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Amando Martín Benito ‘El Padre Bigotes’

Por su peculiar y característico bigote abultado. Fue un sacerdote y párroco español naturalizado mexicano, nació el 28 de febrero de 1932 en el pueblo de San Fuentes, provincia de Vizcaya, en España, proveniente de una familia humilde y pequeña.

Fueron 4 hermanos: 2 hombres y 2 mujeres. El era el menor de la familia. Desde muy pequeño fue muy travieso, alegre y juguetón; contaba con 24 años de edad cuando se ordenó como sacerdote, el 29 de junio de 1956. Estuvo oficiando misas en la iglesia Pío X, en la vecina ciudad de Reynosa, Tamaulipas, fue en el año de 1985 cuando llego a Río Bravo construyendo la Parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe, pues en ese tiempo era una humilde capilla de madera.

Amando Martín Benito ‘El Padre Bigotes’

Contó primeramente con el apoyo de gente que laboraba en Petróleos Mexicanos, quienes le hicieron la primera techumbre de lámina galvanizada. Siempre fue una persona muy madrugadora; empezaba su mañana a las 7:00 horas, con un delicioso café bien caliente y preparado con 12 cucharadas de azúcar, sus comidas favoritas eran frijoles con costillas de puerco y epazote, cada vez que viajaba a su natal España que por lo general era siempre todo el mes de septiembre, se traían piernas de jamón porque nunca le gusto el jamón mexicano y menos el de Estados Unidos, el siempre cocino con aceite de oliva y poca sal, una de las características del padre era que le molestaba que la gente llegara tarde a misa, también le molestaba que a la hora de estar oficiando la misa, los niños lloraran, generalmente hacia un alto en la misa y le decía a los padres de la criatura que estaba llorando:

-“Ese niño tiene hambre o está zurrado”-. Le gustaba mucho ayudar a la gente y siempre trataba de resolver sus problemas, algo que lo caracterizó y lo hizo diferente a otros párrocos fue su léxico, ya que era, como se dice comúnmente, “mal hablado y maldiciento” pero a la gente le gustaba y se lo celebraba. También fue un fumador empedernido, pues se llegaba a fumar hasta 4 cajetillas diarias, sus cigarros predilectos fueron siempre los Benson & Hedges mentolados.

Fue una persona muy afable y amiguero, entre sus mejores amigos se encontraba don Chuy Nuncio, su vecino y peleonero amigo, pues siempre discutía con el señor Elpidio Cadena, de igual manera llevó una muy bonita amistad con el químico Gerardo Rosales y la señora Noelia Cantú, le gustaba mucho asistir a un centro comercial donde pasaba horas y horas sentado en una banca repartiendo dulces a cuanto niño se le acercaba, cuando organizaba bingos o kermeses siempre fue muy respetuoso, pues acudía de casa en casa de cada vecino y les pedía permiso, otras de sus peculiaridades es que nunca tuvo o usó un confesionario, siempre confesaba en la banqueta de su parroquia, otras veces en plena calle.

Otra de las cosas que le gustaba tener, era una infinidad de zapatos, pues comentaba que su niñez fue tan pobre, que la mayoría del tiempo se la pasó descalzo tuvo una infancia muy triste, sus últimos 10 años de vida se dedicó a escribir poemas y editar un libro antes de morir, dejó como legado a esta ciudad el asilo de ancianos Hogar Quietud, el cual se dedicó en cuerpo y alma a construirlo a base de esfuerzos, trabajo y sacrificios,  Durante su desempeño, realizó un muy importante trabajo de evangelización entre los católicos riobravenses. Pues fue el más importante y entusiasta impulsor de los Cursillos de Cristiandad, retiros de evangelización que durante muchos años promovió, y que se llevaban a cabo en la Casa de la Cristiandad, en Reynosa. Desafortunadamente fallece en la ciudad de Río Bravo, Tamaulipas, un 10 de diciembre del 2011. Sus cenizas se encuentran en la Parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe, en Río Bravo.