‘El Chapo’, Sociedad Ilimitada
La organización del narcotráfico más importante del mundo tiene más presencia internacional que cualquier multinacional mexicana
México / El País
Margarito y su hermano gemelo, Pedro, lideraban una de las redes de narcotráfico más importantes de Estados Unidos, el principal consumidor de drogas del mundo. Controlaban el ingreso del 80% de cocaína, mariguana y heroína a Chicago y su distribución en otras ocho ciudades.
Margarito y Pedro, hijos de mexicanos nacidos en Illinois, trabajaban para el poderoso cártel de Sinaloa, una organización criminal que funciona como una macabra multinacional.
Si el cártel de Sinaloa fuese una empresa, tendría más delegaciones que cualquier compañía mexicana. Tiene presencia en 17 estados mexicanos, 54 países —más que América Móvil (19), más que Cemex (50)— y llega a rincones donde el gobierno mexicano ni siquiera tiene un consulado. El primer consejo de cualquier asesor corporativo es definir una misión, una identidad y una historia que guíen el proyecto y explique su razón de ser.
Su génesis se remonta a la hermética sierra que cobija la región de la que tomó su nombre, donde el cultivo del opio y la mariguana lleva más de más de 100 años. De Miguel Ángel Félix Gallardo —El Padrino y fundador del cártel de Guadalajara— hasta Joaquín ‘‘El Chapo’’ Guzmán, decenas de capos nacieron en esas montañas. Son los genuinos herederos de los contrabandistas que en los años treinta y cuarenta pasaban gavillas de droga al otro lado de la frontera para satisfacer a los excombatientes estadounidenses.
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Mientras otras mafias han abierto sus actividades a la extorsión y el secuestro, el cártel de Sinaloa permanece fiel a su principal misión. Son los líderes indiscutibles del mercado en Estados Unidos. Domina el 30% del sector de mariguana y cocaína, y más del 60% de la heroína. Sus ventas rondan los 3,200 millones de dólares anuales según el libro El mal menor de la gestión de las drogas, escrito por un grupo de académicos mexicanos.
Su situación geográfica es otro ejemplo de visión estratégica. Está cerca de Jalisco, la antigua cuna del primer gran cártel mexicano, y sus redes se extienden a lo largo del Pacífico, hasta Michoacán y Guerrero, las grandes productores de opio y marihuana.
Controla además los cruces estratégicos hacia Estados Unidos (Tijuana, Juárez, Mexicali) que garantizan el acceso a su primer gran mercado: California. En el extenso litoral de 656 kilómetros de Sinaloa están los puertos han conectado a México con el oeste de Estados Unidos desde el siglo XIX.
Su salida al mar, que han extendido a buena parte de la costa del Pacífico mexicano más allá de su región, es la pasarela para su crecimiento internacional.
Los indicios de sus redes caen como cuentagotas en aisladas notas periodísticas. 31 de marzo de 2011: “Tres supuestos miembros del cártel de Sinaloa enfrentan la pena de muerte en Malasia”. 21 de diciembre de 2014: “Detenido presunto enlace de las FARC con el cártel de Sinaloa”. 3 de febrero de 2014: “El avión destruido en Venezuela operaba para el cártel de Sinaloa”. 7 de mayo de 2014: “El cártel de Sinaloa contrata a maras en Estados Unidos”.
La lista sigue. Un medio australiano afirma que han llegado a Oceanía gracias a sus vínculos con la N’drangheta y la Yakuza, la mafia japonesa. En Canadá han conseguido una alianza con los Hell’s Angels, según el Departamento de Justicia de Estados Unidos.
Y una alianza fundamental: China, ilustrada por el misterioso caso de Zhenli Ye Gon: un empresario farmacéutico chino que, según investigaciones policiales, se convirtió en el principal proveedor del cártel de Sinaloa para fabricar metanfetamina.
Lo detuvieron en su casa, con más de 200 millones de dólares en efectivo en 2007 y ha permanecido desde entonces ocho años en Estados Unidos, actualmente en una prisión de Orange (Virginia). La Suprema Corte de Justicia de Estados Unidos rechazó revisar su caso para evitar su extradición a México.
La organización funciona como un conjunto de grupos criminales, como un cártel empresarial, según un informe de la DEA. Joaquín El Chapo Guzmán sería su consejero delegado. Ismael ‘‘El Mayo’’ Zambada y Juan José Esparragoza Moreno, ‘‘El Azul’’ (dado por muerto en 2014), sus jefes de operaciones.
Por debajo hay una estructura entreverada, con frecuencia, por lazos familiares. “Su política de recursos humanos es flexible. Combina la parte familiar, que les asegura fuertes lealtades, con la captación de talento, como los ingenieros para cavar los túneles o los químicos para el cocinado de drogas sintéticas”, apunta el investigador del University College London (UCL), David Pérez Esparza.
Los campesinos, empresarios, funcionarios y sicarios que trabajan para el cártel de Sinaloa se cuentan por miles. Campesinos locales que cultivan en un área equivalente al territorio de Costa Rica, productores internacionales de cocaína en Colombia, Bolivia, Perú o distribuidores en Estados Unidos, como los gemelos Flores de Chicago.
Otra de las perversas analogías con el mundo empresarial es su capacidad de innovación. “Cuando en algunos estados de Estados Unidos comenzaron a permitir la producción y venta legal de mariguana, ‘‘El Chapo’’ se dio cuenta que eso podría amenazar sus ingresos. ¿Cómo reaccionó? Como harían otras empresas: innovando. El cártel se ha movido hacia las drogas sintéticas, más rentables y sin competencia”, añade Pérez Esparza.
Ante un previsible bajón de la demanda en el negocio de la mariguana, donde intervienen todos los cárteles del país, La Federación, como también es conocido el cártel, ha desplazado sus tentáculos hacia otras sustancias. De ahí su cambio de ramo a la producción de heroína, muy menor en México en comparación a otros países, o los laboratorios de metanfetamina, donde ha tenido un intercambio fluido con las mafias asiáticas que le proveen de la efedrina necesaria para cocinar la droga. El cártel de Sinaloa controla hoy el 70% del mercado de la metanfetamina en Estados Unidos.
La innovación también incluye el apartado de la logística y la distribución. Sus sistemas de transporte han evolucionado desde el estraperlo clásico vía terrestre a túneles de alta ingeniería. Los 3,185 kilómetros de frontera están atravesados por más de 170 pasadizos subterráneos como si fueran madrigueras de topos. De contenedores en barcos ajenos, a submarinos y una potente flota de aviones.
La segunda fuga de ‘‘El Chapo’’ Guzmán de una cárcel de máxima seguridad he elevado su fama en México a la altura de las estrellas del futbol o los cantantes de rock. Se le dedican canciones, memes en Internet y gorras y camisetas con su foto.
‘‘El Chapo’’ Guzmán se ha convertido en una marca. Una macabra campaña de marketing para una empresa líder en actividades ilegales que para alcanzar la cima libró una sangrienta lucha contra sus competidores. Sólo en los últimos 10 años, ha dejado un saldo de al menos 80,000 muertos y 30,000 desaparecidos en México.