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Falta el apoyo oficial para niños y jóvenes

Cuando tratamos de descubrir lo mejor en otras personas, brota espontáneamente lo mejor de nosotros”… WILLIAM ARTHUR WARD.-

Hagamos un país beisbolero… ¡No hombre, espera!… Solo una ciudad beisbolera.

Falta el apoyo oficial para niños y jóvenes

Principal problema, se necesitan campos donde jugar y no los hay. ¿Donde debían estar a la orden de niños y jóvenes de la comunidad lo que hay son bares, discotecas, cervecerías y licorerías de todos los tipos?.

No… La respuesta es no, por razones lógicas. Esos sitios, llamados también antros necesitan estar ubicados en sitios privilegiados, mientras que un terrenito para jugar pelota puede estar en cualquier lugar… que uno llega.

Si por cada cervecería, bar, licorería, discoteca, se abriera un espacio alrededor de la ciudad, con uno de esos backstop de sombrero, que cuidan las pelotas de fouls, terreno suficiente para para albergar las cuatro bases y el outfield, puedes afirmar que todas las tardes, después de los horarios escolares, y a días completos los sábados, los domingos y los feriados, habrá fiesta de gritería por la muchachada.

Fiesta de beisbol. Y como suele ocurrir, al haber dónde jugar, aparecerá quien se ocupe de su cuido y arreglos, surgirán organizadores que prepararán campeonatos, la ciudad será adornada por un cinturón de juventud valiosa.

No se necesita mucho, solo el terreno, esté donde esté. Y las autoridades municipales generalmente tienen espacios desocupados o poseen las fórmulas para obtenerlos. Simples sabanas abandonadas, pedazos de la ciudad que bien corresponden a la niñez y a la juventud, al deporte.

En nuestras ciudades hay los terrenos, falta voluntad… En nuestra sociedad hay los peloteritos necesitados de un sitio para jugar, falta iniciativa… En nuestro ambiente sobra la gente capaz de cuidar terrenos y organizar campeonatos, falta con qué… En nuestros barrios sobran padres y madres dispuestos a trabajar en sus horas libres a favor del futuro de la Patria, falta apoyo oficial.

Una ciudad con millares de muchachos haciendo deporte, es un buen futuro. Y no me refiero a que habrá docenas o centenares de bigleaguers. Ese no es el objetivo. Si algunos tienen las condiciones, ya aparecerán los scouts para hacer lo que deben hacer.

Esos serán los menos. Pocos nacen con las habilidades que exige el beisbol profesional. La mayor aspiración es que la formación de deportistas guíe a esas críaturas por sus entusiasmos de estudiantes, hasta hacerlos profesionales de la especialidad que mejor les venga. Cada quien nace para una misión. Lo grande es descubrir cuál corresponde a uno, y dedicarse a ella al ciento por ciento.