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J.Frenk: ‘No conocemos la magnitud real de la crisis’

Son las decisiones globales las que refuerzan la necesidad de la unidad

Ciudad de México.

J.Frenk: ‘No conocemos la magnitud real de la crisis’

Un día después de la primera reunión virtual en la historia que convocó el director General de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, con la participación de los países del G20, así como del secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), António Guterres, para abordar el tema de la pandemia del coronavirus, el doctor Julio Frenk dice, en entrevista con El Universal, que aquel encuentro fue muy importante, ya que nos recuerda que aunque cada país tiene que implementar medidas, son las decisiones globales las que refuerzan la necesidad de la unidad y la cooperación internacionales.

Ante ciertas voces de líderes populistas que dicen que la pandemia es una razón para cerrar las fronteras, asegura que el Covid-19 es altamente contagioso, incluso por personas que tienen síntomas muy leves o que no los padecen.

*¿Cómo evalúa a México dentro de esta crisis del coronavirus?

- En México, dentro de su sistema de Salud, la vigilancia epidemiológica ha sido muy buena y es una gran fortaleza, así como los hospitales de alta especialidad, sobre todo los institutos nacionales y algunas clínicas universitarias.

Sin embargo, la pandemia ocurre cuando ese sistema está muy debilitado, porque el gobierno se dedicó a devaluar el trabajo de los servidores públicos, lo que ocasionó la salida de gente muy capacitada.

Es decir, la actual administración ha debilitado el sector Salud, incluyendo esos dos componentes que normalmente son fuertes y el de investigación epidemiológica, que todavía es firme.

El gobierno actual ha degradado este servicio con recortes presupuestales y reducciones de sueldos de quienes trabajan en el gobierno, pero, sobre todo, al generar un discurso muy contrario al servicio público. Lo que ha generado una enorme vulnerabilidad [ante la crisis de salud] es la forma, que está mal pensada y ejecutada.

Había una fórmula financiera que garantizaba aumentos en el presupuesto cada año, por eso el de la Secretaría de Salud creció por cuatro; no obstante, en este sexenio se hicieron recortes, además de que se eliminó ese mecanismo.

Luego se cambió de golpe el modo de compra de medicamentos, y se hizo, nuevamente, con un objetivo valioso, que era acabar con la corrupción, pero eso es una operación delicada que, digamos, se debería hacer con un bisturí, pero se llevó a cabo con un hacha.

[Se] espera que ahora, con esta emergencia sanitaria, el actual gobierno [se] recupere y empiece a reaccionar, primero, con los recursos que se requieren, y, segundo, con valorar la función de los trabajadores de la salud y que así mejore los procesos para que haya insumos.

También estamos viendo que hay una mezcla entre la política y las acciones en materia de salud, entonces la pregunta es si debemos hacer a un lado la política y las ideologías, porque se trata de un asunto sanitario. Esto no pasa nada más en México, sino que lo estamos viendo en muchos países: cada vez que surge un agente patógeno que es nuevo, la característica de la emergencia sanitaria es que no sabemos cómo se va a comportar.

Es importante tener una comunicación clara con la gente, porque quiere saber qué sucede, los riesgos y cuándo se va a acabar.

Lo que hemos visto en México o Estados Unidos es que los expertos técnicos hacen una valoración, se comunican con el público y salen los políticos a contradecirlos o actúan de manera opuesta a lo que dicen los expertos, y eso pone muy nerviosa a la gente, le genera ansiedad.

La única forma de calmarla es con una comunicación que sea clara, hay que dar una información verídica; sin embargo, a los políticos no les gusta dar malas noticias y lo que hemos visto es que se empieza a minimizar el problema y se pierde mucho tiempo. Eso pasó en México.



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