Abren posibilidades

“Está probado en artículos académicos que los videojuegos generan habilidades psicomotrices, de pensamiento y razonamiento crítico y resolución de problemas, además de que enriquecen la toma de decisiones en intervalos cortos de tiempo”, afirma Ana Lidia Franzoni, representante de la Red Académica Videojuegos MX.

Los videojuegos favorecen la coordinación visual y manual, además de la capacidad de memoria e incluso pueden retrasar enfermedades como el Alzheimer.

“A través de una interfaz entretenida y de alta recordación se puede aprender matemáticas o historia con Assassin’s Creed, por ejemplo”, agrega Franzoni.

Asimismo los expertos consideran que los juegos electrónicos no promueven el aislamiento.

“Los padres no se han dado cuenta que los videojuegos ya no son estáticos. Aunque estén sentando en una sala, los niños no necesariamente están jugando solos, pues se conectan con sus amigos de otras partes del mundo y así pueden conocer otras costumbres y ejercitar el idioma”, apunta la representante.

JUGAR PUEDE CONVERTIRSE EN UNA ACTIVIDAD FAMILIAR

El rango de edad más grande de videojugadores es de 20 a 35 años. Los padres de ahora se relacionan con sus hijos a través del juego.

Por su parte, Roberto Rivera, miembro del Centro de Estudios de Videojuegos e Industrias Creativas de la UNAM, comparte que el Play Station VR consiguió acercarlo a su padre.

“Mi padre siempre me criticó por jugar, pero ahora que conoció el casco de Realidad Virtual de Sony, cada vez que alguien visita la casa hace que forme parte de la experiencia”, relata.

Respecto a si los videojuegos facilitan el sedentarismo, Franzoni matiza la preocupación.

“Si te quedas todo el día jugando, pudieras llegar a tener problemas como sobrepeso, ansiedad, estrés y desconcentración. Esto ocurre si se lleva al extremo”, explica.

No obstante, los especialistas destacan las propuestas que motivan la actividad física: juegos con Realidad Aumentada como Pokémon Go y tecnologías de reconocimiento de movimiento, como las del Nintendo Switch.

Asimismo, rechazan que los videojuegos promuevan la violencia.

“He leído mucho al respecto y no existe ninguna demostración psicológica sobre la relación entre un niño que jugó muchos juegos y actos violentos. Los niños distinguen muy bien entre fantasía y realidad”, afirma Franzoni.

Al respecto, aconseja prestar atención a la clasificación de edades que incluyen los juegos.

“Es muy importante que los padres lean el contexto, se enteren de qué se trata y cuáles son los enemigos”, recomienda.

La curiosidad e innovación que fomentan los videojuegos debe aprovecharse desde temprana edad.

“Los estudiantes de preparatoria tienen historias increíbles, pero les falta decidir si dedicarse al arte o a la programación. Pueden empezar a tomar cursos de programación y pensar en estudiar carreras relacionadas, pues es un mercado en crecimiento y ayuda a nuestra economía”, dijo.