Palabras al vacío

Dice certero y viejo refrán que para tener la lengua larga hay que tener la cola corta. De ahí la sorpresa que ocasionaba el que los ex presidentes FELIPE CALDERÓN y VICENTE FOX anduvieran, el primero, muy crítico y el segundo, muy boquiflojo, pero en ambos casos no estaban atendiendo lo que aconseja el refrán de marras.

No creo hubiera alguien en nuestro México lindo y querido que metiera las manos al fuego por ambos ex presidentes. Conforme las reglas de ascenso en el poder es prácticamente imposible no embarrarse en uno de los peldaños escalados, y ya estando en el poder las tentaciones están por doquier y generalmente sucumben a ellas.

La ventaja que han tenido los de a mero arriba es que no firman ningún documento en el que se autoricen obras, contratos y compras, como tampoco dan el visto bueno a la calidad de las obras o  los servicios prestados o de las compras, circunstancia que les permite a los de a mero arriba estar blindados ante una eventual denuncia de corrupción.

Más, sin embargo, el hecho de que en los juzgados no les puedan probar su participación en los actos de corrupción, ante la ciudadanía quedan expuestos como corruptos digan lo que digan. Tal vez Calderón y Fox, sabedores de que por muchas ganas que les tenga ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR, nada les podrá probar si es que trataron de convertirse en el contrapeso que hasta la fecha no han podido ser los partidos políticos y de coleada como organismos privados como la COPARMEX.

Todas esas instituciones políticas y patronales naufragan en la intrascendencia derivada de que durante 36 años nunca vieron lo que hoy si están observando y encima de ello está el hecho irrefutable de que AMLO tiene un respaldo popular, para unos, de un 60 por ciento y para otros, del 70 por ciento y con ese respaldo, digan lo que digan, lo mismo los partidos que los organismos privados, sus palabras se pierden en el vacío, finalmente solamente encuentran eco entre quienes abominan a López Obrador, que según mediciones es de un 15 a un 20 por ciento del electorado.

El caso es que la detención de GENARO GARCÍA LUNA se le vio como la posibilidad del parteaguas que tanta falta le hace a México y al parecer el presidente López Obrador le metió el guante a ese candente roletazo. Lo anunció la tarde noche del miércoles el titular de la Unidad de Investigación Financiera, SANTIAGO NIETO que anunció que van a investigar desde el 2010 hasta la fecha.

Bófanos, esto sonó como jarro rajado en festejo navideño aflorando por lo pronto que cuando García Luna fue Secretario de Seguridad Pública de la federación hubo dos mil millones de pesos para la seguridad que se canalizaron a través de la Secretaría de Gobernación a empresas del hoy prisionero en una cárcel de Nueva York.

Es la punta del iceberg lo que está aflorando y va a descubrir caminos del dinero y sobre todo a su paradero.

Lo anterior ya debe traer mortificados a todos aquellos que no le han dado destino correcto a los recursos de la Federación que envía a los Estados para el rubro de seguridad pública. Muy bien tendrán que estar en sus cuentas como para que salgan ilesos de la investigación a fondo que ya empezó con los dos mil millones de esos que andan bailando y esos solamente corresponde al último tercio del sexenio de FELIPE CALDERÓN.

Como SANTIAGO NIETO anunció que las investigaciones se extenderán hasta el presente, hasta los de López Obrador que ocupan puestos en el servicio público deben ir revisando como ejercieron el presupuesto durante el año que está por finalizar.

Ya lo dijo el presidente mexicano: van a actuar, y de pasada recomendó a los gobernadores que no deleguen funciones en el problema de la seguridad pública, que los atiendan directamente recomendación que también fue para los alcaldes.

Son miles de millones de pesos los que anualmente se gastan en los tres niveles de gobierno y los resultados son francamente desalentadores.

Esto me recuerda las series con temas de capo narcos, como las de La Piloto, El Chapo y El Señor de los Cielos, que cuando uno los vio las desdeñaba porque las veía cargadas de ficción. La detención de García Luna dejó de manifiesto que no tiene nada de ficción lo que pasa en ese medio.

Viene la sacudida y ni modo, pero la exigencia del pueblo es tener paz y esa tranquilidad no se va a lograr mientras haya chapuceros enquistados en las labores de seguridad pública.

Nadie podrá decir que ésta campaña que ya emprendió a través de la Unidad de Investigación Financiera es una represalia de López Obrador, simplemente se dieron los hechos y para evitar suspicacias, en Estados Unidos lo que obviamente motivó investigaciones en territorio mexicano y por lo pronto ahí están dos mil millones de pesos que en forma triangulada no se sabe si realmente se gastaron en lo que aparece en los respectivos informes. Que sea para bien porque la corrupción ya se había pasado de rosca.

Mientras tanto las familias reynosenses están inmersas en los preparativos para la cena de noche buena. Como es natural, los centros comerciales están experimentando un alza en sus ventas en los casilleros de verduras, carnes, aves, sobre todo el guajolote superando al cerdo y no se diga en la venta de vinos y licores sin excluir la cerveza.

McAllen ni se diga, ventas a un alto nivel de prendas de vestir, electrónica y videojuegos, y por supuesto que la juguetería se lleva la mayor parte. No hay nada en este mudo que nos cause más satisfacción que ver a un niño muy complacido y sonriente por los regalos de Sata Claus, una tradición que afortunadamente todavía se inculca en los hogares mexicanos, aunque por el centro y sur del país la encomienda de obsequiar se la dejan a los Reyes Magos, pero en ambos casos son factores que producen felicidad en la niñez mexicana a la que también desde temprana edad debemos inculcarles valores éticos y morales para evitar que esos niños en el futuro no anden como anda una parte de los jóvenes de hoy: totalmente extraviados sin rumbo alguno y con un solo destino: fallecer y terminar en prisión.

Desgraciadamente los padres de ellos fallaron en su obligación, no es excusa que hay muchachos que son duros de cabeza, pero precisamente con ellos se debe ser más riguroso para evitar que terminen mal. Otros, no es que sean cabezas huecas, son más bien lo contrario se pasan de listos. Creen que a ellos nunca nada les sucederá y por lo mismo desprecian los consejos familiares y desafían a las autoridades.

Eso no les evita que terminen como los otros, en una sepultura o en la cárcel.

Y por hoy, BASTA.

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