Dan nuevo aire a Museo del Escritor en CDMX
Este museo apareció por primera vez ante el artista Pedro Reyes cuando éste buscaba conocer más sobre el escritor, periodista y académico René Avilés Fabila (1940-2016)
CIUDAD DE MÉXICO.- El Museo del Escritor apareció por primera vez ante el artista Pedro Reyes cuando éste buscaba conocer más sobre el escritor, periodista y académico René Avilés Fabila (1940-2016), cuya literatura descubriera durante el confinamiento por la pandemia de Covid-19.
Intrigado, el escultor la invitó a comer al día siguiente para conocer la razón.
"La doctora Rosario me contó que ella estaba buscando donarlo a alguna institución", relató Reyes, quien a través de su iniciativa cultural dedicada a activar bibliotecas, Tlacuilo, recibió como donación el museo, abierto al público nuevamente desde este lunes, ahora en la galería de la sede del ISSSTE en Buenavista.
"Hicimos un convenio en donde se recibe el Museo del Escritor con el compromiso de montarlo, lo cual nosotros pudimos cumplir gracias al ISSSTE", remarcó el artista.
Se trata de una valiosa colección en torno a la literatura mexicana y de América Latina, con más de 400 primeras ediciones -la mayoría autografiadas-, manuscritos, un centenar de retratos, varias máquinas de escribir y diversos objetos personales de numerosos autores.
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Ejemplos de esto son el manuscrito y la primera edición de La tumba, de José Agustín; el manuscrito de Los demonios y los días, de Rubén Bonifaz Nuño, de quien también se exhibe uno de sus distintivos chalecos; un magnetófono que perteneció a Rodolfo Usigli, o la máquina de escribir donde Gustavo Sáenz escribió su novela Gazapo.
También primeras ediciones de La región más transparente, de Carlos Fuentes; de Cien años de soledad, de Gabriel García Márquez, o de Las batallas en el desierto, de José Emilio Pacheco; además de una carta y dibujos originales de la poeta Guadalupe "Pita" Amor, o una rara historieta de Fantomas, la amenaza elegante, escrita por Julio Cortázar.
Entre las piezas más destacadas del museo está no sólo la mesa de trabajo del Centro Mexicano de Escritores en la que se reunieran Juan Rulfo, Alfonso Reyes, Rosario Castellanos, Jorge Ibargüengoitia, Elena Poniatowska o La China Mendoza, entre otros, sino una fotocopia de la nota suicida de Jaime Torres Bodet, o una edición de Mesmerism, de Edgar Allan Poe, firmada por él mismo.
"(El museo quedó) muy bien. Yo lo que quería precisamente era que lo vieran; la verdad es que los museógrafos anteriores, los que hicieron todo esto, lo dejaron muy, muy bien. Y estuvo embodegado cuatro años, pero quedó todo perfectamente", expresó Casco Montoya, vicepresidenta de la Fundación René Avilés Fabila A.C.,
¿Por qué donar este tesoro literario?
Porque René eso quiso. A él le gustaba mucho la promoción cultural, entonces, tú sabes que la cultura no da, no deja, no la aprecian; entonces, él nunca pensó en vender. Claro, a mí me decían: "¿Por qué no vendes los libros dedicados?". Ese libro de Edgar Alan Poe cuesta 300 mil pesos, o un libro firmado de García Márquez, pues esos también tienen precio. Pura primera edición y con sus firmas. ¿Pero qué puedo hacer con tanto dinero?
En vida, Avilés Fabila tuvo que lidiar con el desinterés de las autoridades por acoger e impulsar el museo, que se mudó de la sede de la fundación que lleva su nombre, ubicada en Yácatas 242, Colonia Narvarte, a una sala del Faro Bicentenario, en Miguel Hidalgo, y luego de regreso. Ahora, adelanta Reyes, continuará como un espacio itinerante.
Junto con el museo, Tlacuilo -dirigido por Aleida Pardo- también recibió como donación la biblioteca personal de Avilés Fabila, compuesta por 20 mil volúmenes, que estarán disponibles para préstamo al público interesado, tal como esta iniciativa cultural ha hecho con las bibliotecas del músico Conlon Nancarrow, del Centro de Documentación del Museo Carrillo Gil o la del propio Reyes.
