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Preparados para el adviento

El pasado domingo celebramos el primer domingo de adviento. En uatro semanas estaremos celebrando el nacimiento del niño Dios. 

La palabra adviento proviene del latín y significa “venida”.  

Preparados para el adviento

Las cuatro semanas del tiempo de adviento es un tiempo de espera, que nos da la oportunidad para prepararnos y estar listos a la llegada de alguien, no de algo. A quien estamos esperando es al niño Dios. Y de la misma forma que preparamos y adornamos nuestra casa para la llegada de alguien que viene a visitarnos, durante el tiempo de adviento debemos preparar nuestro espíritu para que en navidad podamos celebrar el nacimiento del niño Jesús. 

Hay que estar limpios de rencores, envidias, celos, y de cualquier otro sentimiento negativo que nos ensucie el alma.  Para lograr esto es importante que primero procuremos la armonía dentro de nuestro hogar, con nuestros familiares y amigos, y también con nuestros vecinos. 

En segundo lugar, hay que desear la paz para todos nuestros semejantes. Para esto hay que reconciliarnos con aquellos que nos han disgustado, pues sería muy fácil estar en paz con la gente que nos quiere y siempre nos complace. Lo que muestra nuestra buena voluntad de ser mejores ante la llegada del niño Dios es el que logremos perdonar a quienes nos han herido y que logremos desear para ellos la paz en esta próxima navidad.  

En tercer, lugar hay que practicar la humildad. Un llamada para inclinarse ante los demás olvidándonos del falso orgullo y el egoísmo, pues según la tradición solo serán bienvenidos al reino de Dios aquellos que logren pasar por debajo del portal de la cuna del niño que nacerá en Belén. 

En muchos de los hogares católicos se observa como un adorno especial de esta temporada una corona de adviento, como el símbolo de que se acerca la navidad. 

La corona de adviento es un adorno sencillo que simboliza grandes cosas, su forma redonda nos habla de la eternidad del amor de Dios, el color verde de sus hojas o follaje nos indica la esperanza y la vida, el listón rojo simboliza el amor de Dios por todos nosotros y la luz de cada una de sus cuatro velas es símbolo de nuestra fe.  

Por último, pero no menos importante, para estar listos a la llegada de la navidad hay que tener amor para regalar a nuestros familiares y amigos, a nuestros vecinos, a nuestros compañeros de trabajo y estar dispuestos a regalar buena voluntad incluso a quienes nos caen mal, pues el amor a nuestros semejantes es el mejor regalo que podemos ofrecerle al niño Dios. 

Adviento es esperar la venida de alguien cuyo nombre es Jesús, Mesías, Salvador, Rey de Paz. 

… Y recuerda que Dios te ama y yo también.

Mons. Juan Nicolau, Ph.D. STL. Sacerdote jubilado de la Diócesis de Brownsville. Es terapeuta familiar y consejero profesional con licencias.