VIVIR A LA DEFENSIVA

A propósito del tema, estaba recordando que no hace mucho, la universidad local fue sede para una conferencia sobre paz y justicia social. El tema del secuestro y sobre todo el testimonio de víctimas recientes de ese delito tuvieron un fuerte impacto entre los asistentes, pues no estaban escuchando a terceras personas involucradas en los casos, como los agentes policíacos que investigaron el crimen, o los procuradores de justicia que llevaron el criminal a un tribunal y lograron la mayor de las sentencias.

En este caso, escucharon a dos de las víctimas, como fue que lograron superar tan amarga experiencia. También, de acuerdo a su propia experiencia, qué le aconsejan a la gente común y corriente acerca de cómo conducirse y a qué detalles prestar atención para evitar ser víctima de este crimen.

VIVIR A LA DEFENSIVA

Recuerdo que en ambos casos, las víctimas fueron secuestradas a la luz del día. Se comprobó que no tenían relación alguna con los secuestradores, que no fue un acto represalia por alguna actividad ilegal realizada por algún familiar. 

De una forma completamente aleatoria fueron privadas de su libertad, sin embargo una cosa que dejan clara los estudios de criminología acerca de cómo actúan los perpetradores de un crimen de esta naturaleza es que los criminales no escogen a sus víctimas al azar. Existe un perfil que los favorece: buscan una presa fácil, aquella que podrán someter con el mínimo de esfuerzo.

Hay comportamientos obvios que marcan a una persona como una "buena víctima". Llevar consigo grandes cantidades de efectivo y mostrarlo sin reparos, usar joyería ostentosa, frecuentar lugares propicios para el crimen, y hacerlo a solas.

Pero hay otros aspectos más sutiles que marcan a las víctimas de un crimen, y están relacionados con su estilo de vida, el tipo de personas que frecuenta, su manera de hablar, y ciertos aspectos de su personalidad, como la timidez, su postura, su manera de caminar, en fin todas las señales no verbales que proyecta una persona.

Los criminales notan cuando otro individuo muestra un comportamiento desorganizado, distraído, titubeante, y al igual que en la naturaleza donde el depredador escoge al más lento y vulnerable de la manada para comérselo,

los malhechores suelen atacar a quienes se apartan de los demás, que evitan llamar la atención, que suelen esquivar la mirada de los demás y sobre todo que no serían capaces de dar pelea al momento del ataque.

Para evitar la posibilidad de ser víctimas de un crimen los expertos recomiendan que en todo momento pongamos atención a nuestro alrededor, si algo no parece normal, o si percibimos algo sospechoso no dudemos en comunicarlo, ya sea algún familiar o la misma autoridad, más vale ser precavido y parecer exagerado con nuestra seguridad, que terminar siendo parte de las estadísticas como víctimas de un crimen.

Desgraciadamente hay que vivir a la defensiva.

Vive un día a la vez! ... ignite the moment!...Y recuerda que Dios te ama y yo también. 

Msgr. Juan Nicolau, Ph. D. STL. Sacerdote jubilado de la Diócesis de Brownsville. Es psicoterapeuta familiar y consejero profesional con licencias.