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El círculo cuadrado

José Antonio Meade va en caballo de hacienda tras la candidatura a la presidencia de la República por el Partido Revolucionario Institucional y no ha faltado comentarista avispado que lo considere un aspirante de lujo dadas sus prendas personales; pero, él mismo se empeña en empañar esa imagen con declaraciones desafortunadas que, en el mejor de los casos, pueden corregirse y debe corregir para sustentar su pretensión.

Dijo que México y los mexicanos deben mucho al Partido Revolucionario Institucional, lo que, indudablemente, es cierto de toda certeza. En los 60s, en todo el mundo corría una interrogante que preguntaba cómo hacía este país para mantener, durante tanto tiempo, un régimen que dio como fruto paz, estabilidad y desarrollo, mientras  el mundo se desangraba en guerras atroces y se instauraban regímenes dictatoriales de la más cruel y sanguinaria naturaleza que oprimían sin piedad todo hálito de libertad.

El círculo cuadrado

La respuesta la dio el maestro Bernardo Bátiz, cuando, al hacer un recuento de los logros de la Revolución Mexicana, señala que: “Entre ellos, en primer lugar está la Constitución que aún nos rige, la primera que incorporó las garantías sociales en un texto fundamental; la primera que reconoció que si bien los individuos tienen derechos fundamentales, indispensables para su existencia como personas, hay también derechos que corresponden no a individuos, sino a sectores o categorías sociales: los campesinos, los obreros en una primera etapa y luego, los indígenas, las mujeres, los niños, los ancianos, los minusválidos”. Claro es, sin las reformas actuales.

Durante la etapa que va del cardenismo a José López Portillo, se crearon las grandes instituciones del Estado mexicano, las pujantes empresas paraestatales, que no hacían ricos a unos cuantos, sino que llevaban los beneficios de los avances técnicos y tecnológicos a todos los rumbos de la geografía nacional, dando empleo muchos de los mexicanos que migraron del campo a la ciudad gracias a la gran permeabilidad social.

Ahora, de eso ya no queda nada y todo está en manos de una camarilla que ha venido a constituir la plutocracia que puja por el puesto de hombre más rico de planeta, y que, como una potente aspiradora, se apodera de la riqueza generada con el trabajo de los aborígenes, a los que se pagan salarios miserables que son anticonstitucionales, a más de inmorales, porque no alcanzan ni siquiera para comer con tortilla tres veces al día.

A partir de Miguel de la Madrid, vinieron privatizaciones y ‘asociaciones estratégicas’ de los ricos de aquí con los ricos de allá, para cerrar el paso a cualquier aspiración de justicia social. El PRI se convirtió en una cofradía que, rasgándose las vestiduras, dice que trabaja por México; pero, en realidad es una rica mina de nuevos multimillonarios (en dólares, porque a los devaluados pesos le hacen el fuchi), inescrutable y tenebrosa.

Dice también don José Antonio que México depende ahora menos de Estados Unidos y que, cuando menos, la mitad de las exportaciones mexicanas van a mercados de este y de otros continentes. ¡Ufff! ¿A qué exportaciones mexicanas se refiere? Casi todo lo que se produce en México ya no tiene el sello de ‘hecho en México’ sino que lleva las marcas de las grandes firmas internacionales que dominan los monopolios en casi todo lo que tiene elevado consumo. La cerveza mexicana sólo lleva de México el agua.

Según las últimos datos publicados por la OEC, el 81 por ciento de las ‘exportaciones mexicanas’ van a parar a los Estados Unidos, al que se vende 302 mil millones de dólares, de los 374 que conforman el total de lo que este país envía al exterior luego de haber ingresado como partes, mediante el esquema de importación temporal y ser ensambladas con mano de obra harto barata, convertido en ‘exportación nacional’.

Cualquier aborigen, desde la comodidad de su casa, puede percatarse de que México es un país de consumidores cautivos de los bienes y servicios producidos en los Estados Unidos, China y otros países, con los cuales se hace triangulación comercial. 

Qué bueno sería que el reconocido como buen candidato, pudiera estar más enterado para encontrar la cuadratura del círculo.

Saludos a los lectores al reanudar esta colaboración.