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Divide y vencerás

El presidente Andrés Manuel López Obrador aplicó la vieja conseja de: “divide y vencerás” en contra de los gobernadores del PAN, quienes creían que sus homólogos del PRI, del PRD y del MC se sumarían para presentar un frente común ante la disputa que sostienen por el convenio de adhesión al Instituto de Salud para el Bienestar (INSABI).

Tenían todo listo para presentar una propuesta alternativa durante la reunión de la Conferencia Nacional de Gobernadores (CONAGO) programada para el pasado martes, pero resulta que el presidente López Obrador invitó a comer a los gobernadores del PRI a Palacio Nacional y en consecuencia se suspendió la junta de mandatarios estatales.

Divide y vencerás

No se descarta la posibilidad de que los priístas se hayan cobrado viejas afrentas de sus homólogos cuando decidieron crear la Asociación de Gobernadores de Acción Nacional (GOAN) y anunciaron que se incorporarán al INSABI.

Los gobernadores Alfredo del Mazo Maza del Estado de México y Omar Fayad Meneses de Hidalgo, ambos del PRI, fueron entrevistados cuando salían de Palacio Nacional y coincidieron en señalar que su respaldo es incondicional porque comparten el objetivo de ampliar la cobertura de los servicios médicos.

La adhesión de los mandatarios priístas al INSABI se podría catalogar como una traición, sin embargo nadie mejor que ellos saben que enfrentarse al poder presidencial podría traer consecuencias desastrosas para sus entidades.

Y sobre todo porque el político tabasqueño dice que no es rencoroso ni mucho menos recurre a la venganza, pero está visto que aprovecha el foro de las conferencias matutinas en Palacio Nacional para desatar campañas de desprestigio en contra de aquellos que se atreven a criticarlo porque no están de acuerdo con sus decisiones, como les sucedió a los organizadores de la “Marcha por la Paz, la Verdad y la Justicia”, es decir el escritor y poeta Javier Sicilia Zardain y los hermanos Julián y Adrián LeBaron.

Incluso, no duda en acusar de corrupción a funcionarios que se han atrevido a contradecirlo, como le sucedió al doctor Jaime Nieto Zermeño, director general del Hospital Infantil de la Ciudad de México, luego de confirmar que había desabasto de medicamentos para atender a niñas y niños con cáncer.

Los gobernadores del PAN tendrán la oportunidad de limar asperezas con el presidente López Obrador, quien anunció que los invitaría a comer la próxima semana en Palacio Nacional, en donde seguramente presentarán la propuesta alternativa que tenían preparada, cuyas demandas principales son tener reglas claras y el reparto equitativo de los 140 mil millones de pesos que tendrá el INSABI para el 2020.

No deben descartar la posibilidad de sufrir represalias, luego de la advertencia que hizo el Subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell Ramírez, quien dijo que para la compra consolidada de medicamentos en el 2020 se adhirieron 26 gobernadores y sólo siete se negaron, por lo que serán responsables directos de que haya fármacos para la atención oportuna de pacientes en clínicas y hospitales públicos.

Por otra parte, pero sin dejar el tema del presidente López Obrador, quien en la conferencia matutina de ayer reiteró que el sorteo del avión presidencial no es ninguna ocurrencia sino una solución de un problema social, incluso aseveró que se trata de una cooperación para la compra de equipo médico.

Y para que no haya duda de que supuestamente va en serio, el político tabasqueño presentó ayer el diseño del “cachito” de la Lotería Nacional (Lotenal) para el sorteo del avión presidencial, además adelantó que la fecha tentativa de la rifa podría ser el próximo 5 de mayo, cuando se celebra la Batalla de Puebla.

Para reforzar la idea de que se sorteará el avión presidencial, la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum Pardo, anunció que a la o el agraciado se le condonará el impuesto del 6% que deben pagar las o los ganadores de sorteos en la capital mexicana.

El gobierno de la Ciudad de México dejaría de recibir 150 millones de pesos, cuya cifra representa el 6% de los 2 mil 500 millones de pesos (130 millones de dólares) que cuesta el avión presidencial.

En fin, supuestamente no es ninguna ocurrencia, pero el presidente López Obrador la utiliza para distraer la atención de la sociedad mexicana del alto índice de inseguridad que se vive en el país, entre otros graves problemas que enfrentan a diario las ciudadanas y los ciudadanos.

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