural e incluyente; no meteré a Enrique Peña Nieto a la cárcel; seré como Benito Juárez, Francisco I. Madero y Lázaro Cárdenas, hombre de nación; me pueden llamar Peje, pero no soy lagarto; sin ego, soy Andrés Manuel López Obrador”, afirmaciones cosechadas de las respuestas que dio al intenso cuestionamiento.

Fue muy claro cuando dijo que antes de convocar a debatir sobre asuntos que dividen a los mexicanos, deben atenderse los problemas en los que coinciden y por los que hay una honda preocupación general, como la inseguridad, la corrupción, la impunidad; el resto, se ira tratando en la medida que se avance en las soluciones urgentes. Sobre el nuevo aeropuerto, la reforma energética y la reforma educativa, explicó que se dará marcha atrás a lo que se ha hecho mal; sin afectar a los involucrados. Por lo que hace a la educación, dijo que ninguna reforma es válida sin la participación de los maestros. 

Cuando lo interrogaron acerca de meter a la cárcel a Enrique Peña Nieto, dijo que ese era un tema con trampa; porque, a la luz de la actual legislación, el presidente de la República no puede ser enjuiciado más que por traición a la patria, y luego dio una lección de historia, para terminar diciendo que: “la primera iniciativa de ley que enviaré al Congreso de la Unión será una al artículo 108, para que el presidente en funciones pueda ser juzgado por casos de corrupción. Así será en adelante”. El Ejército seguirá en las calles, mientras se crea un sistema integral de seguridad pública.

Agradable fue el hecho de que, cuando el debate entró en clara tensión por la torpeza de alguno de los entrevistadores, López Obrador echó mano del humor, para retornar al ambiente relajado que le permitió explicar con amplitud y con ejemplos sus puntos de vista. Las carcajadas brotaron cuando recordó al general Porfirio Díaz, en el pasaje aquel de un oponente reacio en el Congreso, del que dijo: “ese gallito quiere su maiz (sic)” y de inmediato giró instrucciones para que le diera su maicito. (¡Oh, Ximena!).

El jonrón con casa llena lo anotaron Milenio y el abanderado de Juntos Haremos Historia, aunque no todos los miles de mensajes que transitaron por la red les fueron favorables. Nuevamente, se hizo presente el encono que tiene dividida a la sociedad mexicana, con indeseables muestras de odio que ofenden más a quien las profiere que a quien se dirigen. Cada quien con su pan se lo coma; pero, de que fue un éxito, lo fue.