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Lámport, el irlandés que luchó por Independencia de México

El soldado, poeta y aventurero irlandés Guillén de Lámport (1611 o 1615-1659) fue un rebelde que no solo luchó por liberar su tierra del yugo inglés, sino que también pugnó por la Independencia de la Nueva España, destaca la historiadora Andrea Martínez Baracs

"Los ingleses protestantes invadieron Irlanda en su época, les prohibieron a los habitantes su religión, los despojaron de sus tierras, sobre todo en el condado del que proviene él, que es Wexford, al sur de Irlanda. Allí el dominio fue más fuerte. Entonces él encontró lo mismo en México con la dominación española y se hizo justiciero. Quería 'alzarse con el reino', como se decía, y ser el rey de México", relata en entrevista la académica de El Colegio de México, quien publica en Taurus Un rebelde en la Nueva España.

Lámport, el irlandés que luchó por Independencia de México

 "El motivo de su prendimiento" -escribe Martínez Baracs- "fue impedir que sus informes secretos pasasen a Madrid. El objeto de su principal impugnación era la Inquisición, y así esa institución lo capturó.

 "Para poder conservarlo y anularlo, la Inquisición le atribuyó herejías variadas, incluyendo uso adivinatorio del peyote, magia negra (un remedio contra la impotencia que incluía una aparición 'en figura de perro o gato') y astrología judiciaria, la que se ocupaba de casos individuales y hacía predicciones, lo que, se consideraba, chocaba con el libre albedrío defendido por la Iglesia".

 Martínez Baracs añade en esta edición revisada el capítulo "Comunicaciones de cárceles", referente a la vida de Guillén de Lámport en cautiverio, junto con sus compañeros de prisión: los judíos.

 Preso de 1642 a 1659, el irlandés escribió en su celda, oculto de sus carceleros, sin papel, tinta ni pluma, sin libros, 918 salmos en latín de 1652 a 1655.

 "Para ello utilizó lienzos blancos que se procuró, plumas de gallina que encontraba en los basureros, y elaboró la tinta con cenizas, cera, chocolate y otros materiales de ocasión. Sus carceleros le quitaron los lienzos, pero el tribunal mandó copiar su contenido, por lo cual contamos con la obra completa hoy en día".

 Esa poesía, llamada por Lámport "Regio Salterio", fue comentada en términos elogiosos por Gabriel Méndez Plancarte en un estudio de 1948. Veinte de esos salmos se incluyen en la nueva edición de la obra.

 "Dar a conocer los poemas, los salmos, es muy importante, porque él era católico y por eso lo extraño de que estuviera preso por la Inquisición: era un católico igual o más ortodoxo que sus propios captores, que los inquisidores".

 Son poemas católicos, detalla, en el estilo austero, grave, dramático de la contrarreforma española.

 "También son poemas", prosigue, "que incluyen la defensa de los esclavos afroamericanos que encontró en México y la defensa de los indígenas mexicanos".

 Además de los referidos salmos, la nueva edición de Taurus incorpora, en el Apéndice, el poema mitológico Alcides Magno, contenido en el libro Cristiano desagravio -la obra más formal de Lámport- y un extracto del reporte del inquisidor Rodrigo Ruiz de Zepeda, quien escribió el auto de fe del irlandés.

 "En este documento podemos ver el relato de la escapada de Guillén, que fue muy atrevida, porque no sólo logró escapar de la cárcel, que no es tan fácil -aunque no fuese una cárcel de alta seguridad como ahora-, sino que llegó hasta la cámara del Virrey para exponerle la autodefensa que había escrito. Así, muestra esa parte aventurera, osada, que hizo que luego se le conociera con la leyenda de 'El zorro'".

 Martínez Baracs se pregunta, intrigada, cómo un personaje tan extraordinario permanece en la sombra.

 "Los historiadores de la primera mitad del siglo 20 reconstruyeron lo principal de su biografía, pero la tendencia sigue siendo la de negarle sus méritos, su obra hasta ahora se encuentra inédita. Si descontamos el estudio de Méndez Plancarte, que contiene muchos poemas en latín y traducidos, es un personaje parcialmente olvidado".

En la sombra

 Guillén de Lámport dejó en México escritos políticos, literarios y personales. Además, sus numerosas comparecencias ante el Tribunal del Santo Oficio fueron rigurosamente transcritas y son documentos de un valor excepcional, señala la investigadora.

 A pesar de lo llamativo del personaje y de sus indudables méritos literarios, la obra de Guillén de Lámport ha permanecido en la sombra.

 Las únicas publicaciones de su obra a la fecha son una antología de su poesía carcelaria y de su Proclama independentista, publicada en 1948; Don Guillén de Lámport y su 'Regio Salterio', de Gabriel Méndez Plancarte, así como la publicación de Andrea Martínez Baracs y una edición de la principal obra literaria de Lámport, el Cristiano desagravio.

 En la Biblioteca Digital Mexicana (bdmx.mx), que ella fundó y dirige, la investigadora ha publicado varios documentos incluidos en esta obra.

La 'curiosa' efigie de Lámport

 Una estatua de Guillén de Lámport, de más de 2 metros, permanece al interior de la columna de la Independencia. Aunque se previó instalarla en el monumento con motivo del Primer Centenario de la gesta independentista, no fue colocada, cuenta Martínez Baracs.

 "No la pusieron, pero, para no quedarse con la estatua, la metieron. Es muy curioso, porque allí adentro, en urnas, están los restos de los próceres de la Independencia y junto a ellos está esta estatua muy grande, blanca, de Guillén. Es la única ahí. Es un destino curioso de principio a fin".



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