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Las 5 formas de manejar el dolor y los problemas

¿Con cuál de ellos te identificas?

En la vida, sin lugar a duda, todos enfrentamos momentos que ponen en riesgo la tranquilidad y desafían nuestras capacidades. Estarás de acuerdo conmigo que hay personas que van por la vida instaladas en “quejilandia” y aún ante situaciones agradables hallarán la manera de encontrar «el negrito en el arroz». Definitivamente cuando este es el caso, el problema no es el problema, sino la actitud con la que se aborda el problema.

Estoy convencido que cuando una persona tiene problemas con todo el mundo, ¡el mundo no es problema! Siempre he dicho que no podemos cambiar al mundo, pero cuando cambiamos la forma de ver al mundo, el mundo cambia. Dicho en otras palabras, lo problemas siempre surgirán y muchos de ellos no podremos cambiarlos, no obstante, podemos elegir la forma en cómo los enfrentamos. 

Las 5 formas de manejar el dolor y los problemas

Los problemas causan dolor y el dolor puede ser expresado a través del coraje, frustración, impotencia e incluso ganas de revancha, por lo tanto, te explicaré las 5 formas en como las personas manejan el dolor: 

1. “Con permisito dijo Monchito”. Huir siempre será la forma más «segura» de creer que el NO ver el problema significa que ha desaparecido. Dice el refrán que “ojos que no ven, corazón que no siente”, pero el hecho de que no sientas no significa que no esté sucediendo. Es tan absurdo como el hecho de no reconocer que tienes un tumor, no te libera de padecerlo. 

2. “Voy derecho y no me quito, si me pegas me desquito”. Agredir es una de las formas más comunes que existen para hacer malabares con el dolor. Existen personas que constantemente están a la defensiva y otras que permanentemente están a la ofensiva ¿Notas la diferencia? A menudo, quienes agreden a los demás cuando están en problemas son personas con viejos dolores no resueltos y, por lo tanto, su personalidad es sumamente volátil y sus reacciones están desproporcionadas al tamaño del problema. Son personas que eligen levantar la voz, en lugar de mejorar sus argumentos. 

3. “No oigo, soy de palo, tengo orejas de pescado”. Mantenerte inmóvil equivale a seguir siendo el blanco para futuros ataques, porque al final del día estás eligiendo «ponerte de tapete» para que te sigan pisando. Esto significa vivir en “victimilandia” y te puedo asegurar que por más que aguantes la situación, el problema seguirá ahí y créeme, no ganarás ningún Grammy a la tolerancia, si acaso uno a la lastima. 

4. Como en la pirinola: “Todos ponen”. En todos los problemas que puedas enfrentar, sin temor a equivocarme, habrá una parte en la que serás responsable (ojo, dije responsable, no necesariamente culpable). En ocasiones habrás podido colaborar con el problema debido a un malentendido, interpretaciones equivocadas o simplemente por la forma en cómo te estás contando la historia, por lo tanto, es indispensable que en primer lugar elijas escuchar a la otra persona para conocer las dos caras de la moneda, renuncia a la necesidad de querer tener la razón. Después de escuchar, podrías responder: “Entiendo que te sientas enfadado, ¿Cómo puedo colaborar para remediar la situación? (ojo nuevamente, dije colaborar, no hacerte cargo de todo) Si identificas que en algo “la regaste”, asume tu responsabilidad y enfócate en encontrar soluciones y no pretextos.

5. “Si tienes tele, ¡ahí te ves!”. Cuando la situación es insostenible y de plano consideras que es una pérdida de tiempo el querer reparar el problema e incluso ya ni siquiera te nace que la otra persona conozca tu versión, entonces hazte invisible. La diferencia entre huir y volverte invisible es que cuando huyes te llevas el problema contigo y cuando te haces invisible, simplemente dejas de alimentar situaciones tóxicas, sueltas el problema y elijes mejor ser feliz que tener la razón (¡Y que con su pan se lo coman!) 

Como podrás darte cuenta, las tres primeras opciones no modifican el resultado y siguen enchilados. En contraste, las dos últimas opciones son formas responsables de hacerle frente al problema y al dolor. Como lo comenté, problemas siempre tendremos, pero la manera de manejarlos hará la diferencia. De hecho, hay problemas (y dolor) que sólo existen en nuestra mente por la necedad de querer alimentarlos y mantenerlos “vivos”. Recuerda que, si no puedes hacer nada para cambiar tu pasado, entonces has algo en tu presente para mejorar tu futuro. #Anótele Nos leemos pronto. 

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Coach Gerardo Moreno