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Bigleaguers muertos por lesiones en juegos

“Después de un mes de tan buen futbol, El Juego de Estrellas fue el postre apropiado de ese banquete”… J.V..

Coral Gables, Florida (VIP-WIRE).- NO PUEDO CONTESTARLES si no informan desde dónde escriben. Lo siento. Hoy y mañana son Días del Correo.

Walter Trujillo, de Valera, pregunta…: “¿Entrevistó Ud. a Robert Marcano? Y estoy de acuerdo en que debe ser exaltado al Salón de la Fama del Beisbol de Venezuela”.

Bigleaguers muertos por lesiones en juegos

Amigo Walt…: Entrevisté numerosas veces a Robert, incluso hay videos de nosotros dos, porque fue siempre muy bondadoso, y me brindó tal amistad, que llegó hasta su familia.

José M. Cota, de Hermosillo, pregunta…: “¿Ha muerto algún pelotero por un pelotazo de bola lanzada por un pitcher a la cabeza?.

Amigo Chema…: El único bigleaguer muerto en esas circunstancias ha sido el shortstop de los Indios de Cléveland en 1920, Ray Chapman. En la tarde del 16 de agosto, en Polo Grounds de Manhattan, Carl May, de los Yankees (no existía Yankee Stadium), tiró una recta a la cabeza, que Chapman no pudo esquivar (no se usaban los cascos). Sufrió tan graves lesiones, como fractura del cráneo, que murió en la madrugada del 21, después de ser operado durante tres horas. Otra trágica muerte fue la de Jim Creighton, pitcher y excelente bateador de los Excelsiors de Brooklyn. El 18 de octubre de 1862, le hizo uno de sus enormes swings a lanzamiento de un pitcher de la Unión of Morrisania, y se le destrozaron el bazo y una hernia inguinal que le molestaba hacía una semana. Murió a los cuatro días.

William Pereira, de Valencia, pregunta…: “¿En cuánto tiempo reciben los peloteros los bonos por sus firmas, y qué condiciones mínimas exige Major League Baseball?”.

Amigo Will…: Ese tiempo depende del contrato. Y hay muchas diferencias de una a otra negociación. A veces pagan inmediatamente, a veces por partes, según los ascensos por las menores. Los agentes hacen sus exigencias. Y las condiciones no las impone MLB, sino cada equipo, y son especialmente, las habilidades para el beisbol de cada pupilo.

José M. Ugarte, de Maracay, comenta…: “Ha publicado Ud. ‘Si yo fuera bigleaguer, no iría a jugar a Venezuela, porque no me haría falta, y para cuidar mi porvenir’. Ahora recibirá emails de sus detractores culopicosos, quienes le llamarán vendepatria y demás necedades. Pero ni ellos ni yo tampoco jugaríamos en este país”.

Antonio J. Cabello, de Caracas, ataca…: “Si Ud. no jugara en Venezuela después de ser bigleaguer, sería un ridículo malagradecido, puesto que su país lo habría hecho pelotero. Afortunadamente no es bigleaguer, ni es periodista, aún cuando se las dá de lo último”.

Amigo Toño…: Venezuela no hace bigleguers. Los hacen las Academias, propiedad de los equipos de Grandes Ligas.

ATENCIÓN.- Puedes leer todo el archivo reciente de “Juan Vené en la Pelota”, si entras en internet por “el deporte vuelve a unirnos”.

Gracias a la vida que me ha dado tanto, incluso un lector como tú. 

jbeisbol5@aol.com 

@juanvene5