Editoriales > ANÁLISIS

La apuesta al futuro

En medio están los intereses creados generando confusión con afirmaciones falsas con apariencia de verdades absolutas, a los que siguen el juego los poderes fácticos

El futuro de la humanidad y del planeta que habita depende de la política. Esta se ha polarizado entre quienes apuestan por mantener el modelo desarrollista que tantos estragos ha provocado, y quienes van en pos de alternativas viables y sustentables para detener la contaminación ambiental, en especial los gases de efecto invernadero causantes del calentamiento global que se deja sentir en prácticamente todas las actividades telúricas con grandes perjuicios: mega incendios forestales, ciclones y marejadas.

En medio están los intereses creados generando confusión con afirmaciones falsas con apariencia de verdades absolutas, a los que siguen el juego los poderes fácticos. Cuando se propuso como alternativa para frenar el calentamiento global la producción de energía eléctrica a partir de equipos fotovoltaicos y aerogeneradores, se pensó que ahí estaba la respuesta y se hicieron grandes proyectos; pero, luego se supo de los inconvenientes que han provocado deficiencias importantes en el abasto de electricidad.

La apuesta al futuro

Para evitar que las variaciones extremas en la producción de electricidad puedan afectar a la red de suministro operada por la Comisión Federal de Electricidad y a los consumidores, se crearon leyes y disposiciones regulatorias que los productores no han aceptado porque limitan sus utilidades y obligan a una serie de medidas que garanticen la confiabilidad y la continuidad del abasto, especialmente en los días que corren, cuando es imperativo que el sistema hospitalario y sanitario cuente con este servicio.

Una nota de interés mundial fue publicada recientemente, dando cuenta de que un juez federal amparó a los oponentes a las medidas regulatorias, esgrimiendo argumentos ambientalistas. La nota dice que el funcionario del Poder Judicial dictó: “Todas las autoridades del sector energético a las que resulte aplicable dicho programa, en el ámbito de sus competencias, están obligadas a cumplir la suspensión provisional otorgada, aún en el supuesto de que no hubieren sido llamadas como responsables”. ¡Gulp!

Pero, hay más, agregó que: “Deberán abstenerse de seguir los lineamientos que conforme al programa reclamado deben regir como instrumento de planeación en el sector energético. A efecto de no generar un vacío normativo durante la vigencia de esta medida cautelar, se precisa que las autoridades responsables y vinculadas al cumplimiento de esta determinación deben aplicar los programas, normas y disposiciones que se encontraban vigentes previamente a la expedición del programa combatido”.

Por fortuna, al margen de estas escaramuzas, se ha avanzado mucho en otros terrenos en los que se busca llegar al mismo fin, esto es, la producción de electricidad por métodos no contaminantes. En los países en que se han continuado los programas de investigación nuclear (en México, como parte de la entrega del país a los intereses supranacionales, se hizo desaparecer Uramex, no obstante que aquí hay una nucleoeléctrica que jamás ha dado problemas), está creciendo y madurando esta industria limpia.

Por otra parte, ayer Tesla celebró su ‘Battery Day’ con el anuncio de que está trabajando en una nueva celda de batería cilíndrica. Esta, bajo la denominación 4680, es seis veces más potente y dispone de una capacidad energética cinco veces superior a las actuales. Su mayor tamaño, que multiplica por más de cinco el volumen de material activo que puede albergar, y la eliminación de los conectores que unen cada electrodo con la carcasa de la batería, permiten elevar las prestaciones para alcanzar un 16% más de autonomía y reducir los costes de producción. El auto eléctrico popular está a la vuelta de tres años.

Con la creación de sistemas de almacenamiento de energía de mayor capacidad, más eficientes y con costos menores, podrán superarse los problemas que en este momento significan las fuentes de energía eólicas y fotovoltaicas. Quienes se sienten afectados por las disposiciones oficiales que cumplen la tarea de atender el interés de la colectividad, mejor harían en mirar al futuro y aprovechar el mundo de oportunidades que se abre en la actividad que tanto defienden y que ahora resulta un peor remedio.

Habría que escuchar a Carlos Sánchez, indígena zapoteco participante en la resistencia contra la instalación del parque eólico en la Barra Santa Teresa, Oax.: “La madre tierra está enferma, la enfermedad es el calentamiento global, provocado por los dueños del dinero. Ellos creen que con el dinero se puede comprar la vida. Quieren lucrar hasta con la misma enfermedad que ellos mismos han provocado a la madre tierra. Con el pretexto de disminuir el calentamiento global llegan a nuestros territorios para controlar nuestros bosques, montañas, lugares sagrados y nuestra agua. Están provocando una devastación en nuestro tejido social”.