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El tigre suelto

Dado que la autoría de la frase célebre “El pueblo que no conoce su historia está condenado a repetirla”, se atribuye a muchos autores, quizá lo mejor es aceptar que se trata de una bella perla de la sabiduría popular. Así, fue la mañana del 31 de mayo de 1911, en Veracruz, poco antes de abordar el Ypiranga que lo llevó a Francia, cuando el general don Porfirio Díaz afirmó: “Ya soltaron al tigre. A ver si Madero puede con él”.

Díaz no fue derrocado, sino que, al levantamiento de Madero, que convocó a las armas el 20 de noviembre de 1910, decidió abandonar la presidencia de México, luego de haberla ejercido por 30 años, de manera dictatorial; pues, aunque había elecciones en cada periodo constitucional, siempre resultaba ganador, excepto en el periodo en que, para dar visos de democracia, lo cedió transitoriamente a Manuel González en 1880.

El tigre suelto

La frase fue parafraseada hace poco por el aspirante a la presidencia, Andrés Manuel López Obrador y ha recibido una andanada de ataques, en los que se da una versión diferente a la realidad, pues, en ningún momento se convocó a la violencia, sino a la pulcritud en los procesos electorales para permitir que sean los votantes quienes decidan a quién llevan a la máxima responsabilidad en la conducción del gobierno.

Dijo textualmente López Obrador que: “Si se atreven a hacer un fraude electoral, yo me voy a Palenque, y a ver quién va a amarrar al tigre; el que suelte el tigre que lo amarre, yo ya no voy a estar deteniendo a la gente luego de un fraude electoral, así de claro, yo por eso deseo con toda mi alma que las elecciones sean libres y limpias; y que decida el pueblo quién será el presidente”. Un deseo que comparte la mayoría del país.

Decir que el candidato de la izquierda convoca a la violencia, es un absurdo de tamaño colosal. Dentro y fuera del país se tiene la certeza, avalada por los hechos que relatan los medios de comunicación, de que el país se ahoga en una ola de violencia que ya viene resultando incontenible. Todos los días, las noticias hablan muy escalofriantes estadísticas de muertes violentas y hechos que ponen en grave peligro a la población.

La mayoría de las muertes se achacan a la delincuencia organizada; pero, no falta mucho para entender que es un afecto de la descomposición social que trae aparejada la aberrante acumulación de la riqueza, que no puede lograrse más que escamoteando a otros lo que legítimamente les corresponde, como es el caso del salario mínimo que marca la ley para los trabajadores en general, y que, además de ser anticonstitucional es inmoral, porque no permite costear ni siquiera el alimento con 8 horas de trabajo.

Tan absurda es la afirmación de que se convoca a la violencia, que la respuesta la da una leyenda china de medio siglo ante de Cristo, traída a la fecha por el portal Siempre Conectado: “Según ha llegado hasta nuestros días, en uno de sus viajes, Confucio y sus seguidores se encontraron a una mujer llorando desconsoladamente. La mujer estaba sentada y nada parecía poder calmarla. Le preguntaron por qué lloraba. La mujer contó que en ese mismo lugar un tigre había matado a su esposo y a su hijo, cuyas recientes pérdidas lloraba. A todos les sorprendió que se quedara allí ya que el tigre bien podría volver al lugar y devorarla también a ella. La mujer, cuando le preguntaron por esta cuestión, respondió ‘¿A qué sitio podría irme? Si me marcho puede que encuentre a un gobernante más cruel’. Confucio se quedó pensativo mirando a la mujer y aleccionó a sus seguidores con la frase que sigue estando vigente hoy en día ‘un gobernante tirano es mucho peor que un tigre devorador de seres humanos’”.