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Estudian presencia de nuevos parásitos

Hacen análisis a nivel molecular. Lo enfocan en los peces comestibles

”Es básicamente lo que hicimos, y ese es el resultado, que ya tenemos la identificación a nivel especie con ayuda de la información molecular”. Lorena Garrido Olvera, investigadora.Estudian presencia de nuevos parásitos

Cd. Victoria, Tam.

En un proyecto que desarrolla la Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT), con el apoyo del Programa para el Desarrollo Profesional Docente (PRODEP), se estudia la presencia de nuevas especies de parásitos en los peces, analizando los especímenes a nivel molecular.

Al respecto, la investigadora del Instituto de Ecología Aplicada (IEA), Dra. Lorena Garrido Olvera, dijo que esta labor es parte del proyecto: “Metazoarios parásitos de los peces de Tamaulipas”, que tiene dentro de sus objetivos identificar y analizar los parásitos cuya presencia se pueda encontrar en peces con un valor comestible.

Explicó que el estudio consiste en revisar la musculatura del pez para conocer la presencia de algún parásito en estado larvario, lo que permite identificarlos.

Precisó que se encontraron larvas de una clase de parásitos conocida como cestodos, alojados en la musculatura de peces como corvinas, la guabina, la croca o la trucha.

“También hay un trematodo, que de hecho no es uno, sino dos especies del género clinostomum, y al parecer una de ellas se trata de una nueva especie, por lo que estamos corroborando la información molecular”, señaló.

Comentó que parte del trabajo consistió en realizar un estudio morfológico con la ayuda del microscopio estereoscópico óptico, a fin de reconocer los grupos a los cuales pertenecen las especies.

“Pero muchas veces, como son larvas, no poseen las características que nos haría llevarlo o determinarlo a un nivel de especie. Entonces para eso pasamos a la siguiente fase, que fue obtener el DNA (ácido desoxirribonucleico) de cada uno de los ejemplares que fueron obtenidos en el campo”.

“Después lo que hicimos fue amplificar solo una región de ese DNA, el 28-S, y ese gen después fue secuenciado (caracterizar cómo está conformado ese gen). Y eso hicimos para cada uno de los ejemplares que obtuvimos y pudimos llegar a la identificación a nivel de especie”, asentó.

Comentó que para la identificación utilizó la base de datos GIM Bank, para tener acceso a diferentes genes de diferentes especies.




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