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Del cielo cayó un guijarro

HILVANES HISTÓRICOS

Doña Eva Gorena de Garza, don Ernesto Garza Sáenz y Arnoldo Gárate.Del cielo cayó un guijarro

Seguramente todos hemos visto en el firmamento de noches oscuras por la ausencia de la bella luz de la luna, caer una roca perdida en la inmensidad del espacio sideral, la cual se enciende por el rozamiento de su superficie con la atmósfera terrestre.

Los aerolitos son fragmentos de planetas que viajan por el espacio y que nuestra Tierra atrae cuando pasan cerca de ella. También reciben la denominación de meteoritos.

Los aerolitos han sido motivo de intensos estudios por los científicos, quienes inclusive piensan que hayan sido los que trajeron la vida al planeta, porque han encontrado en ellos huellas de elementos que pueden producirla.

Ahora existe una seria preocupación en los científicos dedicados al estudio de la astronomía, pues saben del riesgo de que la Tierra sufra un choque con un meteorito de gran tamaño.

¿LOS METEORITOS O AEROLITOS SON UNA AMENAZA PARA NUESTRO PLANETA?

Sí. Durante el transcurso de la vida de la Tierra, calculada en cuatro mil 500 millones de años, ha caído una enorme cantidad de aerolitos, que incluso han producido cambios importantes como aquel cuyo impacto hizo que el eje de la misma se modificara a la inclinación actual de 23° 27’ 14’’

Ahora bien, los daños que pueden ocurrir en la Tierra no solamente dependen del tamaño del asteroide, sino también de la inclinación con que este se impacte en la superficie. Es decir, que a mayor ángulo, mayor impacto. Otro puede ser que la inclinación sea menor y al choque se le denomina “oblicuo”, como fue el que ocurrió por ejemplo en el año 1908 en Siberia, Rusia. El ímpetu de ese meteorito arrasó con una fuerza equivalente a mil bombas atómicas que destruyó millones de árboles y toda la vida animal en una extensión de dos mil kilómetros cuadrados.

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El aerolito que se encuentra en el archivo de don Ernesto.

EL QUE CAYÓ EN MÉXICO, EL MÁS IMPORTANTE

Se tiene noticia de otras grandes rocas que han caído sobre la Tierra de las cuales se tienen localizados varios vestigios: el Manson de Iowa, de un diámetro aproximado a 35 kilómetros, cuya edad se calcula en 66 millones de años. En Cuba se encontró un cráter meteorítico que cayó también hace aproximadamente 65 millones de años. Pero muchos científicos están de acuerdo en que el más importante de todos tal vez sea el que se estrelló en Chicxulub, en la península de Yucatán, hace también cerca de 65 millones de años y que dejó una marca de 177 kilómetros de diámetro, el cual produjo una gran devastación marina y terrestre, trajo grandes cambios climáticos y posiblemente haya sido factor para la terminación de los dinosaurios, la flora y la fauna de la época.

En nuestro país, como ya se dijo, han caído aerolitos que por su tamaño han sido considerados importantes, uno de los cuales aterrizó en el norte del país y se encuentra ahora en el Palacio de Minería de la Ciudad de México.

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 Presidencia Municipal de Camargo, Tamaulipas.

TAMBIÉN EN CAMARGO HACE AIRE

En el municipio de Camargo, Tamaulipas, se han encontrado restos de grandes animales como los dinosaurios, conchas marinas de cuando el océano cubría la región y puntas de flechas de los ancestros que merodeaban por esos rumbos y por supuesto, también aerolitos.

Sucede que en una ocasión, sería por 1948, estaba don Ernesto Garza Sáenz, conocido historiador camarguense, muy quitado de la pena leyendo el periódico recién llegado de Monterrey, apoltronado en su sillón favorito esperando que cayera un cliente a la mueblería de la que era propietario. Cuando de pronto llega un conocido suyo que le dice: “¡Ernesto, préstame dos pesos por favor, que me siento muy mal! Anoche fui con los amigos y ando muy crudo!”. —¡Ah que Genaro!—, respondió don Ernesto. “¿Y qué me vas a dar en garantía del préstamo?”. —Si quieres, te doy una piedra que la semana pasada cayó en mi rancho cuando andaba sembrando—, respondió Genaro. “Mira, ten los dos pesos y luego que te compongas, platicamos”, contestó don Ernesto.

Pasaron los días y regresa Genaro a la mueblería de don Ernesto. —“No tengo para pagarte Ernesto, pero si quieres vamos al rancho por la piedra”—, le dice el deudor. —“Nomás te traes la troca porque la piedra está muy pesada”—.

Lleno de curiosidad, don Ernesto se sube a la camioneta y se van al rancho de su amigo Genaro y en el camino van platicando. “Estaba arando la tierra cuando oí un zumbido muy fuerte y luego un gran impacto en la tierra que produjo un temblor y una gran polvareda. Cuando todo se apaciguó, fui al lugar del choque y encontré un agujero en la tierra. Después, con la ayuda de mis hijos, saqué la piedra y pensando que tenía oro, le pegué con un mazo y cincel, pero no tiene nada, es pura piedra y si la quieres, te puedes quedar con ella por los dos pesos”, dice Genaro.

Y de esa manera don Ernesto se hizo de un aerolito que celosamente guarda apoyado por su esposa, doña Eva Gorena de Garza, en un saloncito de su residencia en Camargo y a donde han ido a verla y examinarla maestros y estudiantes de muchas partes de México y Estados Unidos. Fin.

Agradecemos Martín Salinas y yo a don Ernesto y a doña Eva las atenciones recibidas y les deseamos que descansen en paz, pues ya fallecieron.




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