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Apoyan inclusión de personas con problemas auditivos en el país

En México, desafortunadamente, no hay una difusión correcta porque quien debe indicar la LSM desde el principio es el audiólogo, y se pierde mucho tiempo

Apoyan inclusión de personas con problemas auditivos en el país

CIUDAD DE MÉXICO.- Con un súbito zumbido en el oído derecho, el estruendo del mundo pasó a ser un murmullo cada vez más tenue para Omar Robles Ortiz.

SU HISTORIA

La considerable pérdida de audición no se limitaría a sólo uno de los oídos del ingeniero en sistemas, de entonces 38 años, diagnosticado con hipoacusia neurosensorial.

Omar, que comenzó a usar auxiliares auditivos del tipo que no hacen mucho más que amplificar indistintamente todo sonido, aprendió a leer los labios para poder comunicarse. Una estrategia de sobrecompensación que quedaría rebasada por la contingencia sanitaria que enmascaró casi todos los rostros.

"Cuando fue la pandemia (de Covid-19) y alguna vez tuve que ir a la oficina, ¡era un viacrucis! Todo mundo traía cubrebocas; simple y sencillamente no te puedes comunicar con una persona con cubrebocas", cuenta en entrevista el ingeniero en sistemas.

Tras varios años de esfuerzos y con apoyo de la Fundación CyK México Escucha A.C., Omar consiguió un implante coclear bilateral que, al convertir el sonido mecánico en estímulos eléctricos, le ha devuelto la audición.

  • De no haber sido así, su alternativa era aprender a comunicarse con las manos, pero de manera más formal que aquellas señas que su madre hacía para preguntarle si quería café, avisarle que ya era hora de comer o hacerle saber que alguien tocaba la puerta.

"Si nosotros no hubiéramos logrado con Omar el implante, estaríamos ahorita en un proceso intensivo de aprender Lengua de Señas Mexicana (LSM)", remarca la audióloga, otoneuróloga y foniatra Carmen Olmos, creadora y directora de la mencionada asociación civil dedicada a la discapacidad auditiva.

Si nosotros no hubiéramos logrado con Omar el implante, estaríamos ahorita en un proceso intensivo de aprender Lengua de Señas Mexicana (LSM)", remarca la audióloga, otoneuróloga y foniatra Carmen Olmos, creadora y directora de la mencionada asociación civil dedicada a la discapacidad auditiva.

"Y el tema no es que Omar la aprenda, sino que los 280 trabajadores de su empresa también habrían tenido que hacerlo, o que la empresa contratara a un intérprete de LSM con capacitación en sistemas, que no hay o no hay muchos", añade la especialista.

Desde su rol en la Fundación, Olmos pugna por la LSM, reconocida oficialmente como una lengua nacional y parte del patrimonio lingüístico del País, aunque más como un paso intermedio que como la solución final para quienes no pueden escuchar.

"En México, desafortunadamente, no hay una difusión correcta porque quien debe indicar la LSM desde el principio es el audiólogo, y se pierde mucho tiempo. Y entonces hay una merma intelectual en el niño porque no aprende a comunicarse", expone la especialista, quien decidió instruirse en esta lengua tras la frustración que sintió al no poder atender correctamente a toda una familia de sordos que llegó a su consultorio.

"Pero también hay muchos sordos de 30, 40 años que saben hablar perfectamente bien, fueron educados en el oralismo, usaron auxiliares auditivos toda su vida, y cuando conocieron la LSM muchos abandonaron los auxiliares", contrasta Olmos, remarcando la importancia de que esta forma de comunicación no frene la voluntad por recuperar o acceder a la audición.

 Por un lado, ilustra, algunos retos en torno a la LSM son que su uso y difusión esté concentrada en las principales urbes del País; una escasez de intérpretes, y hasta un problema de personas oyentes enseñando esta lengua, que puede llegar a ser el único medio de vida para quienes no oyen.

 "Yo siempre digo: 'No contraten oyentes, contraten un maestro sordo'. O sea, es la única chamba que tienen algunos de ellos y a veces hasta en eso usurpamos funciones. Yo no me atrevería a dar clases", expresa Olmos.

Por otra parte, esfuerzos normativos como el de la Ley de Educación de la Ciudad de México han instituido el derecho a recibir educación en LSM con apoyo de intérpretes en las escuelas (Artículo 30, Fracción IV y V, y Artículo 32), así como la inclusión de asignaturas optativas que la enseñen a los alumnos que deseen cursarla (Artículo 33).

Sin embargo, el acceso de la LSM en planteles educativos ha sido más bien resultado de la voluntad de algunos profesores. Y aquí Olmos recuerda el caso de una escuela en Toluca donde, por sólo dos menores sordos, una maestra que aprendió esta forma de hablar con las manos en cursos de fin de semana decidió enseñarla a todo el plantel.

"Y se veía una unidad tan bonita en la escuela, pero tiene mucho que ver con el personal", recalca la audióloga, quien al poner sobre la mesa la pregunta de qué va a pasar con aquellos niños trae a cuenta el caso de Omar.

"Los niños sordos pueden llegar a ser adultos oyentes funcionales al 100 por ciento y con un buen trabajo. Con Omar como ejemplo, a lo mejor va a decir el niño: 'Oye, él es ingeniero en sistemas y es biker, ¡yo quiero ser biker!'. Y van a crecer con la idea de: 'Yo cuando sea grande me voy a implantar y me voy a comprar mi Harley'. ¿Por qué no? Son el tipo de imágenes que queremos transmitir porque sí se puede".

Aquí el desafío se tornaría ya más bien material, dado lo costoso que llega a ser un implante coclear; "en cada oreja, Omar trae 650 mil pesos, más lo de la cirugía", apunta la directora de Fundación CyK México Escucha A.C. sobre su dedicado paciente que ha atendido al pie de la letra cada indicación de cuidado.

"Con unos aretes tan caros, ¿cómo no vas a ir a terapia?", dice en tono bromista Omar, para quien cada peso ha valido la pena, pues a un mes de haber sido implantado cuenta con gusto que ya puede escuchar las noticias en la radio de camino al trabajo, o que luego de varios años finalmente pudo ver en el cine una película sin subtítulos.

"Pero además de eso (del alto costo) tienes que hacerlo, tienes que actuar en consecuencia. Una discapacidad no es una enfermedad crónica que te va a matar, es una condición con la que vas a vivir toda la vida; entonces, tienes que mejorarla tomando las estrategias que sean necesarias", concluye.

 

En números

 - 4 millones 250 mil 910 personas con discapacidad auditiva viven en México

 - 1 millón 350 mil 802 son personas sordas

 - Se desconoce el número de hablantes de lengua de señas

 Fuente: Coalición de Personas Sordas (Copesor)

Volver a oír

La Fundación CyK México Escucha A.C. asiste a personas con discapacidad auditiva a conseguir cirugías a precio accesible, gestionar la adquisición de algún implante o recaudar recursos necesarios para su operación y auxiliar.



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