Mueren dos tras agresión a PEAs

Dos sicarios de cuatro que viajaban a bordo de una camioneta Escape blanca, de reciente modelo, murieron al final de una persecución que se inició en la colonia Voluntad y Trabajo, donde atacaron a elementos de la Policía Estatal Acreditable (PEA) que realizaban labores de vigilancia por ese sector.

Los  malhechores tras el ataque emprendieron la huída por la carretera a Río Bravo, pero las cámaras de C-4 los detectaron y fueron monitoreando el vehículo y por la frecuencia alertaron a los elementos que iban a atender el llamado de sus compañeros.

Mientras que unas patrullas iban de Reynosa hacia la salida de Río Bravo, otras venían del vecino municipio y fueron los que se toparon con la camioneta y vieron que se desviaban en una brecha hacia el ejido Palo Blanco.

Los siguieron de cerca, hasta el bordo del canal Anzaldúas, donde quedaron encajonados pues en el camino encontraron dos zanjas por donde la camioneta no podía pasar.

Ahí, mientras los delincuentes disparaban rafagazos con rifles AR-15, los policías repelían la agresión hasta que se impusieron.

A un sicario lo mataron cuando corría para ocultarse entre el monte, quedando a orillas del bordo del canal Anzaldúas, entre la maleza y el otro alcanzó a llegar a la orilla del agua, donde arrojó el rifle, una fornitura con cargadores y se lanzó al caudal donde se supone que murió, porque ya nadie lo vio salir con vida

Éste último ya iba herido cuando se lanzó al agua, por lo que los oficiales participantes en el enfrentamiento mortal permanecían a la expectativa, esperando el arribo de personal de Protección Civil de Río Bravo que acudieron horas después de los hechos, provistos de una pequeña lancha en la que empezaron a rastrear por la orilla del canal en busca del cuerpo.

En los últimos informes refieren que el policía herido se encontraba fuera de peligro y restableciéndose de heridas en una pierna.

Mientras que en el lugar de los hechos distante unos 3 kilómetros al sureste de la carretera a Río Bravo, investigadores y peritos de la Fiscalía General de Justicia llevaban a cabo las diligencias previas al levantamiento del cadáver.

Uno de los sicarios cayó abatido entre la maleza.

Personal de Protección Civil en una lancha de motor buscaban el cuerpo del sicario que se hundió en el Anzaldúas.