Editoriales > ANÁLISIS

Hacia un México sano

El país que dio la voz de alerta sobre esta circunstancias fue España, cuando el 15 octubre de 2015 se presentó en Madrid el primer estudio sobre hábitos de desayuno en la infancia de ese país

Por fin, el gobierno ha decidido tomar al toro por los cuernos y entrarle al problema de la alimentación chatarra que tantos y tan graves problemas ha venido creando entre los mexicanos desde la más tierna infancia. Se ha comenzado por los dizque quesos y algunos yogures; pero, el asunto no puede quedar ahí, pésele a quien le pese. El bajo rendimiento de los pequeños en las aulas, las canchas, los eventos sociales y en la vida común, así como el alto nivel de obesidad y males adyacentes, exigen ir más allá.

Para nadie es desconocido que la alimentación infantil en México está basada en fórmulas que son auténticos venenos, con exceso de azúcares, almidones, edulcorantes y productos químicos que crean una sensación ficticia de bienestar y que, poco a poco, se convierten en productos adictivos con los cuales se engaña al organismo y se impide una sana nutrición para crear estados óptimos de salud física, mental y anímica y tener un buen rendimientos en todas las actividades inherentes a los procesos de maduración.

Hacia un México sano

El país que dio la voz de alerta sobre esta circunstancias fue España, cuando el 15 octubre de 2015 se presentó en Madrid el primer estudio sobre hábitos de desayuno en la infancia de ese país. Se denunció que: “No tenemos tan claro cómo puede afectar a nuestros hijos una dieta muy extendida en nuestro país, como yogures, leches, carnes, pescados, huevos, y demás alimentos altos en proteínas, y cómo esto puede afectarles en los primeros años de vida. Algunos expertos nos dicen que el 95% de los niños de 0 a 3 años ingiere un exceso de proteínas, y si a eso le sumamos que una gran parte de nosotros no queremos ver la poca oferta que hay en su dieta de fruta y verdura, se infiere una pésima alimentación”.

Ni que decir que la alimentación influye en el comportamiento, en la forma de ser, en la manera de relacionarse con el entorno, con los compañeros e incluso con la familia; pero, va mucho más allá de lo que simplemente comen. Un niño está expuesto cada día a la influencia del marketing de las grandes empresas que abogan por darles galletas de sus personajes de dibujos preferidos, darles yogures de sabores atractivos, con tapas de la película de moda, con colores llamativos, huevos con sorpresas, leches con pajitas que se iluminan, meriendas con formas de superhéroes y ‘desayunos de campeones’.

Por ello no puede sorprender que durante el Seminario Sobrepeso, Obesidad y Diabetes: Efectos sobre la competitividad del país, realizado en la Ciudad de México a principios de este año, José Ángel Gurría, secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, advirtió que la obesidad en México es un problema muy severo, un tema ético y económico, que está afectando la esperanza de vida de los mexicanos. En prospectiva se reducirán 4 años en los próximos 30 años.

Menores expectativas de vida, sí; pero, también, una peor calidad de vida. Al respecto, Zoé Robledo, director del Instituto Mexicano del Seguro Social, reportó que entre los asegurados por la institución la obesidad sigue aumentando, ya que sólo la obesidad, sin considerar el sobrepeso, alcanzó el 42.8% de las mujeres y a 38% de los hombres. Además, señaló que el 52% de los recursos del IMSS se destinan a enfrentar enfermedades crónicas, como la diabetes mellitus, la hipertensión arterial y el alto colesterol.

El gobierno, consciente de esta situación, ya había tomado medidas previas con efectos que no fueron suficientemente satisfactorios, como la aplicación de impuestos especiales a las bebidas endulzadas y a otros productos nocivos para la salud; luego, vino la aplicación de la norma de etiquetado frontal, por medio de la cual se advierte al consumidor los riesgos de adquirir productos altos en azúcares y otros productos dañinos. Ahora viene la batida frontal contra alimentos ultraprocesados que son una trampa.

La Dra. Teresa Shamah Levy, directora adjunta del Centro de Investigación en Evaluación y Encuestas del Instituto Nacional de Salud Pública dijo: “La nutrición es un proceso integral: tú puedes tener un anémico obeso, y el hecho de que tenga anemia depende en gran parte de la alimentación, de la absorción que pueda tener de hierro y del tipo de hierro biodisponible que tiene en su alimentación. La desnutrición también tiene que ver con el tipo de alimentación, y que la parte de la obesidad se encuentra asociada gravemente con problemas de diabetes: es más probable que una persona con diabetes tenga obesidad, hipertensión, dislipidemias y/o enfermedad renal crónica, la cual constituye la consecuencia final o desenlace de la diabetes”.

Cuando las políticas públicas del gobierno están encaminadas al bienestar de la gente, acciones como el retiro de quesos fraudulentos del mercado conduce a lograr el propósito de un México sano.