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Exploran frontera entre artesanía y diseño

El MUAC exhibe "Una modernidad hecha a mano. Diseño artesanal en México, 1952-2022", que explora las fronteras entre artesanía y diseño

Cd. de México

Exploran frontera entre artesanía y diseño

Eran piezas realizadas con técnicas locales, con una propuesta estética, pero también para resolver un problema funcional, resolver una necesidad. "(Queremos) retomar algunas de esas piezas y esos autores que han sido encasillados en los libros de artesanía o de arte popular, y que creo que son intervenciones de diseño, como es el caso de la cerámica de Jorge Wilmot", ilustró este jueves.

Mas, ¿qué es lo que hace que una pieza o un creador sean considerados de una u otra forma? ¿En dónde está la frontera entre artesanía y diseño, entre artesano y diseñador? ¿Gira esto en torno a una cuestión de catalogación o a un problema semántico? Tales son algunas de las preguntas que la también crítica de arte quiere que se hagan las personas al visitar Una modernidad hecha a mano.

Diseño artesanal en México, 1952-2022, muestra que abre este sábado, compuesta por 630 piezas procedentes de más de 220 coleccionistas en 18 estados de la República, incluyendo algunas de la joven colección de diseño mexicano moderno y contemporáneo del MUAC.

"A mí lo que me parece muy importante de esta exposición es tratar de generar esas preguntas. Quizá no tenemos las respuestas, pero son preguntas que no nos hemos hecho en muchísimo tiempo", consideró Mallet.

"Si se está abriendo desde el MUAC este nuevo camino académico, pues tratar de llegar a las preguntas correctas para poder desentrañarlas. Y espero que esta sea una exposición que genere muchas preguntas entre los visitantes", refrendó.

Entre mobiliario, textiles, cerámica, joyería, vestidos y un sinfín de piezas que van de mediados del siglo pasado hasta nuestros días, la exposición empieza recuperando las ideas de la diseñadora cubano-mexicana Clara Porset -organizadora en 1952 de la primera exposición de diseño en el País-, sobre la búsqueda de un diseño verdaderamente mexicano.

No sólo se exhiben trabajos de algunos de los diseñadores elegidos para tal muestra, sino que incluso se han montado piezas expuestas en ella hace 70 años, como una vajilla de la empresa tapatía de los años 40 LOFISA (Loza Fina, SA), autoría de la diseñadora austríaca Eva Zeisel.

Pieza procedente de la Colección Roberto Montenegro. Tras una primera parte, que a decir de Mallet demuestra que "sí hay historia del diseño en México y sí ha habido diseño en México", la exposición continúa con un recorrido por ejemplos de diseño artesanal realizado en diferentes estados de la República.

Partiendo desde el trabajo del platero y artista William Spratling en Taxco hasta las incursiones de James Metcalf en Santa Clara del Cobre, Michoacán -donde antes de su llegada sólo se producían cazos para carnitas, según contó Mallet-, pasando por la cerámica de Ken Edwards en Tonalá o los textiles de Robert Brady en Cuernavaca, por mencionar algunos ejemplos.

Destacan, entre muchos otros, una casulla rosa que Fray Gabriel Chávez de la Mora diseñó para el obispo Sergio Méndez Arceo, ideólogo de la Teología de la Liberación; así como un tapiz de Francisco Toledo, joyería de Ana Pellicer y coloridos y monumentales trabajos de Telares Uruapan.

Lo siguiente es una sección denominada "Tipologías neomexicanas", en la que se reúnen relecturas, iteraciones y reinterpretaciones de asientos como el butaque, el equipal de Pedro Ramírez Vázquez y las sillas Acapulco y Windsor.

Todo esto, expuesto a lo largo de la Sala 9 a través de una museografía que busca asemejar una plaza pública, sirve como una gran introducción para explicar qué está pasando hoy en día, dijo Mallet; "que yo creo que a veces ni los propios diseñadores entienden de dónde vienen". Y es que la parte final de la exposición, nombrada "Me siento en México", está abocada al diseño contemporáneo, con ejemplos del trabajo de dos o tres generaciones de diseñadores que han estado trabajando con materiales, tradiciones y saberes locales.

Se muestra, por ejemplo, el sillón Chac, de Mauricio Lara, o una silla en forma de nopal de Valentina González Wohlers.

"Así como el diseño editorial construyó, digamos, nuestra idea de los libros, de la lectura, etcétera, también el diseño artesanal, el diseño como está presentado aquí, construyó o construye nuestras maneras de habitar, de percibir el mundo, de establecer incluso las interacciones", sostuvo, por su parte, la titular del MUAC, Amanda de la Garza.

"Por eso es que también es tan importante pensar en términos de una historia del diseño en México, también para ahondar sobre los problemas que ya planteó Ana Elena, discusiones relevantes de antropología, historia del arte, política cultural", continuó.

"Además del catálogo que se publicará, va a haber un amplio abanico de actividades de orden académico, de divulgación y pedagógicas en torno a la exposición".

Una modernidad hecha a mano. Diseño artesanal en México, 1952-2022 arranca este sábado en el recinto del Centro Cultural Universitario, donde permanecerá abierta al público hasta el 13 de noviembre.



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