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Fuego arrasa con 4 hectáreas de basura

Vecinos del área reportaron irritaciones en ojos, oídos y garganta a causa de los efectos del humo

Unas cuatro hectáreas que contenían basura fueron consumidas por el fuego en el tiradero de Las Calabazas, ubicado al norte de la ciudad a escasos metros del Rio Bravo.

Unas tres hectáreas de basura fueron consumidas por el fuego la mañana de ayerFuego arrasa con 4 hectáreas de basura

El siniestro ya fue contenido por unidades de la Coordinación Municipal de Protección, aunque algunas partes de este lugar todavía ardían en pequeñas llamas, que amenazaban con hacer crecer el fuego.

El basurero tiene ya varias décadas de estar operando, pues carretones, camiones y camionetas continúan arrojando residuos sólidos que constituyen caldo de cultivo para el incendio de ayer sábado.

Cajas, botellas y anuncios de plástico ardieron junto con artículos de cartón y papel en varias montañas que provocaron densa humareda, la que invadió varias colonias cercanas.

El basurero de Las Calabazas se encuentra a escasos metros del Rio Bravo.

Los vecinos reportaron irritaciones en ojos, oídos y garganta a causa de los efectos del humo arrojado por esta contingencia ambiental.

No es la primera vez que se le prende fuego a este basurero, el que provoca por varios días contaminación por malos olores y humo en los vecinos que habitan en las comunidades cercanas.

Cada vez son más los basureros clandestinos

Cada vez son más los basureros clandestinos que existen en Reynosa como consecuencia de la actitud irresponsable que asumen algunas personas que residen sobre todo en colonias alejadas del primer cuadro de la ciudad.

Pareciera que solamente están esperando encontrar un terreno baldío para empezar a tirar desde neumáticos inservibles hasta televisores viejos lo mismo que sofás en las mismas condiciones.

Un terreno que está atestado de basura se ubica en la colonia Jarachina Norte del que vecinos piden a las autoridades de Ecología del municipio adopte medidas más severas en contra de aquella gente que se da a la tarea de crear los tiraderos clandestinos que constituyen focos de infección y que representan además riesgos para la salud de las familias que viven en lugares cercanos.

No hay que olvidar que las llantas que van a tirar a los sitios no aptos para ello, llegan a convertirse en criaderos potenciales de moscos transmisores del dengue, zika y chikungunya.

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