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El adicto: ¿Nacido para perder?
¿QuÉ es una adicción?
Es un hábito de conductas o, a sustancias tóxicas, qué se hacen una costumbre, que conscientemente, o inconscientemente, se establece una dependencia fija, dependencia a sustancias y conductas toxicas, que no se puede evitar, la persona, por ejemplo, se hace adicta a la pornografía y por más que quiere y trata de evitarlo, tarde que temprano, termina frente a la computadora viendo escenas pornográficas en internet, la adicción, para el tomador, el alcohólico, es no poder parar, sino ingerir alcohol, hasta terminar propiamente ahogado de borracho, como araña fumigada, la adicción, es un impulso natural que el adicto no puede controlar, ya sea, el impulso, hacia apostar dinero en una carrera de caballos o peleas de gallos, así como a inhalar cocaína en cantidades industriales, los orígenes y los componentes de una adicción son muy variables y esto si se puede evitar, cuando exista una verdadera conciencia en los padres que traen al mundo a seres inocente, se puede evitar, capacitado a los niños, para prevenir, que caigan en las garras de ésta perversa enfermedad del alma, hay que recordar que más vale crear costumbres que corregir mañas, de lo contrario será demasiado tarde tratar de rescatar a un adicto de las garras devastadoras de La Saliva del Diablo, ya cuando el consumo sea compulsivo y frecuente.- a diario. La fórmula es que aprendan a controlar su ansiedad.- Las adicciones a las conductas toxicas, son igualmente crueles y devastadoras
La genética de por medio
El adicto, en una gran mayoría, nace predispuesto ante sus antecedentes genéticos, al tener abuelos y padres con tendencias alcohólicas, neuróticas, soberbias, depresivas y llenas de ansiedad, un niño, con los antecedentes del alcohol en sus familias tiene una alta predisposición de tener serios problemas con las sustancias, no solamente el alcohol, sino pastillas, inhalantes y fármacos entre otros más, y esos antecedentes emocionales, que se heredan por sangre, sin pedirlo, también influyen en las conductas tóxicas del individuo, como puede ser la adicción a las mentiras, a la pereza, al engaño, el chisme, al postergar, también a conductas, cómo defraudar, robar, incluso asesinar, la genética, es una predisposición, qué hay que detectar a tiempo, para evitar qué seres inocentes sufran, al ser secuestrados por las adicciones a las sustancias y a las conductas enfermizas que arruinan el presente y el futuro de cualquier niño.-
El adicto se hace por mal ejemplo
Un niño con tendencia adictivas, menor de 8 años de edad, primero que nada, en su casa, aprende a ser rebelde, se convierte en un ser irreverente, por supuesto, soberbio, violento, retador, agresivo, mentiroso y los padres, cometen sendos errores al tratar de enderezar al tronco torcido y quieren principalmente, las madres, algunas de ellas, corregir sus errores, a través de gritos, humillaciones, castigos, limites "drásticos" golpes, hostigamiento, ridiculizaciones, comparaciones y de una serie de actos agresivos, que no hacen más que provocar, que el niño se encamine tarde que temprano, por el camino, de la rebeldía, la neurosis, la irreverencia y claro, por el camino de las drogas y de las conductas tóxicas, hay demasiados errores, como el caer en el extremo de sobreproteger a la criatura, al proporcionarle todo lo que pide o bien, de premiarlo por sus conductas a cada instante y después cuando pasando el tiempo, este niño crece con un espíritu sobre valuado, siente que todo lo merece y que tiene derecho a todo, sin hacer el más mínimo esfuerzo.
Las heridas profundas del alma
Para quien no lo sabe o pretende ignorar, afirmo, que estos severos daños en un niño, educado con la nana electrónica, quiero recordar, que las heridas profundas del alma son esos severos daños que dejan huella en los sentimientos y en los pensamientos de un Infante, tales como el maltrato, las injusticias, el abandono, el rechazo, la traición, el hostigamiento, por supuesto, los golpes y los daños sexuales, abusos que ofenden su dignidad e integridad, entre muchas más heridas, que por desgracia, se gestan en la niñez de cualquier persona y que estás heridas, durante toda la vida, no logran ser borradas, ni trascender el dolor que han causado y así como estos padres, fueron educados con golpes, insultos, humillaciones, hostigamientos y represión, es así cómo educan a sus criaturas y cuando ellos, estos niños caen en ese infierno de las drogas, me preguntan- ¿ Pero por qué mi hijo se hizo marihuano Ernesto si mi esposo ni yo fumamos marihuana ?-Me dicen - Tal vez fue la influencia de la televisión verdad, o las malas amistades del vecindario, pero jamás, me dicen yo le di un pésimo ejemplo a esa criatura y le provoque severos daños a su alma. ernestosalayandia@gmail.com