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El sueño de la cleptocracia

A principios de mes, la plataforma web Global Financial Integrity, dio a conocer uno de los estudios más interesantes del siglo, al que denominó Acres of Money Laundering: Why US Real Estate is a Kleptocrat's Dream, que con un poco de licencia podría entenderse como Colosal lavandería de dinero: Por qué los bienes raíces en los Estados Unidos son el sueño de la cleptocracia, en el que detalla que cuando menos 2.3 mil millones de dólares de origen ilegal, se han invertido en propiedades en el país.

Y, lo más destacable es que la mayor parte de las inversiones foráneas proviene de políticos u hombres de poder de nacionalidad mexicana. Estadísticamente, el estudio revela que 17.86 por ciento de esos recursos ilícitos que se lavaron a través de bienes raíces provienen de los mismos Estados Unidos, y el 82.14 por ciento restante tiene como origen otros 26 países. México ocupa el primer lugar con 16.07 % de estos flujos; le siguen Venezuela (8.93 %); Guatemala (7.14 %), Irán (5.36 %) y China (3.57 %). No deja de resultar paradójico que 3 país con elevados niveles de subdesarrollo en AL, sumen el 32.77 %.

El sueño de la cleptocracia

Ya centrados en México, han salido a relucir nombres hartamente conocidos como los exgobernadores Yarríngton, Murat, Duarte y otros, además del exsecretario de Seguridad Nacional en el régimen del becario de ingrata memoria, Genaro García Luna, y de empresarios y hombres de negocios cuyos ingresos no declarados fueron lavados a través de vastas operaciones inmobiliarias, tanto en los Estados Unidos como en el Reino Unido, especialmente Irlanda, querencia de muchos mexicanos, y Canadá.

Ello ha sido posible por las laxas regulaciones que existen en el mercado de bienes raíces en el vecino país del norte, donde cualquier hijo de vecina con mucho dinero puede adquirir lo mismo una casita en McAllen, Mission, o la Isla del Padre, que un edificio o departamentos en Nueva York y condominios en San Diego, Miami u Orlando. GFI detectó que son muy pocos lo casos en que se cumple con todos los requisitos que la ley señala a partir de los acuerdos internacionales contra el lavado global de dinero. 

Para contextualizar el estudio y las recomendaciones de este informe, GFI compara los avances sobre regulaciones en los EU con las prácticas, desafíos y desarrollos en curso en el resto del G7. La idea es que al detectar el problema, a través de este prisma ayudar a la administración pública a ver los méritos y deméritos de posibles enfoques regulatorios en otras economías ubicadas en posición similar para dar peso a las recomendaciones finales de GFI y evitar el lavado de dinero inmobiliario como riesgo sistémico.

Dado que México ha dado pasos importantes en contra de la corrupción dentro del gobierno y el sector empresarial, y está buscando restaurar el imperio de la ley, este informe no viene más que a complementar el trabajo que ya están haciendo las instancias de procuración de justicia, entre las que debe señalarse una despercudida al Poder Judicial en varias de las instancias que han fallado, cobijando ilícitos como los que señala el informe de GFI. La comunicación entre los gobiernos de México y de los Estados Unidos ha sido fluida y el 9 del mes próximo habrá otra reunión de alto nivel, en la que todo parece indicar que se tocarán temas de seguridad, migración y salud para bien de ambos pueblos.

Como una voz de alerta, el texto publicado el 2 de agosto señala que cuando mínimo, de los casos reportados en los últimos cinco años, los más de 2.3 mil millones blanqueados a través de bienes raíces estadounidenses, incluidos millones más a través de otros activos alternativos como arte, joyas y yates,

han sido posible porque las instituciones financieras, han facilitado repetidamente las operaciones por parte de individuos de alto poder económico a través de una ceguera intencional o complicidad directa.

EU sigue siendo el único país del G7 que no requiere que los profesionales de bienes raíces cumplan con leyes y regulaciones contra el lavado de dinero; el 60.71 por ciento de los casos en este país han involucrado propiedades en uno o más condados que no pertenecen a los registros de localización geográfica, lo que demuestra las limitaciones de esta herramienta reguladora específica de la ubicación.

Un gran logró sería la colaboración de ambos gobiernos para evitar más lavado de dinero a través de la compra-venta de bienes raíces en territorio norteamericano, como se ha vuelto costumbre hasta ahora por la ausencia de rigor en el sistema financiero y demás instancias regulatorias. Esa sí sería una buena colaboración vecinal. Porque, si en otros aspecto hay diferencias, no lay hay en cuanto a la delincuencia.