Freno al libertinaje

No basta solamente la reparación del daño moral. Si eso fuera suficiente ya hubieran cesado las ofensas y vejaciones a través de medios de comunicación y las redes sociales

Una iniciativa de Ley acaba por entrar a la etapa de discusión y aprobación en el Congreso del Estado, y habrá que abonarle el mérito a Francisco García Cabeza de Vaca, en su calidad de ciudadano, y a Javier Garza de Coss, como legislador.

Es una ley encaminada a ponerle un freno a las diatribas y los insultos, difamaciones y toda clase de injurias de que son objeto lo mismo quienes forman parte del servicio público que del privado.

Freno al libertinaje

Los periodistas no hemos escapado a estos ataques que han arreciado y todo por no haber justo castigo para quien ya de la libertad de expresan rebasó esa frontera para internarse en el campo del abuso, de libertinaje, de la agresión, y en una completa impunidad.

Sería largo mencionar todas las personas que lo mismo en esta ciudad como en Nuevo Laredo y Matamoros, como en el resto del Estado han sido objeto de esas vejaciones, lo mismo en medios de comunicación que en las redes sociales, el refugio de los cobardes, como bien lo califico el pensador italiano Norberto Obbio.

Esto, por supuesto que orilló a que el gobernador de Tamaulipas, Francisco García Cabeza de Vaca, a quien le envió un saludo y felicitación tras entregar su cuarto informe de gobierno, pero sobre todo para reconocer su entereza al promover esta ley a través del diputado local Javier Garza de Coss.

No basta solamente la reparación del daño moral. Si eso fuera suficiente ya hubieran cesado las ofensas y vejaciones a través de medios de comunicación y las redes sociales.

Por lo anterior fue imperativo que el mandatario estatal tomará lo que se llama el problema de frente con una solución que estará amparada por la Ley.

Es muy encomiable su propuesta. La van a agradecer las personas de bien, la van a reprochar quienes han hecho del insulto una actividad, algunos, para desahogar resquemores, otros, por encargo, pero sea cual haya sido la motivación, es reprobable esa actividad delincuencial y en total impunidad.

Desconozco la penalidad que se aplicara para quienes incurran en la difamación y la ofensa. Los ciudadanos de bien esperan que sea considerado ese delito como de los llamados graves.

No es cosa menor que alguien sea injuriado u ofendido en su dignidad y en su moral ante propios y extraños y no haya como respuesta un castigo porque nuestra legislación penal era omisa en ese sentido.

Tengo conocimiento que la Ley civil dispone una acción de reparación de daño moral cuando una persona es ofendida o afectada en su fama pública y dignidad, pero también sé que encaminar una acción de ese tipo lleva tiempo y además es costosa. No cualquier ciudadano podría demandar a los ofensores mientras que tipificándose como delito sé que esa obligación del Ministerio Público.

Y que resplandezca la justicia eso es lo que queremos todos los tamaulipecos de bien.

Que esa iniciativa que está ya en el Congreso del Estado se apruebe a la mayor brevedad pues ya es urgente y necesario poner un freno a ese libertinaje que tanto daño ha causado en dignidad y la fama pública de las personas de bien.

Reitero: estas aplaudirán su aprobación, los que hicieron del insulto una diversión o un chantaje, ya tendrán motivos para pensar antes de ofender a las personas.

Que vengan esas leyes y otras en Tamaulipas. Se necesita detener la impunidad con que malos ciudadanos ofenden a quienes forman parte lo mismo del servicio público que del privado.

No es que considere que al servidor público deba vérsele como una figura sagrada, pero si es menester que se refieran a ella con consideración y respeto.

Se relajaron las costumbres, bien lo sé, pero para esas son las leyes.