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Amar con poesía

La poesía no quiere adeptos, quiere amantes. Federico García Lorca

“Entró a mi vida cómo él lo dice en un verso, echando la puerta abajo. No tocó a mi puerta con timidez de enamorado. Desde el primer instante él se sintió dueño de mi cuerpo y de mi alma. Me hizo sentir que todo cambiaba en mi vida, esa pequeña vida mía de comodidad, de blandura que se transformó como todo lo que él tocaba. No sabía de sentimientos pequeños ni tampoco los aceptaba, me dio su amor con toda la pasión que era capaz de sentir y yo lo amé como nunca me creí capaz de amar. Entré a un mundo que antes nunca soñé que existía. Primero tuve miedo, hubo momentos de dudas pero el amor no me dejó vacilar mucho tiempo. Este amor me traía todo. La ternura dulce y sencilla cuando buscaba una flor, una piedra del río y me la entregaba con sus ojos húmedos de una ternura infinita. Pero había también celos y furias incontenibles. Estas eran como tempestades furiosas que azotaban su alma y la mía, pero nunca tuvieron la fuerza para destrozar la cadena que nos unía que era nuestro amor, y de cada tempestad salíamos más unidos, más fuertes que nunca. Así era su amor. Él no podía amar de otra manera”.

Lo anterior es un apasionado fragmento de la carta prólogo escrita por Matilde Urrutia en el libro “Los versos del capitán” de Pablo Neruda. Palabras que dan cuenta de los sentimientos que el poeta era capaz de inspirar. En el tiempo que se escribió el texto, Matilde y Pablo vivían una apasionada historia que trascendería su muerte. Poemas que son el reflejo de una relación que lo mismo vivió el dolor de las separaciones, el placer de los encuentros, el filo de los celos y las luchas políticas compartidas. Tiempo  en que el amor fue refugio y fuente de energía para Neruda  y la poesía su mejor forma para expresarlo.

Amar con poesía

Y así como el Nobel Neruda le cantó al amor con letras, muchos otros creadores han hecho de la poesía, la mejor herramienta para enamorar. Mario Benedetti fue otro de los grandes poetas del amor en español: “Tus ojos son mi conjuro contra la mala jornada te quiero por tu mirada que mira y siembra futuro. Si te quiero es porque sos mi amor mi cómplice y todo y en la calle codo a codo somos mucho más que dos”. Un poeta como Neruda comprometido con las luchas sociales, pero también con el amor y sus batallas: “Mi táctica es ser franco y saber que sos franca y que no nos vendamos simulacros para que entre los dos no hay telón ni abismos. Mi estrategia es en cambio más profunda y más simple. Mi estrategia es que un día cualquiera no sé cómo ni sé con qué pretexto por fin me necesites”.

En su vida personal Mario Benedetti, a diferencia de Neruda, fue de relaciones amorosas largas, duraderas. Con su esposa Luz estuvo unido alrededor de 60 años. En ella está, literalmente la luz, la inspiración, el deseo profundo. En su Luz están todas las mujeres del mundo y a través de ella les canta: “una mujer querida y vislumbrada desbarata por una vez la muerte”. Y dicen que nada le dolió más profundamente al poeta que la muerte de su Luz y que sólo encontró refugio en la poesía: “Antes de su final inmerecido, Luz abrió por última vez sus ojos y su mirada fue una despedida. Nunca podré olvidar esos ojos tan míos resumiendo una vida, dando un amor postrero”.

Otro poeta del amor que vivió en su vida una relación duradera fue nuestro Jaime Sabines, sin duda uno de los poetas mexicanos más queridos. Unido con Josefina Rodríguez, su Chepita, hasta el día de la muerte del poeta: siete años de novios, cuarenta y seis de matrimonio, toda una vida amaneciendo juntos y la poesía en el centro. “Te quiero a las diez de la mañana y a las once y a las doce del día. Te quiero con toda mi alma y con todo mi cuerpo, a veces, en las tardes de lluvia”. Un poeta del cotidiano amor, del que a todos toca. Sencillo pero profundo, sutil pero intenso: “Los amorosos callan. El amor es el silencio más fino, el más tembloroso, el más insoportable”. 

Poetas como muchos otros y otras que le han cantado al amor. Porque también las mujeres lo han expresado a lo grande, entre otras, Sor Juana, Idea Vilariño, Alfonsina Storni, Claribel Alegría, Gloria Fuertes, Gabriela Mistral: “Hay besos que producen desvaríos de amorosa pasión ardiente y loca, tú los conoces bien son besos míos inventados por mí para tu boca”.

En fin, mucha tela para cortar este 14 de febrero. Regalemos poesía. Les recomiendo especialmente a Baudelio Camarillo, talentoso tamaulipeco: “Todos buscamos una puerta para mirar la luz. Yo la encontré en tu cuerpo, la abrí…

La poesía abre puertas y también corazones.  Regalemos poesía.