"Nosotros prestamos libros que la mayoría de las bibliotecas no quieren prestar, y es por esa doctrina que tenemos de que es más grave perder a un lector que a un libro y que es más valioso un lector que un libro.
"Es decir, por más raro que sea el libro, creemos que es más raro el interés de alguien por leerlo. Entonces, priorizamos y creemos que confiar en alguien es una cosa muy importante para construir ciudadanía. Y a la fecha, después de dos años de operación, todas las personas nos han devuelto los libros", celebra el escultor.
Pero el título de Poe firmado, ese sí no sale...
No, esos no, esos no. Pero de lo que está en la biblioteca, sí hay unas cosas que muchas otras bibliotecas te dirían "¿Sabes qué?, eso no se presta". Nosotros sí lo prestamos.
Con el Museo del Escritor como una forma para crear apetito por la lectura, y la biblioteca de Avilés Fabila como el medio para saciar esa hambre, los nuevos encargados de este legado proyectan actividades complementarias como ciclos de cine, eventos con escritores o incrementar el acervo con adiciones de literatura contemporánea.
Algo en lo que la viuda del escritor, periodista y académico que impulsó todo esto permanecerá como una colaboradora, según compartió.
"Yo voy a estar vigilando que no se pierda la esencia. No tendré ningún puesto, sólo como donadora, pero si algo pasa retiro la donación. Si está mal, se empiezan a vender cosas o hacer un mal uso; yo estoy ahí para que no haya ningún inconveniente", aseguró Casco Montoya.
"Hay que cuidarlo (el acervo), porque es mucho dinero: son 20 o 30 millones de pesos; son 20 mil libros los que donamos. Pero como nosotros no tuvimos hijos, y René siempre quiso eso, dije: 'Bueno, pues yo voy a cumplir su (deseo)', y como no tengo necesidad económica -digo, no quiero ser millonaria, ¿verdad?-. Pero para mí esto era lo máximo, que la gente lo vea, y mejorar y elevar el nivel cultural de la gente. Yo creo que sí quedó en buenas manos".
Los libros de la biblioteca de Avilés Fabila se pueden pedir en préstamo a través de la cuenta de Instagram de Tlacuilo, y el Museo del Escritor podrá visitarse en la galería del ISSSTE en Jesús García 140, Colonia Buenavista, hasta marzo del año próximo.
'Yo decliné seguir con Tlali'
Después de la polémica que suscitara hace un par de meses la noticia de que la efigie de Cristóbal Colón en Paseo de la Reforma sería sustituida por Tlali, la cabeza de una mujer olmeca esculpida por el artista Pedro Reyes, el creador decidió no seguir adelante con el proyecto.
Específicamente después de que el espacio fuera reclamado por feministas y colectivos de familiares de mujeres asesinadas o desaparecidas como la "Glorieta de las mujeres que luchan".
"Yo decliné. Finalmente, Reforma es un espacio que ha sido conquistado por los movimientos feministas, y no quería yo estar en una posición en la cual se diera la idea de que yo estaba en contra de esa conquista del espacio público. Entonces, preferí hacerme a un lado y ceder ese lugar", compartió el artista.
Una decisión que el escultor tomó incluso antes de que las autoridades determinaran y anunciaran que el espacio vacante del navegante genovés lo ocuparía una réplica de La joven de Amajac, escultura hallada a principios de año por un grupo de citricultores en la huasteca veracruzana (REFORMA 18/1072021).
"Yo estaba muy honrado por la invitación que me había hecho el Gobierno (local de Claudia Sheinbaum), pero la percepción daba una lectura que no correspondía a la realidad. Parecía como si yo estuviera quitándole el lugar a las mujeres, y pues no es el caso.
"Por eso decidí no persistir, porque creo que se estaba mandando un lenguaje que no representaba mi ética de trabajo", subraya.
¿Hay algo de decepción por la oportunidad perdida?
Pues mira, yo inmediatamente me pongo a trabajar en lo que sigue, y esto es lo que estamos presentando hoy (el Museo del Escritor).
Sigo agradecido porque hayan pensado en mí. Fue para mí un gran honor hacer esa propuesta, y creo en la Administración de Claudia Sheinbaum, creo que están haciendo un trabajo fantástico. Y yo creo que siempre hay espacios para seguir produciendo; si algo no se mueve en una dirección, hay muchos otros espacios de acción.
Como escultor, ¿qué piensas de La joven de Amajac?
Sin comentarios.