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El arte de ser agradecidos

El saber dar las gracias sinceramente y de corazón es ciertamente un arte. Algunas personas son muy educadas desde la temprana edad, tal vez enseñados por sus padres y abuelos a ser agradecidos por cada detalle que cualquier persona tenga para con ellos.

Desde dar las gracias a las personas que los sirven hasta agradecer la atención de aquellos a los que se considera importantes para desarrollarse profesional o socialmente. Décadas atrás, era de rigor escribir una nota por cada regalo o detalles que otros tuviera para con nosotros, por lo que recibíamos en navidad, aniversario, etc. No era suficiente expresar nuestra gratitud al momento de recibirlo, sino que se esperaba que de manera personal agradeciéramos a aquella persona por el detalle de pensar especialmente en nosotros al seleccionar nuestro regalo. Ahora esta costumbre esta como automatizada, se usa por ejemplo para agradecer los regalos de una boda, y casi es un servicio que ofrecen los almacenes donde se nos pide que vayamos a pagar por lo que los contrayentes han seleccionado previamente, y la mayoría de la gente se excusa de no tomarse el tiempo de agradecer a cada persona por escrito culpando al ritmo de vida tan apresurado que todos llevamos. Lo cierto es que las costumbres en desuso irremediablemente quedan en el olvido, y las próximas generaciones no tendrán ni idea de cómo agradecer sinceramente algo que se les ha dado, será normal para ellos el parecer ingratos, pues nadie se tomo la molestia de educarlo de otra manera.  La próxima semana celebraremos el día de dar gracias y algunos se preguntaran porque debemos dar gracias, si diariamente tenemos que enfrentar problemas y dificultades, pero si tomamos en cuenta el total de nuestras vidas, nos daremos cuenta que aunque existen problemas siempre terminan por resolverse, y son más los momentos buenos y llenos de gozo que los llenos de amargura.  La acción de dar gracias no requiere de un gran banquete, puede hacerse sencillamente ante un plato de comida gratis, como cada año los miles de personas aquí en nuestro Valle gracias a la generosidad de HEB, hermosa obra que ha mantenido Charles por más de veinte años. Agradecer el patrocinio de la gente que los favorece comprando ahí su despensa, y al dar un plato de comida a cualquiera que llegue, es un acto de misericordia cristiana alimentar al hambriento, y no es solamente el satisfacer el estómago de sus comensales, en dichos eventos colectivos las personas tienen la oportunidad de dar gracias, gracias a Dios por estar ahí y sentirse apreciados.  

El arte de ser agradecidos

Hay que dar gracias por la vida misma, tener vida el día de hoy, poder disfrutar de un nuevo amanecer y tener la oportunidad de demostrar nuestro amor al prójimo como nos lo pidió Jesús nuestro señor.  Además recuerda siempre estar agradecido porque Dios te ama.    

…Y recuerda que Dios te ama y yo también.

Mons. Juan Nicolau, Ph.D. Sacerdote jubilado de la Diócesis de Brownsville.

Licenciado en Teología Sagrada. Es terapeuta familiar y consejero profesional con licencias.