Como el Ave Fénix

La nueva presidenta del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del PRI, Claudia Ruiz-Massieu Salinas, se muestra segura que el otrora partido de las mayorías resurgirá, como el Ave Fénix, de sus cenizas para reconquistar las preferencias electorales de las y de los mexicanos.

La tarea no es nada fácil por la innegable indignación que hay entre la militancia del tricolor, como se pudo constatar en el pasado proceso electoral cuando la inmensa mayoría de priístas simularon trabajar a favor de las y de los candidatos designados por sus dirigentes sin tomar en cuenta aquellos que se habían esforzado a lo largo de muchos años para tener una oportunidad de contender por un cargo de elección popular.

Incluso, algunos dirigentes del tricolor nunca se tomaron la molestia de reunirse con la militancia para despertar la pasión partidista, como fue el caso de Enrique Ochoa Reza, quien a pesar de estar un año y 10 meses al frente del PRI nunca vino a Tamaulipas para estar con las bases.

Algunos analistas políticos creen que el PRI tardará para regresar al poder luego de la debacle electoral, como sucedió en la elección del 2000 cuando Vicente Fox Quesada ganó la presidencia de la república y acabar con la hegemonía del tricolor por más de 70 años.

Ahora parece ser más complicado, sin embargo la señora Ruiz-Massieu Salinas de inmediato tomó medidas para acabar con el desánimo que hay entre la militancia priísta tras la aplastante derrota electoral del pasado 1° de julio, como se puede constatar en el hecho de que ha enviado cartas personales a todas y todos los candidatos en la pasada contienda electoral.

En la misiva les expresa su reconocimiento por enfrentar, como nunca antes, el descontento popular, pero también los invita a trabajar unidos para lograr el cambio que requiere el PRI para reconquistar el apoyo popular.

La también sobrina del expresidente Carlos Salinas de Gortari ha enfrentado serios cuestionamientos porque, como Secretaria General del CEN del PRI, tuvo culpa en la más grave derrota electoral que ha tenido el tricolor, como es el caso del exgobernador oaxaqueño Ulises Ruiz Ortiz, quien pretende contender por la dirigencia nacional en caso de que la elección interna sea abierta a toda la militancia en lugar de los tradicionales métodos.

Otros priístas han levantado la mano para competir por la dirigencia nacional del PRI, entre los que se encuentra el legendario César Augusto Santiago Ramírez, quien pidió a los “políticos de verdad” conformar una corriente alternativa para recobrar los valores del nacionalismo revolucionario y de la corriente socialdemócrata que pretendió instaurar Luis Donaldo Colosio Murrieta.

En fin, la señora Ruiz-Massieu Salinas fue muy clara al asumir la dirigencia nacional el pasado 18 de julio, cuando señaló: “que el 2018 será recordado como el año de la gran debacle del PRI o como el de su gran reforma”, es decir convocó en aquella ocasión a dejar atrás las lamentaciones y frustraciones para trabajar unidos en el cambio que demanda la militancia priísta.

Por otra parte, la Sala Regional del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) con sede en Monterrey, que preside la magistrada Claudia Valle Aguilasocho, desechó los recursos de impugnación que había presentado la dirigencia estatal del Partido Nueva Alianza (PANAL), que encabeza Carlos Cisneros Ruiz en los nueve distritos electorales de Tamaulipas.

El recurso de impugnación de nada sirvió porque quedó demostrado que las y los candidatos del PANAL apenas lograron 2.35% en la elección del Senado y el 2.48% en la elección de diputados federales, por lo que perderá su registro como partido político en nuestra entidad.

Algunos militantes del PANAL culpan de esta derrota a la dirigencia de la sección 30 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), que preside el maestro Rigoberto Guevara Vázquez, quien no logró ni siquiera convencer a las maestras y maestros para votar a favor de los candidatos a las nueve diputaciones federales que estuvieron en juego el pasado 1° de julio.

También culpan al exdirigente del magisterio tamaulipeco, Enrique Meléndez Pérez, quien el pasado 20 de abril convocó a maestras y maestros a una reunión en un salón del Hotel Paradise Inn para que apoyaran la candidatura de Andrés Manuel López Obrador a la presidencia de la república.

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