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12,784 días

Mañana lunes 23 de marzo cumpliré 35 años de casado con mi esposa. Esto significa 12,784 días “matrimoniados” (bisiestos incluidos).

Mi familia y amigos han empezado ya a expresarnos muchos buenos deseos y los agradezco de corazón. Ahora, de mi parte, quisiera expresar las cosas que les deseo a aquellos que vienen detrás de mí, en especial a los jóvenes que están en vísperas de iniciar o que tienen poco de haber iniciado esta maravillosa aventura llamada matrimonio, esperando les ayuden a ser tan felices como yo lo he sido. Así que, de todo corazón, jóvenes, 

12,784 días

Les deseo:

Que vean su matrimonio, no como la culminación de un sueño individual, sino como el inicio de un sueño compartido.

Que trabajen para lograr las comodidades materiales que se propongan, y luego trabajen mucho más para mantenerse tan unidos como cuando luchaban codo a codo.

Que no solo traigan hijos al mundo, sino que se esmeren en su educación y en hacerlos personas de bien.

Que aprendan a gritar de júbilo cuando disfruten algo juntos, pero a callar cuando el enojo sea el motivo de querer gritar.

Que puedan no solo celebrar sus aciertos, sino también reconocer sus errores, y mejor aún, que sepan pedir perdón por ellos.

Que busquen no solo crecer como personas, sino que ayuden a su pareja a crecer junto con ustedes.

Que no solo encuentren paz en lo que hagan, sino que hagan lo necesario para brindarle paz y bienestar a su pareja.

Que no solo encuentren gozo en el amor apasionado de la juventud, sino que aún más gozo tengan en el amor sosegado que viene con los años.

Que mantengan su capacidad de hacer amigos, pero que la usen para hacerse el mejor amigo de su pareja.

Que no solo sigan sabiendo reír, sino que encuentren mil motivos para hacerlo dentro de las paredes de su propio hogar.

Que puedan agradecer no solo los días tranquilos, sino también los días difíciles que seguramente les tocará vivir.

Que respeten siempre los derechos de los demás, pero, sobre todo, respeten como algo sagrado la dignidad de su pareja. Que no le humillen, que no le degraden.

Que no solo sean un pilar fuerte en su comunidad, sino que también puedan ser columna vertebral en su familia.

Que aprendan no solo a dominar tempestades, sino también a dominar su temperamento.

Que cada cana, cada arruga, no sea motivo de desapego entre los dos, sino de mayor unión al saber que tienen alguien a su lado para envejecer juntos.

Que el paso de los años no los haga envejecer por dentro, sino que mantengan un corazón eternamente joven.

Que amen no solo en la salud sino, sobre todo, en la enfermedad.

Que comprendan que el matrimonio no solo se trata de conseguir marido o esposa, sino de mantenerse unidos a pesar del tiempo y las dificultades.

En resumen, que aunque tengan que decir “cómo han pasado los años”, también puedan decir “pero el tiempo no ha podido hacer que pase lo nuestro”.

Y a ti, mi amor, te deseo:

 Que la vida te premie tu nobleza y tu paciencia, que sigas teniendo esa capacidad de perdonar mis errores y de inspirar mi deseo de ser mejor, y que sigas dispuesta a amanecer a mi lado, para que la luz de tu mirada y el fulgor de tu sonrisa sigan iluminando mis días, por al menos 12,784 días más. 


El Contador Tárrega

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