El campanario, la pieza más antigua en la ciudad

El campanario de la Parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe, ubicado en el primer cuadro de esta ciudad fronteriza, es la pieza más antigua y representativa del legado arquitectónico que se conserva desde hace 183 años.

En el marco del 269 aniversario de la fundación de Reynosa, el antropólogo y cronista, Martín Salinas Rivera afirma que el campanario de la iglesia, es el principal legado que se tiene desde la fundación de esta ciudad, un 14 de marzo de 1749.

Mencionó que de acuerdo a la historia se revela que en los años 1799 a 1803 se llevó a cabo el proceso legal del traslado de la Villa de Reynosa, a unos 22 kilómetros de distancia, a la Loma de San Antonio, hoy Reynosa, debido a circunstancias meteorológicas que propiciaron una inundación en el verano de 1802.

El entrevistado señaló a que en el año de 1803, las construcciones en esta zona se les llamaban jacales y la primera iglesia que se construyó estaba compuesta por tres jacales.

Refiere que fue en el año de 1810 cuando sin éxito se empieza a construir con otro tipo de material la iglesia, pero sin lograr avances se pospone su edificación.

Explica que es hasta el año de 1835 cuando se termina la primera etapa de construcción de cal y canto del antiguo templo de nuestra señora de Guadalupe, iniciado 25 años antes.

“Ya en el año de 1835, se hace la construcción que constaba de un galerón profundo, angosto y rustico que tenía diseño en forma de cruz latina, con dos capillas laterales, una sacristía y el campanario de la iglesia” dijo.

Refirió que la parte superior del campanario, alberga un reloj, que fue traído de Europa, y que se incorporó en el año de 1898. 

“La torre del campanario es lo único que se conserva en la actualidad del primer templo que fue demolido en 1950 para la construcción de la nueva parroquia, de corte modernista que se consagró en 1956” expuso.

Martín Salinas recordó que en sus inicios esta zona estaba habitada en mayor porcentaje por indígenas, cuya lengua era el comecrudo y quienes eran muy aficionados a los festejos religiosos.

“La ceremonia más significativa entre los indios era aquella en donde expresaban sus creencias religiosas, a la vez que era un ritual que mantenía la cohesión social de la tribu” dijo.

Comentó que con la llegada de los españoles a esta zona, la religión cobro más fuerza y por ello los frailes que dominaron la región mandaban construir Iglesias y templos.

El cronista refirió que al inicio de la fundación de esta ciudad la gente habitaba en jacales elaborados de carrizo y lodo.

Mientras que para el año de 1820 se empezaron a realizar construcciones de sillar y caliza ya que aquí había calicheras y ya en el siglo 19 las construcciones fueron cambiando a sillar y ladrillo, piezas más finas con las que se elaboraron las casas y negocios en el primer cuadro de la ciudad.

Refiere que parte del valor histórico de esta ciudad también destaca el edificio del antiguo Parián, que data de 1882, ubicado en el mercado Zaragoza. 

El entrevistado dijo que a 269 años del nacimiento  de Reynosa, se llevan a cabo diversos programas artístico y culturales a fin de recordar los hechos, antepasados y costumbres que  forman parte del legado histórico de esta ciudad fronteriza, que con más de dos siglos da vida es una de las más dinámicas del país.