De niña actriz a directora, Hannah Marks está en ascenso
Hannah Marks ha pasado la mayor parte de su vida en un set. Nativa del sur de California, comenzó a actuar a los 6 años siguiendo los pasos de su madre, y cuando era adolescente ya era una veterana del circuito de series de televisión
Hannah Marks ha pasado la mayor parte de su vida en un set. Nativa del sur de California, comenzó a actuar a los 6 años siguiendo los pasos de su madre, y cuando era adolescente ya era una veterana del circuito de series de televisión, habiendo participado en todo tipo de comedias, dramas procesales y de cierto prestigio, incluyendo varias temporadas en “Weeds”.
Pero siempre tuvo en mente dirigir.
Ahora a los 29 años, con varios largometrajes en su haber, se está haciendo un nombre detrás de las cámaras. Su más reciente obra es el drama sobre un viaje por carretera de padre e hija “Don’t Make Me Go”, que se estrena el viernes en Amazon Prime Video, y una adaptación de “Turtles All The Way Down” ("Mil veces hasta siempre") de John Green recientemente terminada.
“Tengo tanta suerte de que básicamente nací sabiendo lo que quería hacer”, dijo Marks. “Es difícil tener impulso, pasión y motivación si no estás seguro. Estoy muy segura de lo que debo estar haciendo. Esto es realmente todo lo que me interesa”.
Mientras otros niños se dedicaban a ser niños, a los 11 años ella y su madre estudiaban “Paper Moon” ("Luna de papel") y “A Patch of Blue” ("Cuando sólo el corazón ve") mientras asistían a audiciones junto a otros niños actores que vivían en el complejo de apartamentos Oakwood Toluca Hills, apodado como la Primaria de Hollywood en un artículo de 2006 de la revista del New York Times.
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Para principios de su veintena, Marks se dedicaba a ver películas como “Catch Me If You Can” ("Atrápame si puedes") y “The Social Network” ("Red social") con sus guiones en la mano, haciendo pausas, rebobinando y estudiando qué se requería para hacer que algo apareciera en la pantalla. Básicamente, se estaba dando a sí misma su propia educación en una escuela de cine privada. Como directora, Marks trae consigo no solo una pasión por el séptimo arte, sino también la perspectiva de alguien que ha estado del otro lado y ha visto lo bueno y lo malo de la industria.
“No puedo imaginar cómo algunos directores van a un set y es la primera vez que dirigen y en realidad no han visto cómo funciona el resto”
En “Don’t Make Me Go”, su mayor proyecto hasta la fecha, dirige a John Cho como Max, un padre soltero de una hija adolescente, Wally, que se entera de que tiene un cáncer terminal, pero decide ocultárselo a su hija mientras se embarcan en un viaje por carretera por Estados Unidos. Si bien es probable que haya lágrimas, de ninguna manera es una película sensiblera.
“Ojalá hubiera una manera de describir la película sin usar la palabra muerte o enfermedad terminal”, dijo Marks. “Hay mucho amor y humor. No quería que fuera triste y deprimente. Cada día en el set, realmente tratábamos de encontrar el humor donde podíamos en su relación”.
Peter Saraf, cofundador de Big Beach y productor de “Adaptation.” ("El ladrón de orquídeas") y “Little Miss Sunshine” ("Pequeña Miss Sunshine"), pensó en Marks para el proyecto. Ella leyó el guion, de la veterana de “This is Us” Vera Herbert, y se encontró llorando en un avión.
“Me encantó la historia central de padre e hija. Su relación se sentía realmente hermosa y pura”, dijo. “Y me siento afortunada de contar una historia sobre un hombre en sus 40. No todos pensarían en mí para eso”.
Pasaron varios años desde que leyó el guion hasta que la película se hizo realidad, y en ese tiempo, Marks encontró más cosas en común con Max que cuando tenía 25 años. Pero Wally tenía un lugar especial para la directora, cuyo propio padre es un sobreviviente de cáncer. Para interpretar a Wally, Marks eligió a la debutante Mia Isaac.
“Creo que en ese momento no me di cuenta realmente de lo especial que era porque era prácticamente la primera directora con la que trabajaba”, dijo Isaac. “Creo que me echó un poco a perder porque pensé que así iba a ser siempre. Asumí que todos los directores prestaban tanta atención a sus actores”.
Marks ayudó a Isaac a sentirse como en casa frente a la cámara y también a aceptar su autodenominada “energía nerviosa”. También la guío para lo que esencialmente fue su primer beso.
“Fue muy, muy incómodo para mí y estaba súper nerviosa”, dijo Isaac. “Hannah me ayudó mucho ese día. No creo que hubiera podido hacer esa escena sin ella”.
Marks tiene sus propios cuentos de terror de niños actores, como vomitar en medio de una audición para “Malcolm in the Middle” ("Malcolm el de en medio"), pero también guarda buenos recuerdos como interpretar a la hermana pequeña de Justin Long en la comedia “Accepted” ("Admitido") y la alegría de improvisar en una comedia a temprana edad. Y se ha esforzado por tratar de hacer las cosas mejores de lo que fueron para ella para sus actores.
Próximamente, comenzará a editar “Turtles All the Way Down”, protagonizada por Isabela Merced como una adolescente que se enfrenta a una enfermedad mental y busca a un multimillonario desaparecido. Y está averiguando qué hará después en su industria en constante evolución. Steven Soderbergh, dijo, es alguien a quien admira por su capacidad para abordar obras grandes y pequeñas para el cine y la televisión.
“Eso es realmente inspirador para mí: alguien que sorprende y toma riesgos y constantemente se diversifica”, dijo Marks. “Tengo que ver dónde caen las piezas, pero sé que quiero seguir creciendo cada vez más”.