Últimas palabras de El Chapo antes de quedar en el olvido..
El capo acusa a EU de ser un país corrupto, denuncia las torturas que sufrió y que no se le permitió un segundo juicio
Nueva York.
Se le veía entero, pulcro, de buen ánimo, pese a las estrictas condiciones de reclusión tras la extradición. El pelo lo tenía teñido, sin una cana, bien peinado, y de nuevo con bigote.
“Ya que el gobierno de Estados Unidos va a enviarme a una prisión donde jamás van a escuchar mi nombre”, dijo, “tomé esta oportunidad para decir aquí que no hubo justicia”.
Guzmán, de 62 años, habló antes de que el juez dictara la sentencia con la que le condena a cadena perpetua. Lo hizo él mismo, sin mediación de su abogado, durante casi 15 minutos sumando las interrupciones del intérprete. Empezó agradeciendo a su madre, a su esposa, a sus dos gemelas y a sus hijos “el apoyo incondicional” que le dieron durante el proceso.
Y en ese momento empezó la carga. “Me dieron fuerza para soportar las torturas tan grandes que estoy sufriendo las 24 horas desde hace 30 meses”, denunció ante el juez Brian Cogan.
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“Me he visto obligado a beber agua no higiénica; se me negó la luz del sol y el aire fresco”, continuó. “Me duele la garganta, la nariz y la cabeza. Me tapo los oídos con papel higiénico por el ruido del aire”, añadió.
La palabra tortura fue repetida por el capo mexicano una decena de veces.