Inamovible la vendimia en cruce internacional

Sombreros, peluches, juguetes, camisetas representativas de diversos equipos de futbol, hamacas, agua, refrescos, dulces, nieves y hasta artesanías mexicanas son tan solo algunos de los artículos que se comercializan diariamente en las inmediaciones del cruce internacional que une a Reynosa con Hidalgo, Texas.

La comercialización de diversos y muy variados artículos así como la presencia de limpia parabrisas y pedigüeños se ha convertido en un fenómeno cotidiano que está presente a lo largo de todo el año desde hace varios lustros.

Los automovilistas, que en temporada alta tienen que esperar hasta tres horas haciendo fila para poder ingresar a territorio estadounidense aprovechan ese lapso para comprar dulces, agua, refrescos, pan de elote y nieve de diversos sabores, para tolerar las altas temperaturas que actualmente superan los 35 grados.

María Ramírez Matías, mujer indígena originaria del estado de Oaxaca, refiere que desde hace cinco años, junto a sus hijos y esposo, viaja a esta frontera para comercializar en uno de los cruces internacionales más importantes de México, sus canastas y abanicos de mano tejidos con palma.

“Pasamos temporadas aquí en Reynosa y mis niños y yo vendemos aquí nuestro trabajo que es elaborado a mano, ya que en nuestra tierra es mucha la competencia”, dijo en entrevista.

Mencionó que la venta varia, dependiendo los días y los horarios, pero que los “gringos” que cruzan valoran y aprecian el arte mexicano así como los connacionales radicados en Estados Unidos.

Señala que las inmediaciones de cruce fronterizo Reynosa-Hidalgo, es un buen punto para dar a conocer lo que se hace en el interior del país, además de que sus productos resultan atractivos para la gente que utiliza esta vía para internarse a Estados Unidos.

DE TODOS SABORES

Ismael Pérez, quien aprovecha la temporada cálida para vender nieves a los automovilistas que diariamente se internan por dicha vía a territorio estadounidense, señala que le resulta un buen negocio ya que logra terminar sus cuatro cilindros de aluminio, donde transporta su mercancía.

“Traemos nieve de mango, limón, coco, vainilla y nuez, los precios varían dependiendo si pagan en dólares o en pesos, pero las más vendidas cuestan un dólar o 15 pesos”, dijo sonriente uno de los vendedores ambulantes con más éxito en las inmediaciones del cruce fronterizo.

Los vendedores ambulantes que ofrecen sus productos en el cruce internacional Reynosa-Hidalgo, resultan “un atractivo” para quienes lo utilizan pues pueden aligerar el trayecto y la espera, advirtió José Ramón Pérez Martínez, automovilista que diariamente cruza a trabajar a Estados Unidos por esta ruta.

Mencionó que resulta de gran alivio encontrar en esta temporada cálida quien te ofrezca agua fría o alguna nieve, incluso hasta pan de elote o alguna golosina, pues dijo que todos los productos que ahí se comercializan tienen permitido el ingreso a territorio estadounidense.

“Son personas que te ofrecen sus productos, si uno no tiene interés pues los ignoras o les dicen que no y sigues avanzando en tu destino”, dijo.

Sin embargo a pesar de la gran afluencia de vendedores ambulantes, que en su mayoría provienen de entidades del sur del país, ninguna autoridad mexicana intenta desalojarlos o erradicar el ambulantaje en el cruce fronterizo, dependencia de orden federal.

En la mayoría de las carreteras y autopistas del país, sobre todo en las casetas y/o zonas de descanso o de baja velocidad, es común encontrar vendedores ambulantes que desarrollan esta actividad como un manera de sobrevivir, que aunque en la mayoría de los casos no afectan a los usuarios, “tampoco es una actividad legal”.

Por su parte, el guardia de seguridad del lado estadounidense Joe Ramírez, dijo que el cruce fronterizo tiene marcada la división entre ambos países, por lo que su responsabilidad se limita a impedir que ingresen los comerciantes a ofrecer sus productos del lado estadounidense.

ARTESANÍAS. Hasta de Oaxaca vienen comerciantes a vender sus productos, elaborados por ellos mismos.