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Fernando Pessoa y la naturaleza de las tiranías

"La oligarquía de las bestias" reúne ocho relatos en los que el autor lisboeta aborda las dictaduras o los límites de la democracia

La poesía, la filosofía, el teatro, las vanguardias, el esoterismo, el paganismo, los textos del desasosiego… Los frentes que ocuparon los pensamientos de Fernando Pessoa (Lisboa; 1888-1935) fueron tantos y tan variados que pudiera parecer que otro de sus grandes intereses, la política, quedó relegado a un segundo plano. Pero de ningún modo Pessoa arrinconó su lado político. Desde que con 17 años regresara a Portugal procedente de Sudáfrica, donde pasó su segunda infancia y se adscribió a los usos de la burguesía, el autor lisboeta manifestó sus ideas a través de colaboraciones en periódicos y panfletos. 

Fernando Pessoa, dibujo.Fernando Pessoa y la naturaleza de las tiranías

Los límites de la partitocracia, la naturaleza de las tiranías, la monarquía lusa, la Iglesia y los objetivos de la anarquía son los temas sobre los que Pessoa reflexiona en unas páginas que, se lean como cuentos o como ensayos, se inscriben en el alma de un «conservador al estilo inglés», como el propio Pessoa se definió en unas líneas autobiográficas que escribió unos meses antes de morir. «Es decir, liberal dentro del conservadurismo, y absolutamente antirreaccionario».

Criado en una familia que se movió en los círculos del poder civil y militar, como explica Moya en el prólogo de «La oligarquía de las bestias», el escritor entró en contacto con el liberalismo clásico en la ciudad sudafricana de Durban, entonces colonia británica, y luego hubo de adaptarlo a la realidad portuguesa. Esto es, a un país que entre finales del siglo XIX y principios del XX asistió al declinar de la monarquía y al que los golpes de Estado de los generales sumieron en una situación de conflicto permanente.

Entendiendo que el país debía ser gobernado por una minoría aristocrática que representara la excelencia, llegó a aceptar la dictadura como un mal menor, un conflicto ideológico que queda reflejado en el relato «Diálogos sobre la tiranía», datado entre 1918 y 1919. «La fuerza de una tiranía es el estar sustentada en una mayoría», escribió, con su característica capacidad de darle la vuelta a los argumentos: «En otras palabras, la tiranía es democrática». Este es uno de los cuatro relatos del libro que hasta la fecha habían permanecido inéditos en español. 

En el también inédito «Reacción», de 1909, probablemente su primera ficción política y anticipo de otros relatos más elaborados, Pessoa reflexiona sobre la «bestialización» de las revueltas. «Una multitud movida por nobles sentimientos, incluso movida solo por ellos, no es algo que me agrade –escribe–. Para obtener el mejor y el mayor resultado en algo, hemos de aislar y fortalecer el sentimiento de tal forma que nos empuje para luego equilibrarlo con el raciocinio».

Equilibrio, reflexión y subversión de las ideas preconcebidas son los elementos comunes de las mejores líneas políticas de Pessoa, que despliega su versión más exquisita en «El banquero anarquista», el más conocido de sus cuentos intelectuales. Escrito tras el triunfo de la revolución rusa, y dando voz a un rico banquero que dice ser un verdadero anarquista, el autor expone aquí su credo liberal: las «ficciones sociales» son las que constriñen la vida de los hombres, y es en la liberación de esas ficciones donde se halla la verdadera libertad individual. 

La paradoja de este relato, y por eso Pessoa ocupa un lugar de honor en la literatura, es que el anarquista alcanza su liberación a través de su riqueza. «Haciéndome superior por la fuerza del dinero, es decir, liberándome de él, consigo la libertad –escribe–. Consigo la libertad sólo para mí, es verdad […] pues la libertad para todos solo puede llegar con la destrucción de las ficciones sociales, a través de la revolución social». Tiranía por tiranía, añade, quede la que está. Palabra de un conservador al estilo inglés.



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