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El fascismo trasnochado

Ha prosperado en España la idea de la Iberósfera, una palabra inventada que podría entenderse de muchas maneras y siempre habría algo que falta, por lo que es necesario acudir a sus fuentes originales. Dice el eurodiputado ultra y experiodista Hermann Tertsch, condenado por mentir, en un artículo de entrada, que: "Queremos movilizar a las naciones de este inmenso espacio de lengua, historia, cultura y valores comunes para organizar una defensa común de la vida que merece vivirse, frente a la ideología igualitarista, ecológico-climática, feminista, abortista, de lobbies LGTB y multiculturalismo". ¡Úchas!

Entonces, debe entenderse que se trata de los países de Europa, Asia y América que hablan la lengua española, que tienen una historia en común por aquello del descubrimiento de América financiado por los reyes católicos Fernando e Isabel a instancias del cardenal Cisneros; la conquista y luego la fusión de razas y de culturas, de la que emerge la raza mestiza y una nueva cultura sincrética de lo mejor de los dos mundos. Podrían aceptarse como valores comunes el catolicismo varonil; pero eso es relativo.

El fascismo trasnochado

En lo que, de plano, están arando en el mar es en lo que se refiere al rechazo total y absoluto a la idea de la igualdad de los seres humanos ante la ley, que a todos concede los mismos derechos y brinda las mismas oportunidades de realización personal y colectiva. Negando la igualdad, niegan los principios que dicen enarbolar y defender, porque una de las ideas centrales de la Religión Católica es que todos los seres humanos son hijos de Dios y, por lo mismo, hermanos en la igualdad, en la solidaridad y la caridad.

Por lo demás, resulta tan tedioso como estéril hablar de las grandes conquistas de consciencia que ha logrado la humanidad en los últimos tiempos, aunque en ocasiones no haya sido ese el propósito. Poco tienen que alegar los promotores de esta forma de fascismo trasnochado que tiene sus raíces en aquella España franquista que sobrevivió a las potencias del Eje Berlín-Roma-Tokio. Las bases del régimen franquista fueron: ultranacionalismo español, catolicismo, fascismo y anticomunismo, los que sirvieron de apoyo a la dictadura militar totalitaria de Franco que se autoproclamó como democracia orgánica. 

El año pasado, tuvo lugar la refundación de La Gaceta de la Iberosfera que coincidió, probablemente no de manera casual, con la Fiesta Nacional de España, el 12 de octubre, también conocida como el Día de la Hispanidad por la efemérides del descubrimiento y posterior colonización de América por Cristóbal Colón. El motivo de uno de los primeros artículos de opinión de La Gaceta a su refundación, fue el de reivindicar, en oposición a posturas tradicionalmente relacionadas con la izquierda, la evangelización de los salvajes indígenas por parte del ilustrado español medieval. De esta manera se introducen nuevos elementos para atacar al gobierno español, recabar apoyos en América y reivindicar el pasado imperial y colonizador del país a pesar del daño que causó. Esta alianza transnacional se opone a la Unión Europea.

Durante el gobierno de Donald Trump en los Estados Unidos, Santiago Abascal, dirigente de Vox, el partido español de ultraderecha, hizo usó la palabra en marzo, en una reunión con congresistas republicanos, asegurando que su partido defiende la democracia en la iberosfera frente al comunismo, y agregando que hoy, "incluso en EEUU es ya abierto el desafío socialista al modelo norteamericano".

En un exhaustivo informe de la Fundación Rosa Luxemburgo sobre la derecha radical, coordinado por el periodista Miquel Ramos, que se publicará en las próximas semanas, dice: "El coronavirus ha servido para el surgimiento y revitalización de estas organizaciones. Ha habido una efervescencia. La extrema derecha se beneficia de que, con Vox, ideas que antes eran tabú, como el ultranacionalismo o el rechazo a la inmigración, tienen mayor aceptación". Juan Francisco Albert, alerta del fuerte impulso a acciones sociales de reparto de alimentos y campañas de apoyo al pequeño comercio, en las que queda evidenciada la estrecha relación entre los ultras y el movimiento conspirativo y negacionista.

Hasta ahora, excepto la reunión con congresistas republicanos en los Estados Unidos, este movimiento fascista había actuado sigilosamente entre los sectores sociales marginados mediante tácticas de cooptación y compra de voluntades; pero, ahora han llegado a México y, como es lógico, se han reunido con senadores del Partido Acción Nacional, que, de este suerte, está mostrando un talante antidemocrático.

El senador Julen Rementería, reunido con Santiago Abascal, dirigente de Vox, ya firmó la Carta Madrid.