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El chiste de la economía

El mundo entero estaba asombrado del crecimiento de la economía de México durante la mayor parte del siglo pasado, con promedio de entre seis y siete por ciento anuales, con paz, estabilidad y desarrollo. Negarlo no sirve de nada porque existen documentos que dan prueba de ello. Ahora, el asombro es por el bajo, bajísimo, crecimiento de PIB y de la creciente desigualdad entre los que tienen en exceso y los que de todo carecen.

Los ‘genios’ que han operado la economía nacional durante los últimos lustros, tienen un prestigio y un reconocimiento internacional que resulta inexplicable. Videgaray fue nombrado en dos ocasiones el mejor secretario de Hacienda del planeta y Carstens fue llamado para ocupar la gerencia general del Banco de Prestamos Internacionales en Basilea, Suiza. Sólo que, uno dejó la economía en ruinas, con una deuda colosal, y el otro fue incapaz de contener la inflación a pesar de imponer altas tasas de referencia.

El chiste de la economía

De acuerdo a los informes dados a conocer por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, en el periodo que va del 2013 al 2018, México será una de las ocho economías latinoamericanas con más bajo crecimiento. Los estudiosos consideran que debe haber algo muy equivocado en un modelo de desarrollo que no logra crecimiento ni aumentos en los ingresos de la población. No hay que hurgar el coco para saber qué.

Durante el seminario que dio hace poco, el execonomista en jefe para América Latina del Banco Mundial, Guillermo Perry, manifestó que a México le ha faltado algo después de integrarse a la economía global y dar más dinamismo de su sector privado. Luego, a manera de reflexión dijo que: “Los países exitosos han hecho esas mismas cosas; pero, también otras. Los Estados Unidos, las naciones europeas y China se han abierto; pero, además le han puesto un gran interés a la economía del conocimiento, la innovación, a la calificación de su mano de obra y a la calidad de su sistema educativo”. No, pos´ sí.

No se necesita ser un experto ni tener ojo avizor para ver cómo aquí se modificaron las negociaciones colectivas en detrimento del sector laboral; se dio mayor ímpetu a la creación de monopolios; se creo un mercado financiero enfocado en el corto plazo, con descuido del crecimiento económico; se hizo más difícil el acceso a la universidad. Todo se operó para favorecer e, inclusive, proteger al sistema financiero local y global.

Los mismos datos de la Cepal señalan que las exportaciones de México pasaron de 50 mil, 900 millones de dólares en 1994, equivalentes al 10% del PIB de ese año, a 409 mil, 494 millones en 2017, el 36% del PIB. Agrega: “Pero México es un ensamblador de insumos que vienen de los Estados Unidos y de Asia. El contenido mexicano de las exportaciones es muy bajo y eso no genera crecimiento. El gobierno no sólo persistió en el modelo económico, además quiso profundizarlo con sus reformas estructurales.

Los resultados están a la vista; pero, eso no es lo peor. Quienes fueron beneficiados por las absurdas medidas del mejor secretario de Hacienda del mundo y con las ideas del señor del ‘catarrito’, ahora se oponen abierta y obcecadamente a la corrección de las estrategias que siguen creando miseria, desamparo y abandono para abonar a la salud de la macroeconomía, esto es, de los monopolios y el sector financiero agiotista.

En una entrevista a Joseph Stiglitz, recomendó a los mexicanos: “Pensar en cómo fortalecer a la sociedad civil. Porque, al final, los gobiernos estarán más sujetos a los intereses de la industria privada organizada que a la sociedad, si no hay una sociedad civil organizada; también es importante tener una prensa diversificada e independiente para lograrlo, porque es la única forma en que estos temas puedan llegar a la esfera pública. Incluso si tienes una sociedad civil, es necesario que estas ideas puedan alcanzar a la mayor cantidad de gente posible”.