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Asesinos a la medida

De tarde en tarde, la sociedad se conmociona con eventos tan escalofriantes como el asesinato serial de mujeres, que no son diferentes a los crímenes atroces que se han venido dando durante los últimos años, cada uno más cruento, más dramático, que el otro. El asesino de cuando menos 20 féminas, aseguró en sus primeras declaraciones que: “Si salgo de esta, seguiré matando mujeres”, lo dijo sin ningún recato, sin pudor.

Lo manifestó como hace muchos años el Mochaorejas expresó que a la gente como él debían aplicarle la pena de muerte, ya que, de seguir vivo, seguiría matando porque ‘ese era su trabajo’. Los estudios clínicos y de campo que se han realizado en torno a este tipo de personas que aparentemente son normales y conviven en sociedad, lo que les da una ventaja sobre sus víctimas, señalan que su mal tiene 4 elementos causales.

Asesinos a la medida

Las conclusiones más conocidas al respecto son las del Dr. Jim Fallon, neurólogo y profesor en la Universidad de California, y las del New England Journal of Medicine que coinciden en que las diferencias anatómicas entre los asesinos en serie y las personas corrientes son: que en el primero se aprecia un lóbulo frontal de mayor tamaño y más funcional, característica que les da más agresividad y menor empatía.

En este lóbulo frontal residen la conducta, la estrategia, la memoria de trabajo y la capacidad de planificación. Se podría afirmar que es la parte más humana del cerebro. Su abultamiento indica una alta agresividad y, a su vez, un aumento en la capacidad de estrategia así como una baja capacidad de empatía que puede desembocar en cierto riesgo de sadismo. ¡Permite proyectar experiencias pasadas en situaciones futuras!

La segunda característica detectada es la presencia del gen MAOA, también llamado 'gen de la violencia'. Este gen está ligado al sexo del individuo, porque se encuentra en el cromosoma X. El cromosoma X en niños procede solo de la madre, mientras que en niñas procede de la madre y el padre. Fallon cree que este es el motivo por el que la mayoría de los psicópatas asesinos son hombres. Según esta, la violencia es genética.

Como tercer elemento, el Dr. Reid Meloy, encontró que entre los asesinos en serie hay un nivel anormalmente alto de manganeso, hierro y cobre tal que tiene un impacto directo sobre la disminución de dopamina y serotonina, sustancias relajantes que disminuyen los niveles de testosterona (hormona que provoca no solo la agresividad desmedida sino la necesidad de dominio), de tal manera que el individuo sufre una alteración conductual que le empele al actos criminales para imponer su superioridad.

Pero, quizá el elemento determinante sea el cuarto, que según Fallón, es el que mayor influencia tiene en las conductas antisociales: la exposición a la violencia desde una edad temprana. Un individuo puede tener los tres primeros factores y no ser asesino en serie; pero, presenciar un hecho violento o estar relacionado con él puede ser el detonante que los active y convierta al individuo en un homicida en serie. Más, mucho más si la exposición a la violencia ha tenido lugar antes de la pubertad.

El investigador pone el acento en las zonas de guerra, donde los niños han sido testigos de la muerte y la violencia desde edades tempranas, además de que las personas violentas tienden a sobrevivir más en estos ambientes y sus genes acaban prevaleciendo.

Pero, no es necesario un escenario de guerra para fomentar las conductas violentas. A los niños a los que se endilga la televisión como una moderna nana, están expuestos, en la programación dedicada a los niños, a contenidos de extrema violencia, como las caricaturas de Cartoon Network, que ni padres ni autoridades se atreven a cuestionar, ya no se diga a censurar en sus escenas y lenguaje de extrema crueldad con amenazas, decapitaciones, asesinatos, etc.

La producción de sicópatas ya se hace a la medida, a ciencia y paciencia de todos.


Fortino Cisneros Calzada

Fortino Cisneros Calzada

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